Siempre se ha dicho que el overclock reduce la vida útil del procesador. Sin embargo, no tiene por qué ser así. Dentro, os hablamos de ello.
¿Cuántas veces habéis oído que el overclock es malo para vuestro procesador? Personalmente, muchas veces. Es cierto que los inicios de este mundillo fueron algo catastróficos porque los procesadores que había por aquél entonces eran los conejillos de indias, como los usuarios eran inexpertos. En la actualidad, tenemos muchos procesadores desbloqueados y muchas guias para sacarle el máximo partido a nuestra querida CPU.
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Antes de empezar a meternos en el barro de «el overclock es muy malo» o el «overclock es muy bueno», hay que aclarar que nos referimos al overclock del procesador. Centraremos toda la entrada aquí, olvidándonos de las memorias RAM y de las GPU.
En resumidas cuentas, el overclock es una práctica cuyo objetivo es sacar más rendimiento del procesador ¿Cómo? Subiendo su frecuencia base (velocidad oficial o en ficha técnica).
Algunos puede que digáis «¿Por qué haces eso?» «¡Te lo vas a cargar!» «¡Vas a reducir su vida útil!«. Tranquilidad, veremos más adelante que todo lo que hagamos con cabeza no va a suponer averías o reducciones de vida innecesarias.
El overclock no se resume al procesador y a su frecuencia, sino que hay que tener en cuenta la placa base que tengamos, la calidad de VRM que tenga y los voltajes. Normalmente, cada vez que subamos la frecuencia de la CPU, tendremos que subir el voltaje levemente. No obstante, no tiene por qué ser así, pudiendo subir de frecuencia y mantener el voltaje.
Es obligatorio deciros que hacer overclock, en la mayoría de ocasiones, suele supone perder la garantía del fabricante. Así que, si vuestro procesador es nuevo… os recomiendo que no lo hagáis hasta que termine la extensión de garantía.
Para overclockear sólo necesitamos una placa base con chipset que permita hacer OC y un procesador desbloqueado.
Por último, hay que leer mucho sobre este tema para ponernos manos a la obra porque requiere ciertos conocimientos técnicos. Está claro que nadie nace aprendido, pero os adelantamos que se requiere un poco de experiencia en el mundo PC para no «pifiarla».
¿Existe la posibilidad de dañar el procesador cuando overclockeamos? Sí, esa posibilidad existe ¿Overclockear es sinónimo de dañar el procesador? No, ni mucho menos.
Yo creo en la mayéutica, un método aplicado por Sócrates que consistía en descubrir la verdad a través de preguntas. Si hacemos las preguntas correctas, encontraremos las respuestas que buscamos. Con este offtopic busco deciros que siempre existe la posibilidad de dañar nuestro procesador cuando hacemos OC, pero si lo hacemos con cuidado no tiene por qué pasar nada.
La leyenda que dice que el OC daña el procesador proviene de experiencias marcadas por malas configuraciones: voltajes demasiados altos, frecuencias inasumibles o disipación/ventilación paupérrima. Yo siempre digo que para hacer un buen overclock hay que tener lo siguiente:
Cada procesador es un mundo. Por eso existe la lotería del silicio.
Cada persona es un mundo y, dentro del mundo overclocking, te puedes encontrar de todo. En mi caso, no soy la persona más experimentada en este mundo, pero tras 4 años con mi equipo overclockeado no he tenido ningún problema de rendimiento, estabilidad o temperatura ¿Por qué? Porque hago un OC seguro, ya que conozco las limitaciones de mi Ryzen.
Puede qué os preguntéis ¿Existen OC seguros? La respuesta es que sí. Cuando vamos a hacer un overclock tenemos 3 opciones:
En la práctica de esta configuración tan famosa, se suelen realizar ajustes basados en unos límites que la experiencia y los fabricantes de procesadores han establecido conjuntamente. En términos generales, los límites suelen ser los siguientes:
Dicho esto, nunca recomiendo pasar de 1,40V, salvo que sepáis lo que estáis haciendo.
Depende de vuestro uso u objetivo. Si queréis jugar a videojuegos o trabajar con editores de vídeo/foto a máximo rendimiento, sí. Si no sois exigentes con ninguna de las dos cosas, no.
Definitivamente, no es lo mismo que nuestro procesador funcione, por ejemplo, a 3,5 GHz, que a 4,3 GHz. En el caso de los videojuegos, podemos ganar varios FPS de diferencia que pueden significar un mundo. De hecho, en YouTube encontramos varios benchmark con procesadores overclockeados que muestran un rendimiento en videojuegos espectacular.
En cuanto a renderizados, descompresiones, etc., se nota bastante un procesador overclockeado en comparación de un procesador stock. Esto lo vemos en velocidades mayores, menores tiempos de respuesta, etc.
Obviamente, los consejos variarán dependiendo de quien los dé. En esta ocasión, yo daré mis consejos basados en mi propia experiencia haciendo OC. Puedo resumir mis consejos en los siguientes:
Con todo lo dicho: el overclock no tiene por qué dañar tu procesador, ni por qué reducir su vida útil. El único OC que provoca dichos efectos es el que está mal programado. Esta conclusión es extrapolable en muchísimos aspectos de nuestra vida, así que el resumen es: infórmate, aprende y ejecuta. Si no haces esas tres cosas, existen muchas probabilidades de que el OC salga mal.
Y lo más importante: overclockear cuando sea necesario, no porque sí. Os sorprendería la cantidad de gente que tiene sus equipos «OCeados» y no les hace falta. Sólo recomendamos llevar a la práctica esta técnica, si se necesita.
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Esperamos que os haya gustado o ayudado este post. Si tenéis alguna pregunta, expresar vuestras dudas más abajo y os responderemos. ¿Habéis overclock en vuestro procesador? ¿Qué experiencias habéis tenido? ¿Estáis de acuerdo con el OC?
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