Es vox populi que en los cables HDMI de larga longitud podemos experimentar un rendimiento menor respecto a la velocidad de transmisión de datos. En este tutorial vamos a abordar dónde se encuentra el límite a la hora de mantener una señal estable y si hay diferencia real en un cable HDMI promedio de entre 5 y 10 metros.
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La High Digital Multimedia Interface fue un modelo de conexión que apareció en 2002 para ofrecer una resolución, velocidad y calidad de imagen propia de la nueva alta definición 1080p.
Actualmente la versión más moderna de HDMI alcanza la numeración 2.1 mientras que el número de formatos diferentes que este conector presenta se resume en sólo cinco variantes. Como usuarios de a pie normalmente nos limitamos a manejar el HDMI-A (el más común) y sus variantes más pequeñas para dispositivos slim: Mini HDMI (tipo C) y Micro HDMI (tipo D).
Dado que cada fabricante establece sus propios parámetros no existe un estándar para la longitud apropiada de cables HDMI, pero lo que sí debéis saber es que cuanto mayor es su longitud más puede atenuarse su señal. El promedio está entre uno y dos metros, pero debéis saber que el máximo recomendado es de cinco metros.
En el formato HDMI no se experimentan señales de mala calidad como podía llegar a suceder con cables de larga longitud VGA. En este caso la señal llega al dispositivo o no dado que los datos se emiten por paquetes de código binario enviados de emisor a receptor. En cables de más de 15m puede ocurrir que algunos de esos «paquetes» se pierden, por lo que la imagen de vídeo se entrecorta (saltándose fragmentos).
A partir de los cinco metros el terreno tiene volverse un tanto pantanoso para el cable HDMI. Básicamente: a mayor longitud, más potencia necesita la señal para transmitirse. Por tanto, para cables largos son importantes especificaciones como un conector de oro (el mejor conductor) o que propio cable esté apantallado (recubierto por una malla o tubo metálico.) y con un recubrimiento de un forro de fibra semirrígida. Esto es porque dichos cables están reforzados y no son sólo de plástico. La calidad del material y el proceso de fabricación define la longitud potencial del cable sin perder calidad y su resistencia a enredos.
El grosor medio de los cables HDMI se mide en AWG (American Ware Gauge) y suele rondar un calibre entre 24 AWG y 28 AWG, que se traducen en 0.2 y 0.8mm respectivamente. AWG23 es el más grueso. Como podréis imaginar, estas características también pueden aumentar levemente su precio.
Ten en cuenta que para grandes longitudes puedes usar un HDMI IP Extender, tenemos un artículo en el que te enseñamos a usarlo. La alternativa es el HDMI por fibra óptica.
Siempre y cuando adquiramos un cable de calibre 23 o 24AWG, apantallado y con conectores chapados en oro, realmente no deberíamos experimentar problemas tanto si es de 5m como 10m de longitud. No obstante, hasta 5m suele ser el largo recomendado mientras que más de 15m es muy común que presenten problemas.
Os recomendamos la lectura de: Mejores monitores del mercado.
Ante cualquier otra duda que se os pueda presentar en los cables HDMI de larga longitud, recordad que siempre podéis escribirnos en los comentarios. Nosotros (perdonadnos la broma) os echaremos un cable siempre que sea posible.
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