La compra de un monitor gaming perfecto no suele ser una decisión sencilla para aquel usuario que desea lo mejor a un buen precio. Y es que son muchos los factores que debemos tener en cuenta para luego no arrepentirnos o ver que no era precisamente lo que esperábamos. Factores como la resolución o la frecuencia de refresco son importantes, pero otras características como el tiempo de respuesta, el tipo de panel o las funciones gaming marcarán la diferencia.
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En este campo Gigabyte cuenta con excelentes propuestas con prestaciones muy cercanas entre sí y detalles para ajustarse a las necesidades concretas de cada usuario. Hay que hilar fino y saber discernir entre estos detalles y para qué sirven.
El término gaming está de moda, pero no es simplemente una coletilla para vendernos un producto más caro, al menos no lo es en el caso de los monitores. Estos cuentan con características diferenciales respecto a los equipos estándar, por ejemplo, una frecuencia de refresco superior a los 60 Hz, configuraciones de panel curvo o un diseño que le permite mejor ergonomía y marcos delgados para colocar varias pantallas juntas.
El aspecto por sí solo ya marca una diferencia importante, tratándose de monitores normalmente más gruesos al contar con un hardware más potente y bases con soporte tipo VESA 100×100 mm. El tamaño más apreciado son las 27 pulgadas con marcos ultra delgados, junto a una relación de aspecto de 16:9 panorámica en la que trabajen todos los juegos.
La conectividad normalmente también es más elevada, ya que se necesitan mandar más fotogramas por segundo (FPS) al monitor y a frecuencias de hasta 4K UHD. Puertos como HDMI 2.0 o DisplayPort 1.4 deben estar presentes en este tipo de monitores de gama alta, y además en al menos 3 puertos para máxima accesibilidad. Se le suman también puertos Jack para salida de audio, USB para conectar periféricos y el propio monitor al PC para gestionarlo por software. Algunos AORUS incluso tienen sistema de cancelación de ruido para chats y partidas online.
Por tratarse de las prestaciones básicas de un monitor gaming, vamos a ver qué necesitamos para jugar con soltura y garantías. Para ello tenemos el tamaño que se mide en pulgadas, siempre desde una esquina hasta la otra en diagonal, y la resolución, que sería la cantidad de píxeles que hay en el ancho por el alto del panel.
En cuanto al tamaño, uno que se considera ideal para jugar es el de 27 pulgadas. No es tan pequeño y ajustado como un monitor de 24 pulgadas en donde todo está demasiado pequeño, ni tan grande como los de 32 en donde necesitamos mover la cabeza para controlar el escenario. Estas pantallas miden 33,6 x 59,8 cm y podremos jugar a una distancia de entre 40 y 60 cm sin tener problemas de visión.
La ventaja de ellas es que tanto en una resolución Full HD (1920x1080p) como 2K (2560x1440p) presentan muy buena nitidez, al tener una densidad de píxeles 82 ppp en el primer caso y más de 100 ppp en el segundo. Se traduce en muy buenos gráficos para juegos 3D de gran potencia y paneles que caben en cualquier escritorio. La resolución 4K se reduce a equipos muy potentes, ya que no son muchas las tarjetas gráficas que llegan a los 60 FPS en esta resolución.
Otro factor importante es la uniformidad de brillo, ya que los paneles de tipo LCD cuentan con retroiluminación LED que ilumina los píxeles. En diagonales muy grandes, suelen aparecer regiones variables en brillo que reducen la experiencia de imagen, algo que casi nunca ocurre en los de 27” e inferiores. A esto se le suman unas prestaciones excelentes en velocidad de refresco y ghosting.
El tamaño de alguna forma marca también la ergonomía del monitor, y es que una peana con soporte hidráulico no es habitual por encima de las 27”. Tampoco es habitual ver paneles con curvatura, aunque Gigabyte sí que tiene modelos curvos de 32” que podrían ser buena opción para simuladores en gran formato como de aviones o conducción. No obstante, la capacidad e posicionamiento, giro y orientación se reduce.
La tecnología asociada a la construcción del panel cobra una enorme relevancia en un monitor gaming, ya que no solo variará la calidad de imagen, sino también la durabilidad, ángulos de visión y gran parte de las prestaciones del mismo. Hay tres grandes tecnologías asociadas al tipo de panel gaming, aunque con variantes diversas.
