En este mundo hay colores para todos los gustos, teclados en este caso. Para aquellos menos acostumbrados al manejo de teclados mecánicos o vengan de modelos de membrana Krom nos trae el híbrido intermedio entre ambos modelos: Krom Kuma. Los interruptores de meca-membrana no están hechos a la medida de todos los públicos, pero lo mismo ocurre con otras variedades. Hoy os traemos un análisis en profundidad en que vemos todo lo que tiene que ofrecer.
Krom Gaming es una marca española especializada en periféricos gaming de bajo coste. Desde alfombrillas hasta auriculares, teclados y ratones, resulta común encontrar sus productos en las listas para los presupuestos más ajustados de gama media o baja.
La presentación del Krom Kuma nos llega en un embalaje con el negro carbón y el naranja corporativo como colores predominantes. Se trata de una caja de cartón tipo cofre con un acabado satinado y detalles resaltados en resina. En su cubierta nos recibe una fotografía del producto acompañada del logo de la marca, modelo y sello de iluminación RGB.
En el reverso de la caja del Krom Kuma encontramos información más detallada sobre las funciones y complementos del mismo que os resumiremos en una breve lista:
Adicionalmente podemos encontrar varios certificados de calidad, número de serie del producto y enlace a la Web Oficial de Krom Gaming.
Tras abrir la caja y retirar su acolchado protector nos recibe el Krom Kuma. Se trata de un teclado completo al 100% que cuenta con un total de diez botones multimedia dedicados en su parte superior.
La estructura del Krom Kuma es de plástico con un leve brillo y textura ligeramente granulada que ayuda a evitar ese tacto limoso que tantos usuarios encuentran molesto con el sudor. Su estructura base no es rectangular, sino que en el frente encontramos que el armazón se amplía ligeramente con forma de lengua para crear un salto menos pronunciado entre el propio teclado y la superficie de nuestra mesa.
El propio armazón presenta una inclinación leve en su estructura que resulta más cómoda al hacer uso de las patillas de elevación posterior. Estas están hechas del mismo material que la cubierta y presentan una única posición.
En la parte trasera podemos observar que la conexión del cable se realiza ligeramente a la derecha, permitiendo así la apertura de la bandeja para smartphone que tenemos incorporada en el centro. El Krom Kuma nos presenta un cable forrado en goma con una longitud de 150 mm. Personalmente hubiéramos encontrado preferible medidas entre 160 y 180 mm dado que somos conscientes de que hay usuarios que pueden tener sus equipos a una distancia más generosa de la que el cable les ofrece.
Dicha bandeja tiene una apertura máxima de 15 mm, lo que permite colocar aquí teléfonos e incluso tablets con fundas de cierto grosor. Sin duda la posición ideal es vertical, aunque tampoco hemos encontrado ningún inconveniente a la hora de colocar nuestro teléfono de forma horizontal dado el margen del que disponemos.
Los botones multimedia por su parte se dividen en dos tramos y ambos presentan curiosamente una morfología diferente. Los que podemos considerar de «ofimática general» (calculadora, escritorio, zoom, bandeja de correo) tienen forma rectangular con bordes ovalados y superficie plana. Los controles para reproductor en cambio sobresalen de forma curva siguiendo la forma de la rueda de scroll del control de volumen. Quizás para dar homogeneidad al diseño nosotros hubiéramos optado por continuar esta forma en todos los botones dedicados pero sus diferencias terminan ahí.
Los iconos que encontramos en ellos están reproducidos también con doble inyección, aunque no son retroiluminables. Adicional bajo los controles de reproducción disponemos de un panel con tres LEDs que se iluminan en rojo para chivarnos la actividad del Bloq Mayus y teclado alfanumérico así como el bloqueo manual.
Antes de terminar con la cubierta recalcaremos el detalle de la presentación del logo de Krom en la zona frontal inferior dentro de una pestaña negro mate que dispone de retroiluminación fija de su color naranja corporativo.
Pasando al reverso, aquí encontramos de nuevo el nombre del teclado Krom Kuma junto con número de serie, Certificado de Calidad Europeo, enlace al sitio web y otras indicaciones del fabricante. Observamos también un total de dos gomas antideslizantes en la zona frontal, aunque las patillas o parte posterior carecen de ellas. Esto delata una baja resistencia a la fricción o movimientos del teclado sobre la mesa, aunque conviene recordar que pesa 920 gramos, tampoco es que vaya a salir volando.
Pasando a hablar de cuestiones más técnicas, echémosle un ojo o dos a los switches. Aquí puede ser difícil que haya consenso dado que para muchos los interruptores de meca-membrana son un híbrido del averno mientras que para tantos otros resulta un puente que aúna cualidades positivas de ambos modelos.
Por un lado el Krom Kuma conserva un clic de fuerza constante al inicio que encuentra una resistencia al término ligeramente gomosa. Al retirar un keycap cualquiera vemos que la estructura que se encuentra bajo él es sólida, un cuadrado de plástico blanco traslúcido en cuyo interior encontramos dos contactos de activación sobre un domo de goma circular. Estas estructuras son individuales por tecla, lo que también nos indica que podremos retirar todos los keycaps con comodidad para poder limpiar nuestro teclado en profundidad de ser necesario.
La textura de los keycaps de los interruptores procura seguir un tacto similar a la de su chasis, aunque resulta ligeramente menos áspera. Aunque también presenta un tacto levemente granulado el material plástico no se siente igual. Algo interesante para algunos es que debido a la estructura encofrada del interruptor de meca-membrana estos botones conservan una posición muy estable, con poca tendencia a desviarse hacia los lados al ser pulsados.
