Starlink será dentro de unos años el suministrador de Internet más potente y accesible de todo el mundo. Al menos esa es la idea de la compañía SpaceX y su dueño Elon Musk, el empresario y físico sudafricano que está cosechando éxitos y records nunca vistos en la carrera aeroespacial de Estados Unidos con nada menos que una empresa privada.
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Os contaremos qué es la red Starlink, qué nos depara el futuro de Internet con ellos y los primeros test de velocidad que han realizado los usuarios experimentales. Una red que sin duda promete, por su versatilidad, accesibilidad y la no utilización de cables al operar completamente por satélites.
Starlink es un proyecto que nació en la empresa de vehículos aeroespaciales SpaceX, con el objetivo de crear una constelación de satélites de órbita baja para suministrar servicio de Internet en todo el mundo. Este servicio debe caracterizarse por ser de banda ancha, alrededor de 1 Gbps de descarga, y de baja latencia entre 7 y 30 ms para competir directamente con la fibra óptica.
El desarrollo de estos satélites comenzó en el año 2015, obteniendo los requisitos legales para los lanzamientos en 2017, y en 2018 la autorización del gobierno de los Estados Unidos. De esta forma la constelación empezó a tener forma el 23 de mayo de 2019 cuando se lanzaron al espacio los primeros 60 satélites Starlink versión 0.9.
SpaceX planea crear una constelación de nada menos que 12.000 satélites para el año 2025 aproximadamente, aumentándola paulatinamente hasta superar los 20.000 en los próximos años. Así se conformaría la que vendría a ser la constelación más grande de satélites jamás creada en el planeta.
Cada unidad cuenta con una órbita geosíncrona a 550 km de altitud y alrededor de la Tierra utilizando una banda de frecuencias Ku (Kurz-unten band) entre 12 y 18 GHz y Ka entre 26,5 y 40 GHz. El peso por unidad es de unos 260 kg con un diseño compacto que le permite lanzarse en grupos de 60 satélites o junto a otros satélites propietarios.
Los satélites que se están lanzando actualmente son la versión 1.0, los cuales presentan un sistema de propulsión propio para desorbitar cuando la vida útil concluya, lo cual es una pequeña ventaja al operar en orbitas tan cercanas a la tierra. Se estima que esta vida sea de unos 5 años como máximo según la empresa. Lo cierto es que cuando haya 12.000 satélites operando, el mantenimiento va a ser un quebradero de cabeza.
Cada unidad se compone de un cuerpo con diseño plano y un panel de placas solares extensible una vez que entre en órbita. A esto se le suman 4 potentes antenas con las que se redirige grandes cantidades de datos para alcanzar las velocidades que se pretenden. Debido a quejas de la comunidad de exploración espacial por la “suciedad del cielo nocturno” que provocan tantos satélites, estos cuentan con un panel anti reflectante de la luz y así hacerlos invisibles.
Evidentemente la red Starlink ha nacido con el principal objetivo de suministrar conexión a Internet de banda ancha a cualquier zona geográfica del mundo. Uno de los principales problemas que encuentran muchos ciudadanos de Canadá y EEUU es su imposibilidad de tener Internet por habitar en lugares rurales muy alejados.
A esto se le unen muchas más áreas difícilmente accesibles del planeta, por ejemplo, el Himalaya, Groenlandia o el Sahara. Todo esto sería perfectamente visible por la constelación Starlink, siendo de esta forma clientes potenciales absolutamente toda la población mundial. Y lo cierto es que si las velocidades cumplen y se presenta con precios competitivos como así lo pretende Musk, podría ser un éxito en contraposición a lo que mencionan los críticos expertos.
Pero si algo caracteriza a este visionario, inventor y empresario, es su iniciativa y afán de exploración. Recordemos que SpaceX nació con el propósito de privatizar los lanzamientos espaciales y ser autosuficiente en la carrera por llegar a Marte en las próximas décadas. Starlink por tanto, será un proyecto para financiar los gastos de investigación y desarrollo de vehículos espaciales para el mantenimiento de la propia red y para la llegada al planeta rojo.
Y no se queda aquí, porque la locura de Musk va un poco más allá y a largo plazo pretende desarrollar y crear otra versión Starlink como sistema de comunicación por satélite con Marte. Esperamos que también estén estudiando como mitigar los efectos adversos que provocan la radiación del planeta rojo en el ser humano, de lo contrario mal vamos.
Para sufragar todos estos gastos, SpaceX se sirve también de contratos multimillonarios que realiza la empresa para poner en órbita otros satélites de terceros, por ejemplo, del gobierno de los Estados Unidos, Europa y cualquier otro país. Además, este año ha comenzado a enviar astronautas a la ISS (Estación Espacial) a bordo de la capsula Dragon.
Nada de esto sería posible si un sistema de impulso capaz de llevar a esta orbita de 550 km los satélites y librarse de la gravedad terrestre. Para ello los satélites Starlink utilizan el cohete SpaceX Falcon 9, el buque insignia de la empresa con permiso del Falcon Heavy, que serían tres busters Falcon 9 en lugar de solo uno.
