Cuando nos planteamos montar nuestro propio equipo desde cero o bien comprar uno ya montado, aparecerá la típica duda de: PC ATX vs PC ITX. ¿Cuál será el mejor para mí, rendirán igual o por el contrario un ATX es mucho mejor a pesar de ocupar más sitio? Pues todo esto lo analizaremos aquí con ayuda de los chasis NZXT H1 ITX y el NZXT H710i ATX. Dos bestias en cada uno de sus ámbitos para que nunca fallemos en nuestra decisión.
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Este análisis lo llevaremos a cabo desde el punto de vista de las ventajas y desventajas que conlleva tener cada uno de estos equipos. Pero también analizaremos el montaje, capacidad de hardware y por supuesto veremos los resultados que entrega cada configuración en un escenario real.
La principal preocupación de todo usuario será precisamente la de crear el equipo perfecto, o al menos el que más se acerque a ello dentro de nuestras posibilidades. Y quizás el formato de montaje va a ser lo primero que debemos decidir, ya que de él dependerán la mayoría de características del hardware que vayamos a montar en su interior.
Cuando nuestra prioridad es tener un equipo polivalente, sin demasiadas pretensiones y para un uso diario, la decisión no es tan importante. Esto se debe a que esperamos tener menos elementos internos de expansión, que generen menos calor y en donde prime el uso de poco espacio. Pero si pensamos construir un PC gaming, workstation o de gran potencia, pues sí que debemos de preocuparnos por más factores.
Parte del rendimiento depende de la temperatura, y esta a su vez de lo bien refrigerado que esté nuestro equipo. Con el hardware actual prácticamente no debemos preocuparnos de que los componentes se quemen, ya que todos ellos tienen sistemas de protección y limitarán el rendimiento o incluso se apagarán si hay algún peligro. Pero si compramos un 3600X a 4,4 GHz por ejemplo, mejor que de lo máximo en lugar de ir a 1,6 GHz por limitación de temperatura.
Antes de ver los resultados de un PC ATX vs PC ITX, conozcamos los factores claves a la hora de tomar nuestra decisión. Aunque serán bastante intuitivos para usuarios experimentados, otros que nunca hayáis montada un PC, veréis detalles que quizás podríais pasar por alto.
Cuando hablamos de montaje, nos referimos simplemente al proceso por el cual ensamblamos nuestro PC pieza a pieza en el interior de una caja o chasis. Y no será lo mismo hacerlo en un chasis ITX que en un ATX.
O al menos eso pasará si elegimos uno de esos nuevos chasis ITX que salen al mercado con diseños cada vez más peculiares y ajustados al hardware. Claro que siempre podemos comprar una caja de configuración estándar como la InWin A1 o la Fractal Design ERA, que básicamente son torres normales reducidas a la mínima expresión. Pero si queremos algo más especial, decorativo y similar a lo que en los PC ya montados por fabricantes tenemos chasis tan originales como el SilverStone LD03 o la NZXT H1 que será nuestro objeto de pruebas, la cual es una buena opción para gamers que se adentren en el mundo del PC gaming.
A estos formatos se les denomina HTPC (Home Theater Personal Computer) que en español sería algo así como ordenador personal centro multimedia. En este tipo de chasis normalmente no hay un espacio dividido claramente en compartimentos, y debemos de fijarnos muy bien en sus características para tener claro qué hardware hay que comprar y sus medidas. Todo irá bastante amontonado, y no es fácil realizar este tipo de montajes para conseguir que queden limpios y con espacio para la refrigeración. Las claves podrían ser:
En el caso de los chasis ATX (Advanced Technology Extended) así como muchos otros SFF (Small Form Factor) el espacio y técnica de montaje va a ser mucho más intuitiva y genérica que en un ITX, esto no significa fácil. El primer caso sería el de los típicos chasis que soporta placas madre de tamaño completo, así como fuentes de alimentación normales, GPU y almacenamiento de casi cualquier tamaño. En el segundo, tenemos un chasis más o menos igual de grande, pero mucho más delgado, el cual necesita un disipador de perfil bajo y seguramente una fuente SFX igual que la requerida en los chasis ITX.
