La tecnología OLED ha sido una de las revoluciones más importante en el mundo de los Smartphone. Desde su aparición como tecnología en 2004, paso a paso fue calando en el mercado, especialmente de la mano de Samsung, Apple y LG para sus terminales inteligentes. Sus cualidades eran claras: increíble contraste en colores, negro real, bajo consumo y ángulos perfectos de visión. ¿Pero, realmente la pantalla OLED en portátiles merece la pena?
En la actualidad vive el que quizás es su momento más dulce, ya que la tecnología ha llegado en masa a Smart TV, Smartphone prácticamente de todas las gamas de precio, e incluso ahora a los portátiles como por ejemplo los Gigabyte AERO 15 OLED. Pero donde hay luces también hay sombras, así que trataremos de ver un poco en profundidad esta tecnología y qué es lo que realmente puede ofrecernos respecto a la IPS.
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La tecnología OLED es una tecnología basada en diodos orgánicos emisores de luz (organic light-emitting diode) que se utilizan para generar la imagen gracias a impulsos eléctricos que hace que puedan emitir luz por sí mismos.
Este tipo de diodos básicamente tienen una capa electroluminiscente, como puede ser la de un diodo normal, pero basada en componentes orgánicos. Estos son capaces de reaccionar a los estímulos eléctricos, normalmente controlados mediante una señal por modulación de ancho de pulso, que permiten generar luz por sí mismos y emitirla a distintas tonalidades y potencia de brillo.
Se componen de distintas capas basadas en materiales orgánicos, como pueden ser polímeros capaces de conducir electricidad en determinadas condiciones. De ahí que se denominen polímetros semiconductores, por ejemplo, derivados del plástico o aluminio. Como en todo diodo, existe un cátodo y un ánodo, para que el estímulo eléctrico cree una corriente de electrones que en definitiva generan luz debido a la recombinación entre átomos y electrones. Debido a la emisión de radiación a una determinada frecuencia, modulada por ancho de pulso, se genera un determinado color. La combinación de muchos de estos OLED hacen que se genere la imagen.
Esta tecnología de imagen sigue basándose en los colores RGB, mediante subpíxeles Rojos, Verdes y Azules que generan en función de su brillo el color que percibimos en cada momento. No obstante, en los comienzos estas pantallas aún presentaban ciertos problemas de nitidez y de calibración. Solo debemos echar la vista atrás y ver cómo los Samsung Galaxy S6 tenían un notorio color azulado en la representación de colores, debido a contar con más subpíxeles verdes por ser los que más duran. Afortunadamente esto es una mera anécdota a día de hoy.
En la tecnología OLED podemos diferenciar entre dos variantes, OLED de matriz pasiva y activa, denominándose ésta última AMOLED. La diferencia radica en la gestión de los diodos electroluminiscentes. En la de matriz pasiva, estos se controlan mediante filas y columnas, mientras que en la matriz activa pueden ser controlados de forma independiente. Esto implica que la matriz ilumina cada píxel solo cuando es activado por energía.
Las AMOLED mejoran el contraste y optimizan el consumo de energía al solo funcionar los píxeles estrictamente necesarios.
En este punto, nos estaremos preguntando cuál es la principal diferencia entre un panel LCD o LED, y sus distintas variantes, y un panel OLED, así que vamos a explicarlo de forma resumida.
En las pantallas LCD o LED la tecnología se basa en el principio de la retroiluminación. Mientras que los diodos OLED son capaces de emitir luz por sí mismos, en las pantallas basadas en cristal líquido es un panel situado detrás de los transistores TFT el que genera la luz. Entonces estos transistores lo que hacen es modificar la trayectoria de la luz que llega a ellos para generar los colores.
En los primeros monitores, esta iluminación trasera se generaba mediante fluorescentes similares a los que tenemos en las cocinas. Esto cambió, ya que consumían mucha energía, así que se ahora se utilizan diodos LED de alta potencia repartidos por todo el panel. De esta forma se pueden conseguir negros algo mejores al ir apagando zonas locales en el panel, lo que se denomina local dimming. Pero nunca al nivel de las OLED.
Existen bastantes tipos de pantallas basadas en este principio, como son los paneles TN, o los tan populares IPS. Así mismo tenemos otras tecnologías similares como QLED, o Quantum Dot LED que mejora el contraste y brillo al activar los píxeles de forma independiente. O las NanoCell, que también se basa en un panel LCD y retroiluminación, pero con una capa de nanopartículas que filtran los colores para producir una imagen fiel a lo que nuestros ojos ven en la realidad.
