Las tecnologías LED existentes en televisores y monitores han ido evolucionando progresivamente con el paso de los años. Muchas de ellas no han resultado ser más que conceptos de márketing referidos a mejoras prácticamente inapreciables, pero otras han supuesto avances muy importantes. En la actualidad dos de los conceptos más emergentes son los paneles Mini LED y Micro LED. ¿Serán avances tecnológicos interesantes o estrategias de márketing? ¿Cuál es la diferencia entre los dos tipos de LED? ¡Quédate a leer y lo descubrirás!
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La cuestión es que la retroiluminación es algo fundamental en la calidad de imagen, y en aspectos como el contraste y la manera en que se vean los colores negros. La aparición de los paneles OLED fue revolucionaria en el sentido de que esta tecnología no necesita ningún tipo de retroiluminación, sino que los cristales brillan por sí solos, lo cual permite avances como tener negros totalmente puros ya que los píxeles de este color estarán totalmente apagados, en oposición con tecnologías LED tradicionales que mantienen la retroiluminación trasera encendida.
Claro, por mucho que tengamos los paneles OLED disponibles, no son la solución definitiva, puesto que son caros y tienen problemas como el «quemado de imagen» que puede ocurrir con mucha más facilidad en este tipo de paneles y que lo degrada permanentemente. Por este motivo los fabricantes buscaron una manera de mejorar el contraste y la reproducción de colores negros en sus monitores.
La solución más usada y extendida consiste en la atenuación local o local dimming del que hacen uso muchos paneles cuyo márketing indica QLED o Quantum Dot, sobre todo en televisores.
La idea es muy sencilla e intuitiva: si queremos que no haya retroiluminación detrás de unos píxeles negros, ¿por qué no apagamos selectivamente los ledes de la misma según estén iluminando indeseadamente un píxel negro o no?
Esta es una tecnología que puede llegar a ser muy efectiva, pudiendo multiplicar por 10 o más el contraste de la TV. En todo caso, su implementación es costosa y requiere de tecnologías más avanzadas que las de un panel LED normal. Además, si queremos que el local dimming funcione con precisión necesitaremos maximizar el número de zonas diferenciadas en la retroiluminación, por lo que habrá que aumentar el número de ledes usados y por tanto reducir su tamaño. Por este motivo se investiga en tecnologías como el Mini LED.
El propósito de Mini LED es conseguir fabricar chips LED de tamaños tan pequeños que permitan ofrecer una cantidad mucho mayor de zonas diferenciadas para la atenuación local. Así, se consiguen ledes de entre 100 y 200 micras que posibiliten el uso de un local dimming detallado en paneles de todos los tamaños.
En este vídeo os haréis una pequeña idea del funcionamiento de local dimming:
Un ejemplo lo vemos en el monitor Asus PA32UCX, del que hicimos review, y que aprovecha la tecnología Mini LED para ofrecer 1152 zonas de atenuación local en un tamaño de pantalla de tan solo 32″. El precio de 4000€ que tiene este monitor también sirve para poner de manifiesto el coste añadido que supone incluir miles de estos ledes tan pequeños, y además tener que hacerlo sin defectos y con un funcionamiento perfecto de los mismos.
En el mercado de las TV, mini LED es mucho más barato pero queda claro que todavía está en proceso de expansión, por ejemplo encontramos una televisión de 65″ de la marca TCL con esta tecnología por 1600 euros.
Pues bien, lo que se puede pensar de forma intuitiva es que Micro LED únicamente significa ledes aún más pequeños que Mini LED. Y en realidad es así, pues la clave de estos ledes es que miden menos de 100 micras, es decir, menos que un Mini LED.
No obstante, lo que parece una simple evolución desencadena una revolución. Y es que el propósito que se le quiere dedicar a este tipo de iluminación consistirá en usarlo directamente para la reproducción de imágenes.
Es decir, en vez de usarlos como retroiluminación detrás de un cristal líquido, se usarán los propios LED para mostrar la imagen. Concretamente cada píxel estaría compuesto de 3 ledes que forman los 3 colores primarios (RGB), y una vez formada la pantalla estos se controlan con la circuitería necesaria para ajustar el brillo de cada uno de dichos ledes mostrando la imagen deseada.
El concepto es intuitivo y fácil de entender, de hecho las pantallas gigantes que solemos ver en platós, estadios y demás se basan en lo que explicamos arriba, pero usando ledes de gran tamaño. La gran dificultad técnica no radica en en concepto, sino en su miniaturización.
Por ejemplo, para fabricar una pantalla 4K UHD hacen falta casi 25 millones de micro-LEDs (3840*2160 píxeles * 3 colores primarios = 24.883.200 ledes). Estos tienen que ser ensamblados a la perfección, sin errores y de manera eficiente, y con una precisión al colocarlos de 1 micra o menos (ver referencias). Queda clara la inmensa dificultad técnica que plantea.
Por este motivo no hay televisores con esta tecnología produciéndose en masa por ahora, si acaso con la excepción de «The Wall» de Samsung, una TV modular cuyos paneles cuestan más de 16.000$ cada uno, y hacen falta varios para llegar a una pantalla de resolución 4K.
De hecho, el año pasado os informábamos de que el futuro Apple Watch Series 6 llevaría una pantalla microLED, esto sería la primera llegada de esa tecnología a la producción en masa a precio relativamente asequible, y también una gran demostración de sus capacidades. Desgraciadamente, según las últimas informaciones publicadas este cambio del OLED al microLED se demoraría 3-4 años más.
En cambio, el futuro de micro LED está destinado a usarse como base de los paneles de próxima generación, y que tendrá como bazas fundamentales combinar grandes ventajas del OLED sin compartir la mayoría de sus inconvenientes, y con ventajas propias como altos niveles de brillo o una gran eficiencia energética. Esto último explica el interés que compañías como Apple tienen en trasladarlos a sus wearables. Solo imaginad lo positiva que sería una tecnología que incrementase la visibilidad al sol de un smartwatch a la vez que incrementa su vida útil.
Así que, si cabe, otra diferencia importante entre mini LED y micro LED sería el hecho de que estas últimas empezarán viendo un mayor uso en pantallas pequeñas como las de wearables o móviles, más o menos lo mismo que ocurrió con OLED.
Uno de los mayores avances de la década fue la implantación de los paneles OLED, pero no han dominado ni dominarán el mercado por su alto precio y algunas limitaciones tecnológicas. Por eso, nuevas mejoras son bienvenidas, y entre ellas están los ledes mini LED, de un reducido tamaño de 100-200 micras, que se usan para dar más detalle a los sistemas de atenuación local de paneles LCD que intentan acercar su contraste a niveles de un OLED.
También os recomendamos echar un vistazo a nuestras reviews de monitores en las que usamos equipamiento profesional para medir la calidad de los distintos paneles.
De ahí se avanzó hacia el micro LED, a base de reducir aún más el tamaño de los chips, concretamente por debajo de 100 micras. Estos tendrán un uso mucho más avanzado que los mini LED, y en vez de complementar a las pantallas LCD serán la base de los paneles del futuro que empezaremos a ver en wearables y posteriormente en smartphones, TVs y demás en los años próximos.
Así que se puede concluir fácilmente que las diferencias entre mini LED y micro LED son las siguientes:
¿Qué te han parecido estas tecnologías? ¿Crees que se conseguirá generalizar su uso, o se mantendrán relegadas a pantallas pequeñas o televisiones de alta gama como el OLED hasta el momento? No olvides dejar tu opinión en los comentarios.
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