Lo bueno de estos chasis ATX es que hay en abundancia, de todas las medidas, para todos los gustos, y de todas las capacidades. Así vemos tamaños Middle Tower (para placas ATX) como los más extendidos, o los Full Tower (para placas E-ATX y más grandes) para montajes de altas prestaciones. Aquí las claves serán simples:
Extendámonos en la capacidad de hardware un poco más porque será la principal preocupación de un usuario a la hora de montar un PC ATX vs PC ITX.
En lo que a placas base y potencia de hardware se refiere, el tamaño no importa demasiado. De hecho en la actualidad el factor ITX de 17×17 cm se ha impuesto al típico Micro ATX, por ser un formato de verdad pequeño y que da unas placas de rendimiento excepcional. Tanto como para existir verdaderas bestias como la Asus ROG Strix Z490-I Gaming para la plataforma Intel Comet Lake-S, que soporta las CPU más potentes y overclocking, igual que las placas de tamaño completo. En este aspecto, una placa ITX puede rendir igual o casi igual que una ATX, pero serán caras, tenlo claro.
Pero por otro lado tenemos la capacidad de expansión y aquí claramente una ATX o E-ATX gana por goleada. Su mayor espacio permite albergar hasta 6 ranuras PCIe frente a solamente una en la placa ITX, hasta 3 ranuras para unidades SSD M.2 frente a 2 como máximo en la ITX, así como más cabeceras para ventiladores, iluminación y puertos internos.
Además de la propia capacidad de la placa, es evidente que un chasis de 50 cm de alto y largo tendrá más espacio que uno de 25 cm. Esto implica poder introducir disipadores de CPU más grandes (más de 160 mm de alto), tarjeta gráficas de alto rendimiento (más de 300 mm de largo), fuentes de mayor tamaño y más conexiones (150 mm) y muchos más discos duros. Los chasis ITX en su mayor parte soportan tarjeta gráficas de tamaño completo, por ejemplo el NZXT H1 que vamos a usar irá sobrado para una RTX 2080 Super e incluso más.
A la hora de comprar el componente que justamente tenemos en mente, un chasis ATX va a ser una opción más segura en este sentido. ¿Y quién sabe si en un futuro vamos a querer instalar una tarjeta Wi-Fi, Thunderbolt o de sonido PCIe? En un ITX solamente tendríamos una sola ranura. Otra limitación importante será la capacidad de RAM, en las ATX siempre tenemos 4 ranuras, mientras que en una ITX solamente habrá dos, aunque al soportar módulos de hasta 32 GB (2×64 GB), no es tan preocupante.
En este punto ya habrás hecho tu esquema mental de la configuración ideal para tu PC sea del tipo que sea, al final de cuentas, un PC normal tendrá como mucho un par de discos duros (SSD+HDD), una tarjeta gráfica y 16 GB de RAM. Pero ¿has pensado en la refrigeración?
Cuanto mayor potencia, más calor se genera, así que tener una buena entrada y salida de aire va a ser bastante importante, y por supuesto el espacio para que el hardware pueda respirar. Aquí es evidente que la mayoría de chasis ATX van a darnos un extra. Un gran compartimento principal nos sirve para introducir ventiladores frontales, traseros, superiores e incluso a veces inferiores. El flujo de aire es importante y serán dos los posibles escenarios:
En un chasis ITX el flujo puede que esté también estudiado, pero nunca será tan grande y eficaz. Por ello introducir procesadores con más de 8 núcleos va a generar pérdidas de rendimiento por temperatura casi seguro.
A esto se le suma la capacidad para sistemas de refrigeración líquida, que en un chasis ITX no será superior a un radiador de 120 mm en la mayoría de casos. Mientras que en un ATX tendremos espacio para configuraciones de 240, 280 y hasta 360 mm casi siempre. O incluso más, con capacidad para depósitos y sistemas custom como el Corsair Hydro X.