Será la pantalla IPS la gran rival, y la que realmente determinará si la pantalla OLED en portátiles merece la pena.
A día de hoy, en el mercado no tenemos demasiados portátiles que cuenten con pantallas de tecnología OLED, principalmente por el coste que supone construir estos paneles asegurando una gran densidad de píxeles y también por la excelente calidad de los IPS.
No obstante, en la actualidad la producción en masa de pantallas OLED ha avanzado bastante de la mano de Samsung y LG, especialmente en Smartphone y en televisores inteligentes. En este caso, obviamos a Apple por ser uno de los primeros fabricantes en implementar OLED en sus móviles, pero no fabrica a otras marcas. Precisamente el fabricante Samsung es el artífice de las pantallas que tiene esta nueva serie de portátiles.
De hecho, estos portátiles, a pesar de tener un diseño gaming similar a su serie normal, más bien podemos clasificarlos como orientados a diseño. Cuenta con un panel AMOLED (ya sabéis, matriz activa) con diagonal de 15,6 o 17,3 pulgadas capaz de entregarnos una resolución UHD 4K (3840x2160p) con formato 16:9 claro está. El fabricante la ha dotado de solamente 1 ms de respuesta, y un refresco de 60Hz como es habitual en las 4K, siendo apta para gaming. Además sorprende, o no tanto, con certificación DisplayHDR 400 y una sensacional cobertura de color con más del 100% DCI-P3, siendo un 25% más amplia que sRGB. Todos los paneles han sido revisados y calibrados por X-Rite Pantone asegurando un Delta E>1.
Características muy buenas de entrada en una pantalla al nivel de las mejores OLED de smartphone, aunque con una densidad algo inferior de píxeles. Estas características nos ayudarán a determinar si la pantalla OLED en portátiles merece la pena
Para saber si realmente merecen la pena, es necesario atender a su calibración, la cual determina el grado de fidelidad a la realidad de los colores representados en ella. En esta batalla, son las IPS la que van un paso por delante, ya que son unos paneles más baratos y con colores menos saturados. Esto las convierte en excelentes pantallas fieles a los colores reales, a pesar de tener un bajo contrate en comparación con las OLED.
Durante nuestro análisis al AERO 15 OLED, también nos ocupamos de la calibración del mismo, comprobando si efectivamente cumplía con lo que el fabricante prometía. Y efectivamente así, fue, con un Delta E impecable en el espacio DCI-P3 y una cobertura que superaba holgadamente DCI-P3. En tal caso, esta calibración no cubría el 100% Adobe RGB, algo que por ejemplo sí son capaces de hacer las mejores pantallas IPS, pero a un costoso precio.
Lejos queda además esa tendencia a mostrar colores fríos, ya que las curvas de calibración resultaron ser una maravilla, con un Gamma situado en el valor ideal de 2,2, una temperatura de color muy ajustada al punto D65, y gran consistencia en los tres colores primarios RGB.
En estas capturas anteriores podemos ver la calibración para el mismo espacio de color DCI-P3 en el monitor IPS AORUS CV27F, con resultados muy similares en el Delta E aunque con una cobertura inferior por no ser un panel orientado a diseño.
En el segundo caso tenemos coberturas de color tan impresionantes como el panel IPS Mini LED del Asus PA32UCX, superando muy ampliamente el exigente espacio Adobe RGB.
Todo lo anteriormente visto nos da muchas esperanzas de ver más portátiles en el mercado con tecnología OLED. Gracias a dos fabricantes tan asentados en la tecnología como son Samsung y LG, esperamos que más de ellos se vayan sumando, para así ver pronto monitores OLED para escritorio.
Como todo, esta tecnología tiene luces y sombras, y sobre todo, un buen margen de mejora a pesar de la calidad de imagen que ya demuestra. Gracias a ellas, será posible acercarnos más a las pantallas futuristas que vemos en las películas, transparentes y flexibles. Y es que esto solo se puede conseguir con diodos de este tipo, y nunca con una matriz LCD.
Si el diseño de pantalla curva de los Samsung Galaxy o Huawei sorprendió en su día, esto solo es el principio. En este 2019 estos fabricantes y Motorola han presentado ya terminales con pantallas plegables, (Galaxy Fold o Motorola Razr). Al no contar con retroiluminación y ser una matriz de diodos sumamente delgada, nos da increíbles posibilidades como la de curvar o doblar las pantallas, ya que muchos de los polímeros utilizados en su fabricación están basados en plástico.
