Todos utilizamos puertos USB sean del formato que sean. Ahora bien, ¿cuál es la diferencie entre cada numeración? ¿Qué cambios supuso la llegada del USB 3.0? ¿Fue realmente significativo? Hoy os lo explicamos todo a pies juntillas y os sacamos de dudas. ¡Vamos allá!
Índice de contenidos
Qué es un USB
El USB, Universal Serial Bus es un formato de conexión que apareció por primera vez en 1996 de la mano de el diseñador informático Ajay V. Bhatt e Intel Corporation. Básicamente son una familia de conexiones que llegó al mercado dispuesta a estandarizar el maremágnum de puertos existentes en el mercado a principios de los 90’s.
Códigos de color
Visualmente a menudo podemos encontrar dispositivos USB con lengüetas de colores que no dejan muy claro su significado. Realmente las empresas tenían cierta manga ancha para elegir, aunque podemos daros unas pautas de referencia para que comprendáis el interés inicial de establecer un código de color con cada versión de puerto USB y que fuesen reconocibles para que los usuarios supieran de un vistazo qué estaban comprando. En la actualidad este sistema aún sirve para diferenciar un modelo de otro:
- USB 1.X: se los identifica con el color blanco.
- USB 2.X: muy difundidos y con lengüeta de color negro.
- USB 3.X: los más rápidos, distinguibles con el azul Pantone 300C.
No obstante la cosa no termina ahí. A día de hoy aún podemos encontrar más colores «estandarizados» que intentan comunicarnos funciones adicionales en los puertos USB. Los ejemplos más conocidos son:
- Rojo: Sleep & Charge, un puerto 2.0 con capacidad de cargar dispositivos externos, pero necesita que el dispositivo esté activo. No obstante en algunos fabricantes también puede ser amarillo.
- Amarillo: Always On, aún con el dispositivo en suspensión o hibernación este puerto puede cargar otros periféricos o smartphones conectados.
- Naranja: Charging capable, un puerto 3.0 que también realiza funciones de carga.
Para añadir algo de diversión extra, algunas marcas de periféricos gaming, como Razer (verde), CoolerMaster (morado) o PC Master Gaming Race (amarillo) utilizan colores corporativos para las lengüetas USB-A de sus productos. Estos colores no necesariamente nos aportan información sobre las funciones o versión del puerto, sino que es un elemento puramente estético.
Versiones y velocidades de los USB
Cuando llegaron al mercado los puertos USB ofrecían un tamaño compacto, usos muy diversos y una mejora de velocidad significativa que fue aumentando desde su versión 1.0 hasta el actual 3.1. Cada tipo de puerto tenía su formato e inicialmente se tendían a dividir entre periféricos y telefonía móvil. En todos ellos podíamos observar con el pasar de los años una mejoría de rendimiento y la tendencia actual a dar preferencia a dos modelos concretos: USB-A y USB-C.
- USB 1.0, 1996: con una tasa de transferencia de 1.5Mbit/s máximos (unos 188 kB/s), fue empleado principalmente para dispositivos de uso cotidiano como teclados, ratones, cámaras web o pendrives.
- USB 1.1, 1998: la velocidad de transferencia pasó de 1.5Mbit/s a 12Mbit/s. Como os podréis imaginar el USB 1.1 parecía un Fórmula Uno al lado de su antecesor y rápidamente cobró fuerza.
- USB 2.0, 2000: De 12Mbit/s pasamos a 480Mbit/s. Esto supone unos 60 megabytes por segundo en condiciones óptimas, aunque encontraríamos que su tasa real solía rondar más bien los 280Mbit/s.
- USB 3.0, 2009: con una tasa de transferencia de hasta 4,8 Gbit/s (600 MB/s), este bicho se llevaba de calle al 2.0 y es extremadamente popular en la actualidad.
- USB 3.1 SuperSpeed, 2013: la tasa de transferencia aumenta de 4,8 Gbit/s (600 MB/s) a 10 Gbit/s (1,25 GB/s).
- USB 3.2/4.0 SuperSpeed (2020): aún no ha sido lanzado de manera oficial, pero se espera de él que alcance una velocidad de transferencia de hasta 20 Gbit/s (2,5 GB/s).
El USB 3.0 y su relevancia
Entonces, ¿qué hace especial al USB 3.0? Para decirlo de forma sencilla el salto generacional en cuestión fue espectacular, ofreciendo las mejores tasas de transferencia y capacidad de enviar y recibir datos simultáneamente. El USB 3.0 era ahora el chico guay del parque con los que todos los niños quieren jugar, o lo era hasta que surgieron sus sucesores. El camino ha sido largo, pero los números hablan por sí solos y fue tan radical el salto de velocidad que todas las versiones 3.X reciben la coletilla «SuperSpeed« para diferenciarse de las dos gamas anteriores.
- USB 1.1 (12 Mb/s)
- USB 2.0 (480 Mb/s)
- USB 3.0 (5 Gb/s): «SuperSpeed USB».
- USB 3.1 (10 Gb/s): «SuperSpeed USB 10 Gbps»
- USB 3.2 (20 Gb/s): «SuperSpeed USB 20 Gbps»
Es pertinente añadir que ha habido muchos cambios de nomenclatura en estas tres últimas versiones de USB hasta quedarse tal y como están actualmente. Para muchos, el USB 3.1 debería haberse llamado «USB 4.0» y el 3.2 «USB 5.0», pero no parece que esos cambios vayan a ocurrir próximamente. Queda esperar a la siguiente versión (que muchos llaman 4.0 en vista del caos en la nomenclatura actual) para confirmar cuál va a ser su nombre final y las velocidades que alcance.
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El USB 3.0 fue todo un bombazo generacional y supone una muestra de cómo cada pocos años la tecnología avanza más y más en busca del mejor rendimiento. Si bien es cierto que ya hay un par se herederos al trono de la velocidad SuperSpeed, la aparición por primera vez de esa lengüeta azul y sus implicaciones siempre quedarán en nuestro recuerdo.
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Actualmente es una cuestión obligatoria para todos aquellos que trabajamos con datos y utilizamos USB contar con dispositivos de almacenamiento con versión 3.0 o 3.1 para mantener un buen ritmo de trabajo. No obstante sus aplicaciones no terminan aquí, dado que también para ocio resulta una novedad extremadamente útil. Discos duros externos, pendrives, placas base y torres de ordenador son las aplicaciones más comunes de estos puertos, suponiendo un elemento crucial en nuestro día a día. Queda esperar a finales de 2020 para tener novedades sobre el coloquialmente llamado «USB 4.0» y ver qué aportaciones trae consigo.