Seguro que muchos os lo habéis preguntado alguna vez: refrigerar por agua el procesador. Os contamos todo sobre ello dentro.
A todos nos preocupa las temperaturas de nuestro procesador, por lo que empezamos a buscar soluciones en el mercado que nos permitan tener este componente lo más frío posible. Entre éstas, encontramos la refrigeración por agua, la cual se postula como una de las ideales. Así que, hemos decidido darle un repaso para deciros si merece la pena o no.
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La principal solución es la refrigeración líquida, que puede consistir en un líquido refrigerante o en agua. Hay que decir que un sistema de refrigeración líquida es complejo y costoso, por lo que hay que empezar por este punto.
Encontramos dos tipos de refrigeraciones líquidas: las AIO (All in One) y las «custom», que son las más complejas de las dos. En cuanto a las primeras, su funcionamiento es básico:
Por otro lado, el funcionamiento de la refrigeración líquida custom es más complejo e intervienen varios componentes:
Por tanto, así funcionan ambos kits de refrigeración líquida, pero la pregunta es ¿Merece la pena refrigerar por agua el procesador?
Para saber la respuesta de ello, vamos a evaluar las ventajas y desventajas de este sistema, poniendo en contraposición a la disipación por aire convencional.
Existen muchos beneficios que podremos obtener en el caso de que queramos refrigerar el procesador por agua. Así que, coged papel y boli porque os los ponemos abajo.
Actualmente, el sistema que permite tener el procesador lo más fresco posible, es la refrigeración líquida. Esto interesa bastante porque podremos alargar la vida útil del componente, simplemente por tenerlo más fresco de lo normal en fases de carag.
Como consecuencia de esos menos grados, tenemos la posibilidad de hacer un overclock extremo y de subir al procesador a frecuencias altas. El principal motivo por el que los usuarios eligen este sistema es por la refrigeración que produce al procesador.
Nos quedaremos mucho más tranquilos con un sistema de este tipo, especialmente cuando utilizamos el PC para tareas muy duras, como renderizados, etc.
Al contrario que un disipador de aire, el sonido es prácticamente nulo, incluso cuando tenemos un kit más básico de lo normal. Esto es porque no necesitamos un gran ventilador que esté trabajando a destajo, sino que el agua prácticamente no se escucha circular.
Igualmente, en los sistemas AIO no escucharemos los ventiladores a toda máquina, salvo casos específicos.
Ni que hablar de que el PC gana muchísimos enteros estéticamente hablando. Esto es porque podemos poner iluminación RGB a nuestro kit, como elegir el color de los fluidos que vamos a utilizar. Por tanto, facilita la personalización de nuestro ordenado.
Siempre podéis hacer de vuestra torre una discoteca. Estoy seguro de que alguno que nos está leyendo tendrá iluminación RGB por todos lados ¡Dejad un comentario abajo si sois uno de estos!
Como siempre, nada es de color de rosa, así que tenemos que informaros de las desventajas que podemos encontrar en el uso de un sistema de este tipo.
Lo cierto es que son mucho más caras en comparación con un disipador de aire. Por no hablar de los kits custom, que pueden llegar a los 360€, lo que es un precio bastante alto. Obviamente, la calidad se paga, pero las opciones se reducen a ciertas personas con presupuestos más altos.
Una refrigeración líquido AIO estándar suele costar unos 80-90€. Si nos queremos ir a una mejor, sobrepasamos los 100€.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que necesitamos cumplir ciertos requisitos para poder usarlas en nuestras cajas. En primer lugar, requerimos una buena caja, lo que supone más dinero ¿Por qué? Por varias razones:
No voy a decir que sea carísimo, pero sí es muy laborioso. Hay que cambiar los fluidos cada 6 meses (en los kits custom) y no es algo que se haga en 5 minutos. Cambiar la pasta térmica nos lleva muchísimo tiempo, además de que ésta es muy barata.
No obstante, el mantenimiento de una AIO es mucho más sencillo.
Sin ánimo de entrar de lleno en el asunto, ya lo expusimos en nuestro artículo de corrosión galvánica. Se trata de un fenómeno que ocurre por mezclar metales, como el cobre y el aluminio, por ejemplo. Finalmente, se corroe el bloque de agua que refrigera el procesador.
Por eso decimos que debéis saber utilizar estos sistemas porque tienen muchas peculiaridades.
La refrigeración líquida es la que más rendimiento ofrece en cuanto a overclock se refiere. Tiene beneficios muy interesantes, como desventajas que nos hace reticentes a ella. Con lo expuesto, queda que vosotros/as ponderéis qué os merece más la pena y concluyáis si merece la pena o no.
Esperamos que os haya servido de ayuda este tutorial. Si tenéis alguna duda, comentadla más abajo y os responderemos en breve.
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