Formatear un dispositivo USB como un pendrive es un proceso fundamental que muchos tienen que realizar varias veces al mes o al año. Hay muchos motivos posibles para querer borrar todos sus datos: ya sea porque se te ha llenado, por cualquier problema con la unidad o porque contenía datos personales.
En este artículo veremos los mejores métodos para formatear un dispositivo USB, con información útil para usuarios experimentados y explicaciones paso a paso para los más principiantes. ¿Estás interesado? ¡Vamos allá!
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A nivel intuitivo, podríamos definir el formateo como una manera de dejar un dispositivo de almacenamiento «a cero». Es decir, o bien borrar todos sus datos (si ya tuvo uso) o dejarlo preparado para empezar a usarlo (si es nuevo).
En este artículo nos centramos en el formateo de unidades USB ya usadas. Entonces, la manera en que realicemos el proceso tiene una influencia muy grande sobre lo que ocurrirá con los datos que ya existían. Hay básicamente dos maneras de hacer un formateo:
Este es el que se hace con mayor frecuencia, ya que es prácticamente instantáneo. Os preguntaréis: ¿cómo es capaz de borrar todos los datos en tan poco tiempo? Pues es tan sencillo como que no se borra ningún dato, lo único que se hace es crear la nueva partición e «indicar» que el disco está vacío, borrando cualquier referencia a la existencia de los archivos anteriores.
Es decir, que se borra toda la información sobre los archivos que existían, pero los datos en sí siguen ahí, y se van sobrescribiendo a medida que vayamos escribiendo nueva información. Por eso, es muy fácil recuperar información previamente almacenada, y de hecho hay muchos programas que permiten hacerlo de forma doméstica.
La recuperación de datos es aplicable a pendrives o discos duros (HDD), pero en un SSD es mucho más complicado recuperar datos por su diferenciación. El medio que más posibilidades de recuperación de datos plantea es el disco duro mecánico.
Este es el método usado cuando queremos hacer un borrado efectivo del disco, aunque a costa de una mayor lentitud del proceso, claramente.
Aquí es donde se realiza un proceso más acorde a lo que uno podría imaginarse intuitivamente que es un formateo: se recorren todos los datos de la memoria USB y se van rellenando con «ceros» hasta dejarlo tal y como vino de la fábrica.
Evidentemente, esto garantiza una cierta irrecuperabilidad de los datos, aunque como veremos luego se suele recurrir a métodos más sofisticados si esa es nuestra prioridad.
Dicho esto, ¡veamos los mejores métodos para formatear un USB!
Vamos a comenzar con el que quizás sea el método que la mayoría de quienes leéis el artículo ya habéis usado. Se trata de la opción de formateo de Windows. Para acceder a ella, tan solo tendremos que dirigirnos a “Este equipo”, localizar nuestra unidad USB y hacer clic derecho sobre ella, y luego clicar en “Formatear…”.
Lo primero que se nos da a elegir es el sistema de archivos de destino que queremos. Si se trata de un pendrive, seguramente el que más nos interese será FAT32, el más usado y soportado para estos dispositivos.
Para resolver la duda entre NTFS y exFAT, os recomendamos que comprobéis la compatibilidad de ambos sistemas operativos en los dispositivos donde pretendáis conectar el pendrive. Ya sea consultando información o probando directamente a formatear con ambos sistemas y ver si son compatibles antes de almacenar nada.
Por ejemplo, NTFS no será reconocido en macOS, por lo que es un hándicap para aquellos que vayáis a utilizar la unidad en Windows y macOs. En dicho caso, exFAT os interesará más.
Si aun os quedan más dudas, echad un vistazo al pendrive NTFS vs FAT32.
Básicamente, el tamaño del clúster es la cantidad mínima de espacio que puede ocupar un fichero en el disco. La unidad de almacenamiento se dividirá en clústers del tamaño escogido.
Hay maneras muy sencillas de explicar esto. ¿Nunca te has fijado en que las propiedades de un fichero diferencian entre Tamaño y Tamaño en disco? Aunque un archivo tenga un peso concreto, a la hora de la verdad lo que ocupe en el disco será siempre un múltiplo del tamaño del clúster.
Como segundo ejemplo, tenemos un fichero de 3.32GB (3.572.671.010 bytes). Ya que el archivo tiene que ocupar clústers completos, el espacio en disco será el siguiente múltiplo de 8192. Windows nos indica 3.572.678.656 bytes, y si dividimos entre 8192 efectivamente nos da un resultado entero.
