Los keypads son como esos amigos excéntricos: en su peculiaridad reside su encanto. Razer nos trae para analizar en esta ocasión el Razer Tarus Pro, una versión renovada de su antecesor, el Razer Tartarus V2, que se guarda más de un as bajo la manga. ¿Os pica la curiosidad? ¡Seguid leyendo!
El embajale de Razer es el habitual: una caja de fondo verde y negro que nos muestra en su portada el producto con una fotografía resaltada en resina. A ambos lados tenemos en la zona superior el imagologo de Razer junto con el detalle estella: interruptores analógicos. También contamos con el nombre del modelo acompañado del sello de Razer Chroma RGB y tres claves:
Si le damos la vuelta, en el reverso podemos apreciar una introducción de la marca al Razer Tartarus Pro así como sus características anteriormente mencionadas explicadas con mayor detalle.
Abrimos la caja tipo cofre e inmediatamente nos recibe el Razer Tartarus Pro dentro de un molde de poliestileno de color negro. El reverso de la tapa también está forrado con espuma y de entrada nuestra primera impresión del producto es muy buena.
En nuestro caso, hoy os traemos a analizar el clásico modelo Negro, aunque también podemos optar su alternativa blanca, el Mercury White.
Razer Tartarus Pro es un keypad, un teclado parcial específicamente diseñado para el gaming y que abarca lo que tradicionalmente serían las teclas de uso en el extremo izquierdo del mismo. Como elementos adicionales contamos con una rueda de scroll integrada, un botón para movernos entre perfiles y una cruceta.
En un primer vistazo notamos que ergonómicamente el Razor Tartarus Pro está diseñado para usarse con la mano izquierda, dejando libre la derecha para el uso del ratón. Los materiales de todos sus elementos son plásticos con acabados diversos teniendo el negro como única paleta cromática.
Empezando por la zona posterior, observamos una pieza de plástico ondulada que se adapta a la curva cóncava de la palma de nuestra mano, mientras que en el apoyo para la base de la muñeca se le añade una almohadilla viscoelástica. Este cojín tiene un acabado de polipiel y presenta serigrafiado en mítico imagologo de la serpiente tricéfala propio de Razer. El material en ambos casos es suave, la pieza inferior de plástico tiene un tacto levemente gomoso que evita que deslicemos la palma con facilidad sobre él con el exceso de sudor, es un buen detalle.
En el margen superior encontramos el conjunto de teclas con una distribución asimétrica aunque con tendencia hacia el formato rectangular. Consiste en cinco columnas y cuatro filas de teclas, agrupando un total de 32 interruptores. La estructura que los acoge es una pieza única que recorre toda la base del Razer Tartarus Pro, realizada en un plástico de acabado mate levemente granulado y rugoso.
Centrando la vista en los interruptores, aquí tenemos un conjunto de keycaps realizado en ABS de doble inyección, por lo que son totalmente retroiluminables. La tipografía presentada es idéntica al resto de modelos en Razer, con un trazo muy fino.
En el lateral derecho, antes de los botones auxiliares, encontramos una rueda de scroll. Esta tiene un forro central de goma antideslizante con bandas estriadas y está a su vez rodeada por dos anillos retroiluminables de color blanco.
Más abajo observamos una serie de botones adicionales que son ajenos al panel del teclado como tal. En primer lugar, tenemos un botón pequeño de acabado brillante que por defecto sirve para cambiar entre los perfiles configurados en nuestro Razer Tartarus Pro. A continuación tenemos la cruceta, que es multidireccional y tiene un diseño que en su parte superior está combinado con un joystick. Por último, un interruptor de mayores dimensiones en la zona inferior trasera hace las veces de tabulador o barra espaciadora.
Al dar la vuelta al Razer Tartarus Pro lo primero que nos llama la atención son sus cinco superficies de goma antideslizante, que son en general de un tamaño generoso y permiten una muy buena sujeción de nuestro keypad sobre la mesa, En la zona izquierda encontramos el punto de conexión del cable. Esta zona es muy discreta desde la vista cenital dado que una porción de la pieza sobresale con un alero para no dejarla visible.
En el centro de la pieza observamos una placa con el nombre de modelo Razer Tartarus pro acompañado de su código de barras y diversos certificados y sellos de control de calidad.
El cable del Razer Tartarus Pro está forrado con fibra trenzada de 180cm y es muy resistente aunque algo rígido. Es un modelo no extraíble. La conexión disponible es un USB tipo A con refuerzo de goma, incluso trae un capuchón de plástico para el transporte.
Un keypad tiene una única misión en la vida: darlo todo en el terreno de juego. Es por esto que supone el único uso que le hemos dado, aunque somos conscientes de que se puede compaginar con actividades gráficas.