Después de que LG presentará un prototipo de televisión enrollable, este 2019 ha hecho lo propio con ser el primer fabricante en crear una televisión transparente. Tan amplios son sus ángulos de visión que podremos verla desde los 360 grados del espacio. Una vez más los polímeros dan esta posibilidad tan futurista en donde otras tecnologías no pueden llegar. Al contar con muchas menos capas, la delgadez de estas pantallas es extrema hasta el punto de poder ser trasparentes.
Por último, si tenéis posibilidad de hacer la prueba, comparad una pantalla LCD y una OLED bajo la luz del sol. El hecho de tener diodos con su propia iluminación hará que la pantalla se vea mucho mejor
La posibilidad de controlar de forma independiente la iluminación de cada diodo es una ventaja innegable desde el punto de vista del color. El hecho de que pueden emitir luz directamente desbloquea la posibilidad de poder apagarlos, dando el negro más real y profundo posible, algo que no se puede lograr con un IPS, a menos que tenga un local dimming excepcional.
Lo mismo ocurre con la profundidad de color, la tecnología OLED se ha refinado mucho y estas pantallas llegan a coberturas 100% NTSC o DCI-P3 sin gran esfuerzo. Los diodos son susceptibles de crearse con una amplia gama de materiales, por lo que su margen de mejora en este sentido es aún muy grande.
Esto también eleva al máximo su capacidad de contraste por el hecho de poder apagar y encender LEDs a nuestro antojo. A pesar de ello, el brillo todavía tiene mucho margen de mejora, ya que aún no es posible llegar a los brutales 1000 y 1500 nits de las pantallas LCD gracias a la retroiluminación.
Estos son los típicos problemas de las pantallas basadas en LCD, la aparición de brillos en los bordes de las pantallas debido a una mala construcción (bleeding) o un brillo no uniforme en panales de gran tamaño (glow IPS). De todo esto se libra la tecnología OLED al no tener retroiluminación.
Como ya ha demostrado LG con su pantalla trasparente, no solo podemos ver perfectamente a 180 grados, sino que incluso podríamos ver la imagen desde atrás de forma perfecta.
De nuevo a ser diodos que se pueden apagar de forma individual y que no requieren de constante retroiluminación, el consumo energético mejora considerablemente. Ya las pantallas de plasma asentaron las bases para crear esta tecnología de imagen, y con la OLED se ha redondeado. Claramente son las pantallas ideales para equipos portátiles.
Superados los mayores escoyos en costes I+D, serán pantallas relativamente económicas de fabricar, ya que su base de construcción son materiales orgánicos como plástico. Los métodos de producción se han mejorado enormemente, e implementar diodos de apenas unas micras no es problema alguno comparado con las CPU con transistores de 7 nm.
Pero claro, no todo es perfecto, y aún tenemos ciertas limitaciones que no se deben pasar por alto, y que las IPS sí que sacan ventaja de ellas.
En este sentido, todavía queda camino que recorrer, ya que estos diodos son menos duraderos que los paneles LCD. Especialmente ocurre con los subpíxeles azules, dando la mitad de vida útil que los subpíxeles rojo y verde, siendo este último el más duradero. Esto además empeora mientras mayor potencia de brillo genere el diodo, estimándose una vida útil de entre 14.000 y 60.000 horas en la actualidad.
Si, es posible hacer pantallas enrollables y plegables, pero todavía siguen siendo más frágiles que las LCD en lo que respecta a manipulación y humedad. El sistema de inyección de carga eléctrica del diodo se puede romper fácilmente debido a la humedad, por usar materiales hidrofílicos como el LiF.
Las pantallas OLED no están exentas de problemas con la calidad de imagen, y en este caso aparecen dos fenómenos nuevos relacionados con los tonos oscuros.
Pero la alta saturación y contraste que nos aportan, también puede ser su tendón de Aquiles, aunque cada vez menos en vistas a la excelente calibración del AERO 15 OLED. Lo que para muchos es un gran reclamo, para los profesionales de imagen es un problema, pantallas azuladas, saturación extrema de colores y blancos desbalanceados era lo más común hace un par de años.
El black clipping es uno de los problemas aún pendientes de muchas pantallas. Este problema radica en la dificultad de los paneles OLED para reproducir la escala de grises. Y es que a medida que se acercan al negro, el color tiende a desaparecer o “quemarse” empobreciendo la variedad de tonos tanto en los niveles más oscuros como en los más claros, ya que la sobreexposición en blancos también es acusada.
