Hoy queremos hablar sobre dónde colocar el ordenador: en el suelo o en la mesa, e indagar en qué implica cada opción. De entre todas las cuestiones que un usuario suele hacerse a la hora de establecer su setup perfecto, una de las más influyentes es la posición del equipo.
Tradicionalmente, los equipos se ubicaban encima del escritorio, junto a otras piezas del equipo; pero el aumento del tamaño de los mismos, así como las facilidades para ubicarlo a placer, han relegado a estos dispositivos a otras posiciones menos aparatosas. De las mencionadas posiciones, las más habituales son el propio escritorio, o colocar nuestros equipos a nivel de suelo.
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Valorando una posición baja
Si bien hemos comentado que, tradicionalmente, los equipos solían colocarse sobre el escritorio; actualmente lo más habitual tal vez sea acomodarlos en la parte baja del mismo, a nivel de suelo.
Las razones para hacer esto son diversas. La principal la consecuente obtención de espacio en el escritorio tras retirar el equipo (aparatoso en muchas ocasiones). La otra gran ventaja podríamos decir que es la ausencia de molestias por cosas como el ruido o luces de nuestro equipo, si es que las tiene; así como una mayor seguridad del mismo frente a accidentes habituales, como caídas o vertidos. A cambio de elegir esta posición damos a cambio una serie de inconvenientes, como lo es la mayor acumulación de polvo en el equipo por la cercanía al suelo. Del mismo modo también deberíamos tener en cuenta la peor gestión del cableado, que se acrecienta cuanto más lejos esté el equipo del escritorio y sus periféricos.
Sumariando los pros y contras de esta opción, podríamos decir que:
El escritorio como alternativa
Si nos sobra espacio en nuestro escritorio, o simplemente creemos que tener ahí a nuestro equipo no va a afectarnos de forma negativa, la alternativa a nuestra anterior opción es acomodar el equipo sobre nuestro escritorio.
Al hacer esto, nos aseguramos de que el equipo acumule una menor cantidad de polvo de forma natural que si lo dejásemos en una posición más baja; además, su posición privilegiada y de fácil acceso hace más sencillo alcanzar los diferentes puertos del equipo y usarlos libremente. Como aliciente adicional a lo ya expuesto, la gestión del cableado suele ser más sencilla por la proximidad con el resto de los periféricos.
Sus inconvenientes siguen la tónica general de sus ventajas: lo contrario a lo expuesto en la posición baja. Colocar nuestro equipo sobre el escritorio nos priva de un espacio mucho más valioso que el suelo, al menos, a la hora de trabajar; mientras que, sin los cuidados adecuados, el escritorio puede recibir daños derivados del peso del equipo y su construcción. Además de todo ello, si tenemos un equipo especialmente ruidoso o llamativo, podemos pasar un mal rato.
Como sumario de todo lo escrito:
¿Cuál de las dos alternativas es mejor?
Para nosotros, de las dos opciones, la única que te brinda una ventaja real es colocar el equipo en el escritorio. Al hacer esto ganamos en accesibilidad y en limpieza a cambio de espacio, la contra es que, sin ese espacio, esta opción no es viable.
Siempre será mejor tener el escritorio suficiente y adecuado para realizar nuestras actividades, si colocar el equipo en dicho espacio nos impide trabajar de forma adecuada, o simplemente nos incomoda, colocarlo a nivel de suelo es nuestra única opción real, por lo que no hay debate.
Así es como nosotros, desde Profesional Review, resolvemos esta sencilla cuestión. Si quieres saber más sobre cómo ordenar tu espacio de trabajo, o qué hacer para que tu equipo luzca mejor en dicho espacio, te recomendamos una de las siguientes lecturas:
- Cómo organizar el cableado de tu mesa.
- PC colgado en la pared, conoce esta disposición y aprende a hacerlo
Entonces. ¿Dónde tenéis colocado vuestro PC? ¿Encima del escritorio o en el suelo? ¡Queremos saber vuestra opinión y ver fotos!