Llega el momento decisivo a la hora de comentar nuestras impresiones tras estar dándole traca al teclado híbrido de Krom. Antes de introducirnos en profundidad en el mundillo de la informática (allá cuando Franco era cadete) hacíamos uso de un teclado de membrana convencional, de ahí pasamos al mecánico y ahora estábamos probando el Krom Kuma y sus interruptores híbridos. La sensación es ciertamente desconcertante dado que tiene algo extrañamente familiar en ambas direcciones. En las pulsaciones encontramos el empuje del domo de goma a la hora de levantar las yemas de los dedos, así como esa leve oposición a hundirse del teclado de membrana. En cambio el inicio de pulsación es recta similar a otro mecánico, así como el retirar los keycaps y la estructura en sí del teclado.
Para aquellos de vosotros que habéis conocido ambos mundos podéis encontrar en el Krom Kuma un punto medio, aunque debemos reconocer que este tipo de interruptores no es para todos los públicos dado lo únicos que resultan en su uso.
Por otra parte un aspecto que no nos convence a largo plazo es su sonoridad. Los clics que producen estos interruptores son secos y agudos, lo que lo hace poco aptos para entornos que requieran un silencio moderado (los usuarios de teclados mecánicos blue y brown saben de lo que les hablo).
El recubrimiento posterior interno del Krom Kuma es totalmente blanco, favoreciendo el reflejo de la iluminación y potenciando así su brillo. Los keycaps están fabricados con el archiconocido ABS (Acrilonitrilo Butadieno Estireno) de doble inyección. Este material es el más utilizado en la industria junto con el PBT, de mayor calidad. La tipografía de los mismos nos agrada bastante a nivel personal dado que su mayor grosor no sólo mejora su legibilidad sino que permite un mayor traspaso de luz.
Los modos de iluminación que presenta el Krom Kuma son los siguientes:
En todos estos modos de iluminación se nos permite modificar la intensidad de la misma y velocidad del efecto (de no ser estática). También nos es posible configurar un total de cinco áreas personalizables distribuidas en franjas verticales. Esta personalización dispone de la paleta de color estático citada en primer lugar y puede guardarse como tal.
Las opciones que ofrece el Krom Kuma como tales pueden resultar un tanto básicas para los usuarios más forofos pero podemos considerar que a nivel usuario cumplen su función de forma correcta y tienen una configuración de comandos sencilla.
La retroiluminación que encontramos en el Krom Kuma no es individual tecla por tecla y no podemos ver un LED tras la retirada de cada keycap. Esto para algunos usuarios puede no ser lo preferible, pero su aspecto positivo es que todos los signos de puntuación y caracteres de cada interruptor se iluminan por igual. Mientras, en los teclados mecánicos podemos encontrar que la iluminación es mucho más intensa en las letras y números que en signos como los puntos y acentos: aquí en cambio todos reciben el mismo volumen de luz.
Nos gusta ser sinceros con vosotros, así que vamos a mojarnos un poco. La primera toma de contacto con el Krom Kuma viniendo de un teclado 100% mecánico lineal no nos convenció. Los interruptores necesitaban más fuerza para ser pulsados y el clic era más agudo y sonoro del que estábamos acostumbrados. No obstante y con un uso continuado pudimos ir observando aspectos positivos como los que mencionamos inicialmente.
Pasando a comentar cuestiones de software, somos conscientes de aquellos usuarios que prefieren las cosas simples y son reticentes a tener activos softwares o instalar programas para controlar sus periféricos desde el ordenador. Ciertamente puede resultar práctico, pero también es cierto que si os gusta personalizar vuestras lucecitas con tonos o patrones concretos el Krom Kuma no es una opción idónea para vosotros. La ausencia de software y botones programables para macros con un programa original de la marca puede ser indiferente para algunos usuarios y una lástima para otros, todo depende del grupo al que pertenezcáis vosotros.
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Aspectos que sí nos gustan son la iluminación, que nos parece correcta aunque escasa en opciones, y la elección de tipografía para los caracteres (gruesa, sólida y que permite pasar una gran cantidad de luz). La ausencia de un LED directo hará que los más avezados noten una cierta falta de intensidad, aunque nosotros consideramos que la iluminación trasera periférica ayuda a compensarlo.
El Krom Kuma puede adquirse por unos 39,90€. Resulta un precio inferior al de un teclado mecánico completo al 100%, que generalmente podremos encontrar a partir de un presupuesto ligeramente mayor. Nuestra conclusión final es que es un teclado que cumple, con sus pros y contras. Como fusión entre mecánico y membrana pertenece a ese pequeño nicho del mercado que está ahí para aquellos usuarios poco convencionales. Hubiéramos encontrado preferible la posibilidad de configurar por software aunque sea de forma opcional. Algunos echarán en falta la existencia de un software en el que crear y asignar macros, pero son sacrificios en favor de una reducción de presupuesto. Pero, ¿qué opináis vosotros? Visto lo visto, ¿probaríais la quimera, o preferiríais quedaros con mecánico o membrana?
VENTAJAS | INCONVENIENTES |
BOTONES MULTIMEDIA DEDICADOS | LOS INTERRUPTORES TIENEN UN CLIC UN TANTO AGUDO |
CARACTERES GRUESOS CON BUENA LEGIBILIDAD | NO DISPONE DE SOFTWARE PARA MACROS PERSONALIZADAS |
POCAS OPCIONES DE ILUMINACIÓN |
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