A lo anterior todavía tenemos que sumarle otros detalles como es el hecho de tener componentes extras disponibles. En un PC ATX vs PC ITX posiblemente ganará el ITX, pero en cierto modo nos brindará un poco de menos versatilidad.
En el ejemplo del NZXT H1 vs NZXT H710i que son dos polos opuestos, tenemos importantes detalles que se repiten en chasis de otros fabricantes. Una que es bastante habitual en un chasis ITX es el incorporar de fábrica una fuente de alimentación. Obviamente el precio del chasis sube, pero es un componente menos que comprar. Por un lado está muy bien porque ya viene preinstalada con los cables colocado y enrutados y ahorramos tiempo, aunque por otro, nos quita la posibilidad de elegir nosotros una propia. Si elegimos uno de estos chasis, recomendamos que al menos tenga certificación 80 Plus Gold o Silver y doble salida para tarjeta gráfica.
Pero hay mucho más, porque en el caso particular del NZXT H1, introduce hasta un sistema de refrigeración líquida de 140 mm. Imaginaos qué ventaja tan buena será esta para procesadores de alto rendimiento. Pero una vez más, esto nos quitaría la posibilidad de montar un disipador propio u otro sistema RL. Los chasis ATX por su parte disponen de ventiladores, desde uno hasta 3 o 4, y como mínimo recomendamos uno de entrada y otro de salida de aire. En el caso particular del NZXT H710i serán un total de 4, incluyendo un microcontrolador para gestionarlos desde el sistema.
La NZXT H1 es una excelente opción para gamers que se adentren en el mundo del PC gaming.
A esto podemos sumarle iluminación RGB, que siempre quedará genial en chasis ATX con frontal de mayor tamaño y espacio interior para instalar tiras RGB. En un ITX, estas posibilidades de personalización se reducen bastante.
Os dejamos con algunas guías para echarle un vistazo a los mejores componentes:
A modo de resumen las posibilidades que tenemos en cada tipo de chasis y lo recomendable se podría poner en esta tabla:
Con todas las claves ya presentadas, es el turno de pasar a la parte práctica en donde hemos evaluado el rendimiento de un PC ATX vs PC ITX con prácticamente el mismo hardware principal. ¿Creéis que habrá mucha diferencia?
Empecemos haciendo una pequeña descripción de los chasis utilizados y los componentes en cada caso.
En el caso del NZXT H710i estamos ante el chasis de mayores prestaciones que tiene a día de hoy el fabricante. Es una versión mejorada y actualizada del H700i de la generación anterior en donde se incluye el nuevo controlador Smart Device V2 con tiras RGB HUE 2 y cambios en la contrucción. Sus amplias medidas nos brindan un espacio increíble para sistemas de refrigeración líquida con triple bloque de hasta 360 mm y capacidad para depósito de agua y refrigeración custom. Contará con 3 ventiladores de 120 mm y 1 de 140 mm preinstalados.
Por parte del diseño, tenemos una alta modularidad al poder extraer el frontal y parte superior para facilitar el montaje de ventiladores. Así como un amplio espacio principal visible gracias a un vidrio templado y con iluminación integrada. Cuenta con compartimento dedicado a la PSU y discos duros, así como espacio para cables con tres sistemas de enrutamiento. La capacidad como podéis ver es una maravilla para hardware de gama alta o muy alta y una estética minimalista, y construcción de gran calidad disponible en varios colores.
Y para el NZXT H1 nos encontramos con uno de los mejores chasis ITX en formato vertical construidos. Su estética minimalista recuerda a los chasis NZXT ATX de tamaño completo y además disponible en blanco y negro. Es bastante más caro que el H710i, pero no olvidemos que tanto PSU como refrigeración ya vienen incluidas, así que son dos elementos menos de los que preocuparnos.