IPS
Pertenece a la familia de paneles de tipo LCD (Liquid Cristal Display) siendo el mejor en cuanto a calidad de imagen. Muchos fabricantes se decantan por este panel para monitores gaming, ya que ofrecen muy buenos tiempos de respuesta, tasas de refresco muy altas e incluso buen input lag. Han mejorado muchísimo desde las primeras versiones que apenas eran adecuados para trabajo y diseño.
VA
Es un panel que se sitúa entre las prestaciones de los TN e IPS con las ventajas de ambos, siendo muy utilizado en monitores curvos, por no decir la clara opción en ellos. Este no tiene los problemas de bleeding de los IPS, y tampoco los pobres ángulos de visión de los TN, su calidad de imagen puede llegar a ser excelente, así como su refresco y repuesta. Suelen ser más baratos que los IPS, así que serán una gran opción si sabemos que son de calidad.
TN
Los paneles TN no son una gran opción en la actualidad, si bien es cierto que siempre han sido los paneles por excelencia para monitores gaming. Ahora IPS y VA pueden llegar a las velocidades de estos TN, aunque no superan su bajo input lag. Son una opción para gaming profesional en donde prima la velocidad, y además son más baratos que los anteriores.
Otras variantes
Aquí podríamos meter los famosos QLED de Samsung, que son una evolución de los IPS en cuando a contraste y calidad de imagen. Además, son bastante rápidos y con buen input lag con los negros más profundos y similares a la tecnología OLED.
Otros tipos muy conocidos son los IGZO no demasiado utilizados por ser bastante caros, también con gran calidad de imagen, bajo consumo y aceptable respuesta. O los Nano IPS, con mejores en el filtro de luz para mejora una vez más la calidad de imagen o brillo local, aunque tampoco siendo una gran opción para juegos.
Finalmente, los OLED no son muy usados para monitor gaming, ya que su frecuencia de refresco no es tan elevada a pesar de tener un buen input lag. Además, su durabilidad no es tan elevada y su fabricación es cara.
A continuación, repasemos las características clave que debe cumplir un monitor para juegos, así como nuestra recomendación para jugar en solitario o competitivo. Obviaremos otras características básicas como brillo, contraste, HDR, ángulos de visión o profundidad de color.
La frecuencia de refresco mide la cantidad de veces que cambia la imagen durante un segundo en el panel. Mientras mayor sea el refresco, mayor fluidez de la imagen percibirá nuestra vista. A partir de 60 Hz nuestros ojos perciben una imagen de fluidez casi natural, pero todavía podemos distinguir hasta los 120 o 144 Hz mejoras en la imagen.
La frecuencia de refresco está relacionada con el framerate de un juego el cual se mide en Frames por Segundo. Realmente es lo mismo que lo anterior, solo que esta vez mide la velocidad con la que la GPU procesa la imagen. Para que 120 FPS se traduzcan en una imagen real fluida, el monitor debe ser también de 120 Hz o superior, mientras que si es de 60 Hz la imagen irá limitada.
Precisamente por este motivo los jugadores buscan un alto refresco, ya que esto se traduce en una imagen más natural, con más detalle en los movimientos. Incluso facilita la ausencia de ghostin, mejora el input lag y nuestra respuesta ante eventos. Unas cifras de frecuencia buenas y coherentes serán de 144 Hz o más en Full HD, 120 Hz en 2K y 60 Hz en 4K. Claro que en gaming competitivo y hardware muy potente se manejan cifras de 240 y hasta 300 Hz en Full HD, 165 Hz en 2K y 120 Hz en 4K.
El input lag es otra medida sumamente importante para los jugadores. Se trata del tiempo que tarda el monitor en mostrar la imagen desde que se genera en la tarjeta gráfica como reacción ante un evento como puede ser pulsar una tecla.
Esto no es fácil de medir, pero en monitores de baja calidad o no centrados en gaming se suele notar por la lenta respuesta que recibimos del movimiento del personaje o el mundo que le rodea a nuestro control desde el teclado o mando. Un monitor con mejor frecuencia de refresco por lo general también tiene mucho mejor input lag al activar antes nuestros estímulos.
Este input lag realmente no es solo el retraso del monitor en sí mismo, sino también el de nuestro ratón y teclado, el sistema operativo, el procesador y la tarjeta gráfica. Serán muchos elementos los que intervienen, pero tratándose del monitor, los paneles IPS y TN son los más rápidos aquí. Un buen input lag total del equipo será inferior a 40 ms, si supera los 50 ms ya lo podremos notar, y por encima de los 80 ms será difícilmente jugable.