El Falcon 9 es un cohete orbital de dos etapas provisto de 9 motores Merlin funcionando con queroseno RP-1 y oxígeno líquido, convirtiéndolo el cohete más potente del mundo por su fuerza de empuje. En su versión de un solo buster, es capaz de llevar a órbita baja un total de 22.800 kg. Por ello es capaz de cargar con 60 satélites Starlink simultáneamente dejando un porcentaje de carga libre por mayor seguridad y debido a límites de espacio en la capsula de carga.
Pero su mayor ventaja con respecto a la competencia es que su primera etapa es reutilizable, siendo así el primer fabricante capaz de reutilizar sus cohetes. Este hecho ha sido clave en la batalla espacial con otras empresas como ULA, los cohetes Atlas de la NASA o la Soyuz rusa, ya que ahorra enormes costes de fabricación.
En la misión Starlink-10 del 18 agosto de 2020 por ejemplo, SpaceX hizo volar una primera etapa por sexta vez, siendo un hito histórico por no haberse conseguido nunca traer a tierra firme tantas veces un cohete intacto. Aunque más que a tierra, el Falcon 9 ameriza en medio del océano Atlántico en una barcaza que lo espera en el punto justo de llegada a más de 600 Km de la costa este de EEUU. Los lanzamientos son retransmitidos en directo desde la web de la empresa o YouTube, y merece la pena verlos.
Sin alejarnos mucho del tema, los satélites Starlink viajan dentro de una cápsula en un número máximo de 60 unidades todas colocadas en forma de torre para ir separándose simultáneamente una vez alcanzada la órbita y el punto de separación con la segunda etapa. Las misiones pretenden colocar un total de 7.518 satélites repartidos en 83 planos orbitales a distancias de entre ellos de 1.100 y 1.325 kilómetros, y para ello se necesita alcanzar una velocidad algo superior de 27.000 Km/h, imaginaos la potencia de este cohete.
Como ya hemos comentado antes, junto a estos satélites suelen ir otros satélites “polizones” cuyos fabricantes han pagado para su puesta en órbita. Esta es una importante forma de financiarse ya que a cada lanzamiento le sacan algún beneficio o al menos cubren costes. Para no pasarse del peso máximo, el fabricante suele retirar cierto número de Starlink para dejar paso a estos otros satélites.
En el mes de agosto de 2020 ya se cuenta más de 500 satélites en órbita, aunque eventos como la pandemia, mal tiempo y demás, retrasan poco a poco las distintas misiones.
Resulta curioso el hecho de liberar esa gran cantidad de satélites simultáneamente en el espacio, lo que provocará el llamado tren de satélites o tren Starlink. En él, durante varios días tras la puesta en órbita los satélites van en una fila uno tras otro a una distancia cercana siendo visibles desde determinados puntos del globo en función de la órbita elegida.
Portales como Frontera Espacial nos explican cómo poder ver desde nuestra ubicación este famoso y espectacular tren Starlink. Merece la pena que le echéis un vistazo y estéis atentos al día de los lanzamientos para no perderos este fenómeno artificial surcando los cielos. Para ello hay bastantes aplicaciones Android para Smartphone que te dicen cómo y cuándo pasan por tu zona para que estés preparado. Estos se concentran por ahora en el hemisferio norte coincidiendo con EEUU, Canadá y Europa.
La nutrida presencia de satélites surcando el espacio, ha propiciado que usuarios de determinadas zonas de EEUU y Canadá ya puedan probar el servicio en fase beta. Ni mucho menos se trata de una fase definitiva de comercialización, esto aún está algo lejos.
Cualquiera de nosotros podemos suscribirnos en el portal de Starlink para que SpaceX nos avise cuándo habrá disponibilidad en nuestra localización. Se supone que en 2021 ya se encontrará disponible para otras zonas distintas a América del norte.
Tras suscribirse en la web, los usuarios que tengan acceso y deseen participar en la fase de pruebas recibirán una antena en su casa. Para ponerla en uso serán tan sencillo como conectarla a la corriente y orientarla hacia el cielo, ya que esta es autodirigible y busca los satélites ella solita.
Ya hay más de 700.000 usuarios registrados en el boletín de actualizaciones de SpaceX, así que el servicio, al menos por ahora, tiene bastante expectación.
Aprovechamos la creación de este artículo debido a que ya se han publicado los primeros datos de prestaciones de la red Starlink para un determinado número de usuarios que se encuentran en fase beta. Lo cierto es que los valores no están nada mal a una etapa aún temprana para el servicio.
En las primeras cifras que está arrojando la red en la zona de Seattle y Los Ángeles, las velocidades son de 50 Mbps para la descarga y en torno a los 10 Mbps para la subida. Estos no son precisamente los resultados prometidos en un principio, pero debemos entender que la flota de satélites todavía es escasa en términos de cercanía entre unos y otros.
