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¿Podemos jugar con tan sólo dos núcleos en 2020?

Intentamos responder a esa pregunta para los jugadores que disfrutan de procesadores más humildes

Si hace un tiempo debatíamos sobre la posibilidad de usar procesadores de cuatro núcleos para jugar; hoy queremos llevar un paso más allá esa cuestión y lanzar al aire la siguiente pregunta: ¿Podemos jugar con tan sólo dos núcleos en 2020? ¿Cómo afecta la carencia de hilos al desempeño de nuestro equipo al jugar? Dos preguntas muy relacionadas entre sí y que son de especial interés para aquellos jugadores reacios a deshacerse de procesadores algo más humildes (o longevos según el caso).

El dilema de los núcleos para jugar

Si bien en el anterior artículo abríamos con una breve descripción de lo que eran los núcleos e hilos de nuestros procesadores; en esta ocasión, y debido a que es algo que hemos explicado en múltiples ocasiones con más profundidad, vamos a dar por hecho que conoces esta parte fundamental de esta pieza. En vez de eso, vamos a comenzar cuestionándonos la utilidad de estos núcleos e hilos a la hora de jugar a nuestros videojuegos favoritos.

limpiar procesador

Los núcleos e hilos de nuestros procesadores son, tan sólo, unidades de procesamiento; su número no determina la velocidad intrínseca del procesador. Sin embargo, sí que pueden favorecer su agilidad a la hora de realizar ciertas tareas: aquellas que se han creado para, específicamente, aprovecharse del extra de capacidad que nos aporta un mayor número de núcleos e hilos. Por ejemplo, un programa como Adobe Photoshop está optimizado para usar cinco núcleos; por encima de eso, su rendimiento aumenta, pero no exponencialmente.

Los videojuegos no han sido (tradicionalmente) una actividad que ha aprovechado poco esta facultad de ciertos procesadores. Generalmente, el número de núcleos e hilos para los que nuestros videojuegos están optimizados atienden a las características de la gama media de procesadores; ya que son un producto audiovisual cuyo objetivo es llegar al máximo público posible. Pero también entran otros factores en cuenta, como las características de las consolas de cada generación; si se trata de un port o un juego desarrollado para PC; o el mismo tiempo de desarrollo del que disponen los estudios. Todos estos factores entran en juego.

Quitando esta optimización, los videojuegos han sido una tarea que siempre ha beneficiado a las altas frecuencias e IPC; ya que la velocidad es un factor clave a la hora de llevar a cabo una labor tan rápida y reactiva como lo son los videojuegos. Este es el motivo principal por el cual los procesadores Intel han sido recomendados a la hora de configurar equipos para jugar durante muchos años (aunque ahora parece haber cambiado el paradigma).

La importancia de la arquitectura y las tendencias de juego actuales

Llegados a este punto podemos preguntarnos cuál es el “número de núcleos ideal” actualmente. Una duda para la que no hay una respuesta clara, ya que en la actualidad podemos ver producciones como Blasphemous o Red Dead Redemption II salir el mismo año; pero el consenso parece estar en que los cuatro núcleos son el mínimo recomendable; mientras que los seis núcleos son el número ideal, salvo títulos muy procesador-dependientes que puedan hacer uso de ocho procesos de nuestra CPU de forma intensiva (sin ser la norma).

Es imperativo hablar aquí también de la importancia de la arquitectura. En la línea de lo que hemos escrito en el apartado anterior; el IPC y las frecuencias son dos de las claves para cualquier procesador cuya actividad principal va a ser el juego, pero ambos valores dependen íntegramente de la arquitectura de nuestros procesadores.

Un procesador moderno de cuatro o menos núcleos tendrá (en la mayoría de las ocasiones) mejor rendimiento en videojuegos que un procesador de hace más de tres generaciones, aunque ambos compartan frecuencias, o el más longevo tenga un mayor número de núcleos. Pensemos en la mejora del rendimiento que han tenido los procesadores AMD desde su salto a Ryzen desde la serie FX, a pesar de que esta última cuente con ocho núcleos físicos en la mayoría de sus modelos y muchos de los Ryzen de gama media cuentan con “sólo” cuatro o seis núcleos físicos.

La hora de la verdad: los dos núcleos en un escenario real

Teniendo en cuenta todo lo escrito hasta ahora, y en la tónica de lo que hemos propuesto en las primeras líneas de esta entrada, toca ver el desempeño de los procesadores de doble núcleo a la hora de jugar en 2020. Para ello, del mismo modo que hicimos en nuestro anterior artículo dedicado al número de núcleos que tenemos para jugar, hemos escogido las aventuras de Lara Croft de la actual generación para la comparativa.

Equipos de pruebas usado:

  • Procesador: Intel Core i7-8700K @Stock
  • Memoria RAM: 16 GB RAM @ 3200 MHz en Dual Channel
  • Tarjeta gráfica: Nvidia GTX 1080 Ti

El uso de diferentes iteraciones del mismo motor debería servir para ver qué han favorecido los desarrolladores:

Pruebas Tomb Raider

Los resultados son también parecidos a los que vimos en nuestro anterior artículo. El primer título de la trilogía penaliza menos el reducido número de núcleos debido a su fecha de salida y la naturaleza de los procesadores de gama baja de la época (estamos hablando de 2013); pero conforme nos acercamos a nuestros días se favorece más al mayor número de procesos.

Para añadir una comparativa más a este artículo vamos a realizar una prueba más. En esta ocasión con los títulos de Respawn Entertaiment bajo el mando de EA. Tanto los dos Titanfall como Apex Legend hacen uso de una versión muy modificada de Source Engine de Valve; un motor que, tradicionalmente, se ha comportado bien con los procesadores de dos núcleos.

Pruebas Titanfall

Aunque podemos jugar a nuestros juegos perfectamente en un doble núcleo, algunos títulos se nos resistirán y en la mayoría de ocasiones incurrimos en un cuello de botella.

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Se cierne sobre nosotros la realidad de los dos núcleos en la actualidad: podemos jugar a nuestros juegos perfectamente, pero el cuello de botella que sufrimos por ello pasado cierto nivel gráfico será evidente. No es necesario que cambies de procesador si el doble-núcleo que tienes actualmente cumple con tus expectativas; pero es muy probable que tengas mejores resultados si subes el número de núcleos físicos a los cuatro o seis núcleos.

Manuel Buzón

Fan absoluto de todo lo que consista en pasar páginas, mirar pantallas o pulsar botones. Mi interés por trastear con cacharros no tiene cura, pero escribir me sirve de terapia.
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