Por qué no debes comprar fuentes de alimentación genéricas

Las fuentes de alimentación son un componente crucial para todo ordenador. Sin embargo, tal vez por su escaso impacto percibible sobre el rendimiento del equipo, son muchos los usuarios que tienden a ignorarlas a la hora de configurar sus equipos; optando en el proceso por las llamadas “fuentes de alimentación genéricas” para ahorrar así unos euros en la configuración. Desde Profesional Review creemos que dicha práctica puede no ser sana para tu equipo, especialmente pasados ciertos umbrales de potencia. Por ello, hoy hablaremos sobre por qué no debes comprar fuentes de alimentación genéricas.

La función clave de la fuente de alimentación dentro del equipo

Vamos a comenzar el texto revindicando rápidamente cuales son las funciones de este componente en nuestros ordenadores. La fuente de alimentación es la encargada de suministrar energía a nuestro equipo. Convierte la corriente alterna (AC) en corriente continua (DC), la necesaria para que nuestro equipo opere con normalidad; sin su acción, nuestros ordenadores serían una amalgama de componentes afuncionales.

Además de esto, se trata de uno de los componentes más castigados del conjunto del equipo, el funcionamiento del mismo requiere de su actividad y son relativamente susceptibles a problemas comunes como apagones, reinicios, o subidas de tensión. Por otro lado, su estandarización les profiere una larga vida útil potencial; si el componente sigue funcionando correctamente, podemos usarlo en múltiples equipos a lo largo del tiempo sin problemas. Es debido a ello que revindicamos la importancia del mismo; así como de adquirir un modelo competente cuando procedemos a comprar una de estas piezas.

Por qué evitar los modelos genéricos

Entrando en materia, la razón principal por la cuál no debes comprar fuentes de alimentación genéricas es la calidad de sus materiales, su eficiencia y la veracidad de sus datos. La mayoría de las fuentes de alimentación baratas lo son por optar por componentes de baja calidad; que normalmente se traducirá en una baja eficiencia energética y mayor susceptibilidad al fallo.

Un fallo en la PSU puede derivar a otras piezas del equipo

La baja eficiencia energética puede derivar en información errónea de cara a los valores aportados por el fabricante. Por ejemplo, una fuente de alimentación de 500 W genérica de mala calidad tendrá una potencia continua menor que una con una certificación de eficiencia; por lo que es poco probable que obtengamos esos 500 W que publicita ese hipotético modelo. Pero eso es sólo la mitad de la ecuación.

Debido a que la fuente de alimentación, como componente, está enlazada a muchas de las piezas clave del equipo; los errores acaecidos a raíz de ella pueden llegar a afectar a otras piezas “sanas” de nuestro ordenador en forma de daños tangibles a las piezas. Una fuente que suministre mal la energía a una tarjeta gráfica, por ejemplo, puede derivar en daños para la misma.

No tienes que gastarte una fortuna en una PSU para que sea buena

Sin embargo, y aún a pesar de todo lo expuesto hasta ahora, la alternativa a adquirir una fuente de alimentación de mala calidad no pasa necesariamente por desembolsar una gran cantidad en una de mayores prestaciones, sino en informarnos mejor de las cualidades de los modelos que necesitamos.

Existen estándares, como la certificación 80 Plus, que tienen una buena reputación y veracidad a la hora de etiquetar el funcionamiento de las fuentes de alimentación. También existen numerosas páginas especializadas en las comparativas de esta clase de productos, así como iniciativas llevadas a cabo por grupos de usuarios que, mediante la transferencia de sus impresiones de uso, nos ayudan a tener una idea general del funcionamiento de cada modelo de PSU, independientemente de los datos del fabricante.

Te recomendamos la lectura de las mejores fuentes de alimentación

Páginas como Cybernetics podrían ser un buen ejemplo que hemos recomendado anteriormente; mientras que las propuestas como la de JonnyGuru y su Tier-List colectiva abogan por esa “voz popular” como vía de información. La clave es tener positivos de varias fuentes sobre un modelo en concreto que creamos que satisfará nuestras necesidades.