No debemos confundir el input lag con el tiempo de respuesta de un monitor, ya que esta marca la velocidad con la que cambian de estado o color los píxeles de la pantalla. Esta medida solamente tiene que ver con el monitor a diferencia de la otra, y dependerá de la calidad y tipo de panel el tener un mejor o peor tiempo de respuesta.
A diferencia de la medida anterior, el tiempo de respuesta viene en las especificaciones del monitor, que suele ser de 5 a 0,5 ms en los monitores gaming, aunque en la práctica suele ser un poquito superior. También es difícil de medir sin aparatos especializados, por lo que un síntoma habitual en tiempos de respuesta malos es el ghosting y el desenfoque de movimiento en la imagen.
Volvemos otra vez a la frecuencia de refresco, porque en un monitor gaming encontramos las tecnologías AMD FreeSync o Nvidia G-Sync. Estas tecnologías se llaman de refresco variable o Adaptive Sync porque sincronizan la frecuencia de refresco del monitor (Hz) con los FPS a los que la tarjeta gráfica renderiza el juego.
AMD FreeSync es la más extendida por ser de libre implementación, mientras que G-Sync es propiedad de Nvidia y por ello los fabricantes deben pagar por su uso, traduciéndose en mayor coste para el usuario. Recientemente Nvidia ha tenido que dar un paso atrás y compatibilizar ambos tipos de tecnologías en sus tarjetas ya que son muy pocos los monitores que usan G-Sync.
¿Pero qué beneficia Adptive Sync al monitor? Pues entre otras cosas, elimina el famoso artefacto del tearing o desgarro de imagen, proporcionando así una transición más fluida y en una imagen completa en lugar de a trozos. También mejora el flickering y evita tener que usar la sincronización vertical en los juegos para no limitar sus FPS. Lo ideal es que un monitor gaming tenga alguna de estas dos tecnologías consigo.
Además de estas características intrínsecas a un monitor gaming, serán los fabricantes los que implementan otras tecnologías propias que hagan mejorar las funciones de su producto para diferenciarlo del resto. En este punto fabricantes como MSI, Asus o Gigabyte/AORUS cuentan con avanzadas opciones
Gigabyte fue la primera en plantar la denominación “monitor táctico” a sus monitores gaming, por implementar en su firmware bastantes características diferenciales como las siguientes:
Hemos visto las características básicas que debe tener un monitor gaming, las cuales nos permitirán tener una experiencia optima y son artefactos de imagen en él. Los artefactos son aberraciones que se producen en la imagen que no permiten verla tal y como se mostraría de forma natural.
Este artefacto genera una imagen entrecortada en el monitor y dividida a veces en varios trozos desencajados entre sí. Quizás a altos refrescos o si nos acostumbramos incluso llegamos a no verla, pero es una aberración que termina cansado bastante la vista.
Esto ocurre en los monitores sin refresco adaptativo o no compatible, debido al diferente framerate del juego y los Hz del monitor, por eso hay que tenerlo, de lo contrario paliar estos efectos se reduce a colocar una sincronización vertical en las opciones del monitor o el juego. La prueba del péndulo de Nvidia es una excelente forma de comprobar el tearing.
El ghosting o imagen fantasma asociado a los monitores gaming genera una estela tras la imagen en movimiento, especialmente cuando dichos bordes son negros o hacen mucho contraste con los alrededores del elemento en movimiento. También se debe a una lenta respuesta de los pixeles y a la perseverancia de color residual en ellos antes de cambiar de estado.
El ghosting puede ser negro o también blanco, dando entonces un efecto de imagen en negativo a la que antecede en movimiento. Es posible reducir sus efectos con la función de overdrive, e incluso con el ecualizador de negros si la tenemos presente en el monitor. Aunque abusar de ella puede provocar una sobreexposición de colores.
Este efecto produce un parpadeo en la imagen debido a la sincronía del refresco con los píxeles y la retroiluminación. No es ya habitual tener este tipo de efectos en un monitor de media tabla o más arriba, y debemos fijarnos en que tenga la tecnología flicker-free implementada en ellos antes de comprar.
El flickering también puede aparecer debido a una mala comunicación entre GPU y monitor por un mal cable o defectos en este. Pero suele ser un efecto asociado al panel de imagen.