A pesar de que no dispone de ningún hueco extra para ventilador, hemos comprobado que su capacidad de refrigeración es muy buena, diríamos que algo superior a sus rivales. El diseño de torre vertical es una delicia, y tres de las caras permiten la circulación de aire en entrada y salida con filtro anti-polvo. Cuenta con un amplio compartimento para la tarjeta gráfica, lo que hace que podamos montar tamaños de hasta 300 mm y grosor de unos 2,5 slots. Para ello se ha incorporado un cable riser que direcciona la interfaz PCIe, también valorado en 30 o 40 euros.
El sistema de refrigeración todo en uno incluido consiste en un radiador de 140 mm con bomba de agua integrada, y un ventilador AER F140 especial. El bloque tiene un cold plate de cobre con pasta pre-aplicada y soporta sockets tanto Intel como AMD actuales. Por parte de la fuente de alimentación NZXT S650 Gold SFX-L, cuenta con una potencia de 650W y certificación 80 Plus Gold. Un gran detalle a tener en cuenta es que es 100% modular, soportando una salida EPS para CPU, doble salida PCIe para GPU y salida SATA.
Finalmente el hardware con el que hemos efectuado las pruebas será el siguiente:
Caja ATX
Caja ITX
El hardware principal como la CPU, Tarjeta gráfica, Disco duro y Memoria RAM permanecen invariantes, por lo que el rendimiento debería ser prácticamente idéntico en igualdad de condiciones. De hecho la CPU la hemos mantenido a su frecuencia de stock que serán 4,2 GHz en todos los núcleos.
Empezamos evaluando el apartado de temperatura que será de los pocos, por no decir el único, que hará cambiar los resultados de rendimiento de los equipos.
Para simular un proceso de estrés continuo, como por ejemplo jugar varias horas o renderizar, hemos estresado la CPU con Prime95 y la tarjeta gráfica con Furmark unas tres horas sin parar. Durante todo el proceso hemos monitorizado las temperaturas con HWiNFO de CPU, GPU, Placa, Chipset y SSD M.2 para ver cómo evolucionan. Y estos son los resultados de ambos equipos.
Como podemos ver, en los elementos principales como son la CPU y GPU quizás tenemos menor influencia por falta de espacio de lo esperado. Las temperaturas medias bajo estrés en la CPU difieren tan solo tres grados, y de hecho el pico se sitúa en ambos casos en los 82oC. Pero aquí es importante saber que para realizar ese control de temperaturas la CPU en el chasis ATX ha trabajado de forma continua en 4,2 GHz, mientras que en el ITX ha sido de entre 4,0 y 4,2 GHz de forma intermitente en intervalos de unos 7 a 10 minutos durante casi todo el proceso. Es decir, la frecuencia decae un poco para mantener estos resultados en el chasis ITX.
Si nos vamos a la GPU tenemos siempre el mismo rendimiento en frecuencia de procesador y memoria, pero claramente vemos que las temperaturas son casi 10oC más altas en el chasis ITX. En cualquier caso, son valores que todavía entran dentro de lo válido para esta GPU, y su rendimiento no deberá verse afectado.
En cuanto al resto de medidas tomadas, vemos que la más importante para nosotros serán las de la placa, ya que significa que la superficie y el aire interior están a más temperatura. Y al igual que ocurre con la GPU estamos en torno a los 8oC por encima en el chasis ITX. Por parte del chipset es orientativo, ya que el X570 genera mucho más calor que el B450, aunque también es cierto que usa ventilador. No obstante son casi 20oC, que es mucho. Finalmente en el SSD M.2 ambas placas tienen disipadores pasivos, y las temperaturas son similares incluso algo más elevadas en el chasis ATX debido al calor en las inmediaciones del chipset.
En este apartado también debemos hacer una valoración del software NZXT CAM que integra el chasis H710i, el cual nos permite mayor juego a la hora de gestionar los ventiladores y el ruido de la caja. Así como la iluminación y más elementos NZXT que integremos en el sistema.