Entonces, ¿qué tamaño de clúster es el adecuado? Lo cierto es que no tiene mucho sentido irse a los valores más altos, es evidente que supone una ineficiencia a la hora de gestionar la información.
Nuestra recomendación es que os quedéis con los valores predeterminados que ponga Windows, que ya los tiene definidos según el sistema de archivos y el tamaño de la unidad. Es decir, quedaos con la explicación, que es importante, pero no le deis gran importancia a este aspecto.
Lo siguiente a elegir será la etiqueta del volumen. Este será básicamente el nombre que nos permitirá identificar la unidad cuando la conectemos a cualquier dispositivo, no tiene más misterio. Destacar, eso sí, que tiene un límite de 11 caracteres.
Esta opción nos permite básicamente elegir entre las dos opciones de formateo que os explicamos antes. Si el propósito del formateo es un “nuevo comienzo” sin importar lo que se hubiese escrito antes, no tenéis por qué desmarcar esta opción.
La segunda opción que os presentamos es gestionar el formateo desde la administración de discos de Windows. Esto es ideal para aquellos casos en los que no encontréis la unidad en “Este equipo” o no reconoce el USB. Se trata de algo normal en varios casos. Por ejemplo, si la unidad estaba usando un formato incompatible con Windows, o en algunos casos de discos duros nuevos que llegan sin ninguna partición hecha.
Si no estáis seguros de cuál es vuestra unidad o de si la detecta, desconectadla y volvedla a conectar, y os debería desaparecer y volver a aparecer.
Esta es otra opción para cuando veamos que Windows deja de reconocer nuestro dispositivo, o si tenemos varias particiones que queremos hacer desaparecer de un plumazo. Aquí aprovecharemos una herramienta de la línea de comandos dedicada a la gestión de discos. Vamos con el proceso a realizar.
Siendo xxxxxxx la etiqueta que le queráis poner al disco.
Por ejemplo: format FS=fat32 quick label=xxxxxxx
¡Y ya estaría! Si no os aparece la nueva unidad en Este equipo (debería hacerlo automáticamente), entonces quizás tengáis que asignarle una letra. La que queráis pero que esté disponible. Por ejemplo, vamos con la W: el comando es assign letter W.
Hay muchos programas de terceros dedicados al manejo de particiones y discos. Los más conocidos son EaseUS Partition Wizard y Minitool Partition Master, que son algo así como “la Pepsi y la Cocacola” o “la Mastercard y la Visa” de este segmento.
Si queréis eliminar los ficheros de una manera más efectiva que el formateo habitual, de tal forma que su rastro sea muchísimo más difícil, lo recomendable sí es recurrir a software de terceros. Los métodos de formateo consistirán básicamente en borrar los archivos exhaustivamente varias veces, y dejarán la información fuera del alcance de cualquier usuario doméstico.
Nuestra recomendación de software en este caso es Eraser, un conocido programa cuyas mejoras características son que es totalmente gratuito y de código abierto. Os dejamos aquí el enlace oficial de descarga.
Una vez instalado, el proceso para el borrado es algo engorroso, pero os lo contamos paso a paso:
Ten en cuenta que, según el método que elijas, puede tomar una gran cantidad de horas. Así que, por ejemplo, el de Gutmann podría ser un pelín exagerado. También vas a estresar mucho la unidad USB con una gran cantidad de escrituras, así que no hagas esto muy a menudo.
En última instancia, no hay mejor manera de borrar todo el rastro de vuestros archivos que una destrucción física de la unidad USB. Y es que ni siquiera de esa manera se asegura la imposibilidad de recuperar algún dato. De todas formas, salvo que tengáis a la policía científica detrás deberíais estar tranquilos. 😅
A ello recurre la mayoría de personas, aunque muchos no conocen las opciones ofrecidas. Las desgranamos una a una para permitir una total comprensión del proceso.
Pero esta no es la única opción. En aquellos casos especiales, por ejemplo cuando no se reconozca completamente la unidad USB o queramos eliminar al máximo posible el rastro de nuestros datos. Para aquellos supuestos os explicamos cómo hacerlo por línea de comandos, y mediante software especializado de terceros.
Tenemos muchos artículos más sobre unidades USB que seguro que os podrán ayudar:
Y sin duda nuestras guías de mejores discos duros externos y pendrive del mercado
Esperamos que esta guía os haya resultado de ayuda para formatear vuestro pendrive, disco duro externo, o cualquier unidad USB. Os emplazamos a escribirnos en nuestro foro si necesitas ayuda con resolución de problemas.
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