Si tenemos en cuenta sus dimensiones, de 15,2 x 20,3 x 6,4 cm, entenderéis que os digamos que tiene un tamaño considerable. Hay que anotar que la zona de las teclas no ofrece un espaciado o distribución excesivamente distante a lo que estamos acostumbrados en un teclado convencional. La cuarta fila presenta una leve inclinación para favorecer la ergonomía, pero nuestro mayor inconveniente llega más bien con los botones auxiliares.
La cuestión es la siguiente: el Razer Tartarus Pro es perfecto para agarre palmar y manos grandes, pero en mi caso no tengo ni lo uno ni lo otro. Como podéis ver, en las fotografías con una mano más bien grande se alcanzan con comodidad todos los botones, incluso aquellos que están en las esquinas superiores izquierda y derecha.
No obstante yo tengo unas manos medianas tirando a pequeñas, de unos 17cm, y mis dedos no alcanzan bien ninguna de esas teclas. La pulsación de la barra espaciadora para saltar, por ejemplo, también me pilla algo lejos y exige relajar los controles en WASD, algo que tampoco es lo ideal.
No obstante no todo va a ser malo. La pulsación de las teclas con mecanismo analógico nos permite varios grados de intensidad y es lineal y sólida. El carácter óptico de los propios interruptores unido a su tasa de sondeo de 1000Hz hacen del Razer Tartarus Pro un compañero muy fiable a la hora de jugar.
Nuestra conclusión es que es un keypad cómodo, pero puede que no apto para todos los usuarios. Una sujeción con palma en reposo y manos grandes parecen ser requisitos esenciales, de modo que hemos querido destacar esa faceta para vosotros para que lo tengáis en cuenta.
Todo producto de Razer está vinculado a Razer Central y Razer Synapse. Ya os vamos adelantando que las opciones del Razer Tartarus Pro son muchas y muy variadas, ofreciendo al usuario un keypad extremadamente completo y personalizable. En esencia tenemos dos pestañas:
La primera mención de interés está en que podemos personalizar el punto de accionamiento primario y secundario, estableciendo la distancia de pulsado recorrida antes de hacer saltar uno u otro. Razer Tartarus Pro nos ofrece también acceso directo a la modificación de trastear las Propiedades del teclado y mando de juego de Windows, aunque no os recomendamos hacerlo sin que tengáis claro lo que hacéis.
Por defecto también encontraréis que el número de perfiles iniciales se agrupan en tres categorías distinguidas por color: Keymap, Controller y Joystick.
Si nos vamos al mapa de botones del Razer Tartarus Pro y hacemos clic en cualquiera de ellos veremos que se abre un amplísimo panel con todas las opciones de personalización disponibles. Aquí podremos asignar aperturas de programas y macros de todo tipo tanto a los botones optomecánicos como a la cruceta, el cielo es el límite.
Nos vamos a la iluminación, y es que esta es una sección que siempre nos entusiasma. Los LEDs tecla a tecla se encuentran fuera del mecanismo bajo una lámina de plástico transparente, por lo que la luz llega al exterior a través de las teclas con una muy buena intensidad.
Todos los patrones son personalizables mediante Razer Chroma, y si queremos profundidad con iluminación específica para algunas teclas siempre podemos recurrir a Chroma Studio y crear un perfil específico.
También en la rueda de scroll y el botón adicional para el tabulador disponen de iluminación, mientras que en el perfil lateral derecho podremos ver uno de los tres LEDs disponibles iluminado para indicarnos qué perfil se encuentra activo.
El Razer Tartarus Pro como buen keypad que es está dirigido a un público con necesidades muy específicas. Generalmente tenemos un perfil de jugador por ejemplo juegue en un ordenador portátil y necesite un complemento extra que le aporte la fiabilidad de un teclado mecánico sin ocupar gran espacio.
Los acabados y materiales seleccionados son excelentes, desde los interruptores analógicos con sensor óptico hasta el cable trenzado. Ergonómicamente resulta también cómodo de manejar, aunque es cierto que favorece a los usuarios de manos grandes y agarre palmar.
Te recomendamos la lectura de: Mejores teclados del mercado.
Las diferencias entre el Razer Tartarus Pro y su antecesor, el Razer Tartarus V2 reside en los pequeños detalles. En esencia son el mismo keypad, pero con interruptores mejorados. Los 1000Hz de tasa de sondeo se mantienen inamovibles, así como la estupenda iluminación con Razer Chroma.
Podemos adquirir el Razer Tartarus Pro en la web oficial de Razer por 149,99€. Su precio está a la altura de algunos de los mejores teclados mecánicos gaming del mercado, así que entendemos que se trata de un artículo selecto en el que se han empleado los mejores recursos de la marca. No obstante es un periférico con un uso bastante específico, por lo que recomendamos pensarlo bien antes de adquirir uno. Eso sí, es calidad garantizada.
VENTAJAS | INCONVENIENTES |
EXTREMADAMENTE PERSONALIZABLE | PENSADO PARA MANOS GRANDES |
ERGONÓMICO Y CÓMODO | FAVORECE AGARRE PALMAR |
INTERRUPTORES ÓPTICOS ANALÓGICOS |
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