Este artefacto se debe principalmente a tener un lento tiempo de respuesta en los píxeles cuando trabajan a altas frecuencia de refresco. Cuando un píxel no es capaz de cambiar de color antes que la imagen recorre el panel se produce un efecto de imagen borrosa que tira al traste toda esa velocidad.
En consecuencia, debemos de aminorar el refresco del panel o tirar de soluciones como la súper resolución o el overdrive para poder intentar mitigar el efecto.
Estos problemas suelen estar asociados a los paneles IPS y posibles defectos de fabricación. En el primer caso, se trata de fugas de luz en las esquinas debido a un mal pegado de las distintas capas con confirman el panel. No tiene solución y cada vez irá a peor.
En el caso del Glow IPS es una aberración en el propio panel al cambiar de ángulo de visión y ver un brillo desigual en la extensión del panel con colores oscuros. Este no es un efecto adverso, sino más bien asociado al tipo de tecnología.
A continuación, vamos a ver los mejores monitores gaming disponibles del fabricante Gigabyte, que rápidamente se han ganado un hueco entre los mejores debido a la calidad de sus modelos.
Nosotros hemos analizado una gran cantidad, y ni uno solo nos ha dejado una experiencia negativa. Además, están muy interesados siempre en el feedback que reciben de los medios, para así pulir detalles y sacar modelos adaptados a todos los usuarios gamer.
Pronto disponible
Se trata simplemente del tope de gama disponible por el fabricante, un impresionante monitor con 34 pulgadas y curvatura 1500R adaptada al cambio de visión humano con imagen ultra panorámica 21:9. Para ello utiliza un excelente panel de tipo VA que ofrece una resolución de 3440x1440p, un refresco de 144 Hz y velocidad de respuesta de 1 ms a los que pocas veces llegaremos con nuestro equipo.
Gigabyte no podría renunciar a introducir toda la tecnología propia que hemos mencionado en los apartados anteriores para entregarnos un equipo echo para disfrutar de los gráficos, partidas en solitario y creadores de contenido. Así mismo admite DisplayHDR 400 y cuenta con Flicker-Free y AMD FreeSync como refresco dinámico. Merece la pena que le echéis un vistazo para soñar.
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Este sí que lo hemos probado, y es uno de los pocos monitores del mercado que además de ser de 32 pulgadas cuenta con un panel curvo 1500R. El G32QC repite con un panel de tipo VA como es normal, entregando esta vez 165 Hz de refresco, 1 ms de respuesta y tecnología FreeSync Premium Pro compatible con G-Sync.
Algunas de las características más remarcables que nos dio esta unidad fue la excelente calibración de fábrica, amplia cobertura con un 100% sRGB y sus marcos tan ajustados ideales para configuraciones multipantalla a gran formato. No olvidemos que tiene una resolución de 2560x1440p y soporta para HDR 400, así que es un gran monitor para los que deseen una experiencia en pantalla grande. Solamente le ha faltado un par de altavoces integrados.
Te contamos todo en nuestro análisis del Gigabyte G32QC
Última actualización el 2024-11-22
El AORUS FI27Q-P se trata de una versión mejorada del FI27Q el cual presenta la tecnología HBR3 que básicamente aumenta el ancho de banda de la interfaz DisplayPort 1.4 a 32,4 Gbps para aprovechar todas las características que tiene a la vez. ¿Cuáles son? Pues una resolución 2K @165 Hz, 1 ms de respuesta y DisplayHDR 400 en un panel de nada menos que 10 bits (8 bits + FRC).
Calidad de imagen unida a prestaciones en juegos para un monitor casi perfecto para cualquier tipo de jugador por exigente que sea. Esta vez busca un panel plano para aprovechar las prestaciones de la tecnología IPS y darnos así un impresionante 95% en DCI-P3 y excelente calibración. Por si fuera poco, este monitor AORUS tiene la montura y diseño de gala de fabricante con RGB y excepcional ergonomía. De lo mejorcito que tiene el fabricante, y su precio es más que justificado.
Te contamos todo en nuestro análisis del AORUS FI27Q-P
Dejamos también la versión sin HBR3 para los que se quieran ahorrar unos euros.
Última actualización el 2024-11-22
Última actualización el 2024-11-22
La era de monitores gaming de Gigabyete AORUS empezó con este AD27QD, un modelo apodado como el “primer monitor gaming táctico del mundo” y que todavía tiene mucho que decir en su lista de prestaciones. Así lo refleja su diseño plano con panel IPS capaz de entregar una resolución de 2560x1440p. Además tiene unas prestaciones gaming algo más realistas, pues su refresco es de 144 Hz con 1 ms de respuesta implementado por supuesto FreeSync.