Con más de 200 pruebas realizadas en distintos puntos de Estados Unidos las cifras que están entregando son de entre 11 y 60 Mbps de descarga con una media alrededor de los 30 Mbps, mientras que la descarga va desde los 5 a 18 Mbps con una media de 6 Mbps. Sin duda es una velocidad apta para consumir contenido multimedia en alta definición y descargas relativamente rápidas al nivel de otros servicios por satélites teniendo en cuenta que esta red aún está en fase inicial.
Las latencias sí que tienen muy buena pinta, y están por debajo de los 30 ms sin muchos problemas. Las cifras oscilan entre los 25 y 100 ms dependiendo de la zona y la situación de los satélites con una media de unos 40 a 50 ms. Al igual que antes, con la presencia de mayor cantidad de satélites, los valores mejorarán aún más. Con estas cifras al menos, estamos al nivel de la conectividad 4G actual, pudiendo consumir contenido en streaming Full HD sin retardos y jugar online sin dificultades.
En resumidas cuentas, el punto de partida no está nada mal, y Starlink no tiene demasiados problemas en igualar las velocidades del 4G, por lo que añadiendo otros 4.000 o 5.000 satélites a la constelación, las mejoras deben ser un escándalo.
Las aspiraciones de Elon Musk no se quedan aquí, el dueño de la marca de coches más valiosa de 2020, Tesla, tiene como objetivo principal conquistar Marte antes que nadie, llevando allí los primeros astronautas.
Para ello está avanzando bastante rápido en el proyecto Starship, el nuevo vehículo espacial súper pesado con el que pretende llegar al planeta rojo. Sus progresos se pueden ver en múltiples retransmisiones online en directo a través de YouTube como la de LabPadre. La zona destinada para el ensamblaje y la lanzadera espacial será Boca Chica –Texas.
SpaceX tiene pensado crear una nave tipo capsula 100% reutilizable provista de tres etapas de propulsión que sumarán un tamaño superior al del cohete Saturno V que nos llevó a la Luna. Además, tiene planeado crear otras versiones para transporte pesado ultra rápido entre distintas zonas del planeta como opción a los barcos y aviones. Sin duda la expectación es mucha y el futuro apasionante, pero siendo una empresa privada, necesita ganar su propio sustento para costear los proyectos. En principio Tesla es una empresa totalmente independiente a pesar de ser el mismo dueño, y esta no suministra dinero a SpaceX.
Otro proyecto que apareció hace poco tiempo en el seno de su otra empresa Neuralink es un chip que se implanta en la superficie del cráneo. Con él podremos sentirnos como los “aumens” de Deus Ex, haciendo posibles funciones como controlar las luces de casa, entrar a Netflix, arrancar un Tesla y según él, guardar recuerdos en su interior.
Neuralink ya está haciendo pruebas con seres humanos, cuyo chip será implantado por un robot en un proceso indoloro y con posibilidad de retirarlo sin efectos secundarios. Este contaría con una batería que se carga de forma magnética con autonomía para un día. Esperamos que esta no se caliente demasiado y que el chip no sea pirateable.
SpaceX y la creatividad de Elon Musk está marcado un antes y un después en la ciencia y la tecnología aeroespacial, y puede convertirse en uno de los iconos más importantes de este siglo. Si su constelación Starlink da los resultados esperados y alcanza una viabilidad positiva, podría tener miles de millones de usuarios conectados a su red en cuestión de unos pocos años. Desde luego yo sería uno de esos clientes si las previsiones más o menos se cumplen.
El servicio está en las fases iniciales, y si todo va bien, disponible en otras zonas distintas a Norteamérica en 2021, y con operatividad completa en 2025. Queda por ver qué tarifas pondrá la empresa y si existirá un límite en el volumen de tráfico, del cual se habla que será de hasta 2 TB.
Por el bien de nuestra inclinación natural a la exploración como seres humanos, esperamos que Starlink sea un éxito, así el proyecto Starship lleve a algunos locos a Marte y realice viajes intercontinentales en cuestión de minutos.
A pesar de ser una empresa distinta a los estándares normales, SpaceX también tiene duros competidores. Por ejemplo, OneWeb es otra empresa de telecomunicaciones por satélite británica que cuenta con 34 satélites en órbita media lanzados por el cohete ruso Soyuz, y planea aumentar la red a 650 unidades. Por otro lado, parece otra dura competidora como es Blue Origin en viajes espaciales, todavía lejos de los logros de SpaceX, pero también trabajando en cohetes reutilizables y con un inversor sumamente potente como es Amazon.
La competencia está servida, y si algo está claro, es que dentro de 40 años el mundo poco se va a parecer al que hoy conocemos. Ahora os dejamos con algunos enlaces interesantes.
¿Contratarías el servicio de Starlink? ¿Qué opinas de SpaceX y los avances que están consiguiendo en la industria aeroespacial?
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