De hecho la configuración usada ha sido de modo silencioso en los ventiladores frontales y sistema de refrigeración líquida y modo rendimiento en el trasero. Esto quiere decir que todavía tiene margen de mejora en temperaturas. En el caso de la ITX solo podemos gestionarlo desde la BIOS, o software de la placa, y lo hemos mantenido en rendimiento estándar sin entregar lo máximo para equilibrar las cosas.
Continuamos ahora con los benchmarks y pruebas de rendimiento, en donde hemos obtenido valores realmente similares entre el PC ATX vs PC ITX, pero como se podría prever el ATX nos da un pequeño extra en juegos.
En primer lugar los benchmarks de rendimiento general nos muestran resultados contrarios. Por un lado tenemos el test más actual como es PCMark 10 con una mejor puntuación en el placa ITX y si nos fijamos se debe principalmente al SSD, ya que las altas temperaturas del chipset han hecho que rinda un poco menos. En el test de PCMark 8 se impone la caja ATX principalmente por las mejores temperaturas de la tarjeta gráfica.
Respecto a los test de rendimiento puro de la CPU, pues son prácticamente idénticos tanto en Cinebench R15 como en R20. De hecho parece que en mono-núcleo ha dado un poco más en el chasis ITX, pero en el globallas temperaturas mandan y da ese pequeño extra en el chasis ATX, que tras un largo proceso, la brecha debería incrementarse un poco más.
En los benchmarks gráficos se puede ver que son prácticamente iguales, y son diferencias que ni siquiera merecen comentarios. En ellas se alternan el primer puesto el chasis ATX e ITX, así que para salir de dudas debemos irnos a los juegos, y ver que tal rinden.
En este apartado, las diferencias de temperatura harán que el chasis ATX entregue de media 2 o 3 FPS más en algunos juegos con resolución Full HD. Se eleva a un máximo de 4 FPS en 2K en Tomb Raider y Final Fantasy. Finalmente en 4K existen diferencias de unos 2 FPS.
¿Es relevante para decantarse por uno u otro? Pues para un usuario normal desde luego que no, porque la experiencia jugable va a ser la misma al menos con este hardware. Así que con un PC compuesto por una CPU de gama media 6C/12T y una tarjeta gráfica de gama alta, ambos chasis pueden ser gaming.
Habiendo visto los resultados de rendimiento entre el PC ATX vs PC ITX llegamos al final de esta pequeña guía comparativa con chasis NZXT como protagonistas. Os dejamos donde podéis encontrar los chasis de NZXT para comprar.
Como habéis podido ver, en esta configuración que hemos elegido las diferencias de rendimiento al final son muy pocas entre ambos chasis, incluso usando un chipset diferente. Así que se podría decir que te compres el que te compres, obtendrás excelentes resultados siempre que el chasis en cuestión tenga una buena refrigeración, como ha sido el caso de este ATX e ITX.
Pero no es ni mucho menos una regla fija. Si bien es cierto que hemos usado una tarjeta gráfica de gran potencia, esta CPU “solo” tiene 6 núcleos y el calor que genera no es demasiado elevado. Usando procesadores AMD Ryzen 9 3900X o Intel Core i9-10900K el escenario se hubiera puesto muy complicado para la caja ITX.
¿Entonces por qué no los hemos usado? Pues porque una CPU de 6 núcleos para gaming es la mejor compra todavía, y es lo más real o ajustado que se va a encontrar la mayoría de usuarios que deseen comprar un chasis ITX. Además, es de valorar los extras como el incorporar refrigeración líquida, fuente de alimentación y cable riser, que en conjunto rondarían los 240 euros.
Así que para un PC gaming de gama media/alta un buen chasis ITX será una compra acertada, mientras que si pretendemos montar procesadores de 10 núcleos o más, mejor un ATX de gama media o alta a ser posible. Esto será así en el 99% de los casos, y seamos realistas, no tiene mucho sentido meter CPU tan potentes en una placa ITX salvo que lo tengamos totalmente decidido.
Tanto en un lado como en el otro, un chasis de calidad y buenas prestaciones siempre será garantía de éxito y durabilidad. Si os gastáis 1000 euros o más en un PC, dadle la caja que se merece.
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