Esta opción destaca una vez más por su diseño gaming Premium con RGB, gran ergonomía y una cantidad ingente de funcionalidades gaming a disposición del usuario. Su OSD sumamente completo, HDR 400 y una calibración de serie realmente buena lo harán otra opción de gama alta en la lista.
Te contamos todo en nuestro análisis del AORUS AD27QD
Última actualización el 2024-11-22
Si lo que buscas es un modelo de precio algo más ajustado que los anteriores sin renunciar a una resolución 2K y curvatura 1500R en su panel de 27” tu opción es el G27QC. Esta opción es cierta que trae un diseño algo más normalito al no ser de AORUS, pero ojo con sus 165 Hz de refresco con FreeSync y su respuesta de 1 ms que nos dejan un ghosting muy bien pulido y opciones para mitigar sus efectos, si bien no llegando a dar resultados tan buenos como los modelos anteriores.
El panel VA que se utiliza goza de una excelente calibración de fábrica, que con el toque de nuestro colorímetro entre Deltas E < 1 sin muchos problemas. Una de sus ventajas sin duda es la relación calidad/precio que tiene, con funciones gaming avanzadas, conectividad USB y gestión por software. Su brillo no es muy alto y no soporta HDR, tenedlo en cuenta.
Te contamos todo en nuestro análisis del Gigabyte G27QC
Última actualización el 2024-11-22
La peculiaridad de este otro modelo es que cuenta con la última versión de refresco dinámico AMD FreeSync 2 HDR. La cual se complementa con su refresco de 165 Hz y respuesta de 1ms para esta vez sí, dar una imagen sin nada de ghosting ni otro tipo de artefactos.
Dado que es otro monitor curvo, concretamente a 1500R y 27 pulgadas, tiene un panel VA con un 90% DCI-P3. Pero para aquellos que no buscan una resolución tan alta, sus 1920x1080p irán genial para e-sports y juegos online FPS. Un buen detalle es que admite HDR 400 y conectividad USB para darnos el paquete completo de funciones gaming de Gigabyte.
Te contamos todo en nuestro análisis del Gigabyte CV27F
Última actualización el 2024-11-22
Hace un tiempo también se añadió a la lista el que quizás es el monitor más enfocado a e-sports que tiene el fabricante. Se trata del KD25F, que en esta ocasión utiliza un panel de tipo TN con nada menos que 240 Hz de refresco AMD FreeSync y ojo aquí, 0,5 ms de respuesta. El tamaño del panel se reduce a 24,5 pulgadas con resolución Full HD para controlar todo el escenario sin mover la cabeza, y además tiene un diseño propio de AORUS de máxima ergonomía y prestaciones.
Quizás los ángulos de visión no sean los más elevados, pero es normal en la tecnología, pero sí tenemos unas prestaciones a altas frecuencias que pocos modelos ofrecen en el mercado. De hecho, seguramente pronto nos venga con versiones a 300 Hz o incluso más, tal y como se espera el próximo año.
Te contamos todo en nuestro análisis del AORUS KD25F
Última actualización el 2024-11-22
Para finalizar esta pequeña lista de los mejores, tenemos el monitor gaming más ajustado en precio. El Gigabyte G27FC es un modelo que cuenta con un amplio tamaño de 27 pulgadas y resolución Full HD bajo un panel IPS que nos entrega unos muy buenos 165 Hz con FreeSync y 1 ms de respuesta.
A pesar de su ajustado precio, tampoco renuncia a funcionalidades gaming propias del fabricante, aunque es cierto que su soporte es la versión estándar del fabricante con menos parafernalia. Será una gran opción para presupuestos ajustados, plenamente disfrutable y con la calidad de Gigabyte.
Pues de esta forma llegamos al final de este análisis en el que confiamos haber dejado más claras las claves para elegir el mejor monitor gaming para cada uno.
Nos hemos centrado en los modelos de fabricante Gigabyte, ya que últimamente hemos analizado muchos de sus modelos y sus mejores opciones se merecen un buen repaso. Terminamos no sin antes daros algunos artículos interesantes sobre monitores para conocer otras características y más modelos recomendados del mercado en general:
¿Te gusta alguno de estos modelos que hemos elegido? Cuéntanos qué monitor comprarás tú, si tienes alguna duda o necesitas ayuda, escríbenos un comentario.
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