En este sentido, la pantalla OLED en portátiles de Gigabyte sí que mejora esta calidad de exposición como bien se ven en la calibración Delta E colocada en el apartado de calibración. Su representación de colores en la escala de grises es de las mejores.
Los chicos de Anandtech dan múltiples comparativas de este fenómeno en las pantallas de smartphone. Y vemos que en muchos casos no es posible diferenciar los distintos tonos de blancos y negros en los extremos de la escala.
El black smear se puede considerar como el ghosting o burned in de las IPS en las OLED. Es la latencia o tiempo que tarda un píxel apagado (negro) en encenderse y pasar a un determinado color. Especialmente ocurre con el subpíxel azul, el de mayor margen de mejora en la actualidad. Esto lo que provoca es la típica imagen fantasma la ver elementos en movimiento en la pantalla, ya que el píxel cambia de color más lentamente de lo que demanda el movimiento de imagen. En pantallas de mala calidad es incluso más notorio que el ghosting en las IPS por lo que es una asignatura pendiente para el gaming.
Esta es una de las grandes preocupaciones de los usuarios para decantarse por un panel OLED o IPS, ya que es un terreno en donde aún necesita mejoras la tecnología. De hecho la propia Gigabyte ha realizado encuestas a los usuarios que confirman esta preocupación a la hora de la elección. Por ello, el fabricante implementa un sistema de disipación tras el panel para mejorar las temperaturas de este y evitar el quemado de los píxeles. Así mismo, todos los AERO 15 OLED tienen garantía en su pantalla que se puede extender durante 1 año más registrándose en su sitio web
Tras ver cómo funciona esta tecnología, sus principales ventajas y desventajas y cómo está implementada en uno de los pocos portátiles que la utilizan, es hora de hacer balance y ver si realmente merece la pena la pantalla OLED en portátiles.
Y el primer factor a tener en cuenta es siempre el coste, en definitiva, es lo que hace decantar al usuario entre un producto y otro. Así que para ello hemos cogido dos portátiles Gigabyte AERO 15 XA, con características técnicas muy similares. Intel Core i7-9750H, SSD 512 GB, 16 GB RAM, y GPU RTX 2070. En ellos, vemos una diferencia de precio (base) de solo 100 euros. 2599 euros para el AERO 15 OLED XA y 2499 euros para el AERO 15 XA normal. Si buscamos en la misma tienda, veremos que esta diferencia se mantiene casi igual en el resto de modelos, entre 100 y 150 euros.
En vistas al precio, no es una diferencia relevante en las altísimas cifras que se manejan. Así que el factor definitivo para decantarse por uno u otro será el propósito del portátil y la calidad de imagen que queremos. La pantalla OLED nos brinda resolución 4K, enorme calidad y nitidez, y excelente calibración de fábrica para su uso en diseño y creación de contenido. Mientras tanto, la pantalla IPS es Full HD, con 3 ms de respuesta y 240 Hz, además se combina con muy buena calidad de imagen, así que el gaming será su terreno ideal.
Ya hemos comentado que una de las principales preocupaciones de los usuarios es el efecto de quemado de píxeles, también llamado burnin in o ghosting, que a mucho os sonará de las pantallas gaming. Los píxeles OLED tienen margen de mejora, y conseguir unos tiempos de respuesta competentes no es fácil. De hecho Gigabyte ha trabajado especialmente en esto para conseguir respuestas de 3 ms, y así paliar la deficiencia del subpíxel azul.
Estos son los modelos recomendados de estos Gigabyte AERO 15 OLED:
La tecnología IPS está actualmente muy optimizada, y goza de paneles de una altísima calidad casi para cualquier propósito, no en vano es la pantalla más usada para diseño profesional y también para gaming. A esto le sumamos la casi total ausencia de ghosting, aunque todavía sigue siendo palpable ciertos problemas de bleeding en algunos paneles y poca optimización en las que utilizan tecnología LED local dimming para la retroiluminación.
Mientras tanto, las pantallas OLED, no tienen rastro de estos fenómenos anteriores, aunque sí pecan de una alta latencia en la imagen, así que aún no son opción para gaming. En cuanto a calibración sí que están casi a la par de las IPS a un coste algo inferior, sumando su menor consumo y mayor contraste son sin duda el presente y futuro de las altas prestaciones.
En definitiva, ¿merecen la pena? Sí, si queremos una imagen reluciente y prestaciones para diseño en equipos portátiles. Para gaming, creemos que todavía no están al nivel al menos en equipos distintos a smartphone. Por supuesto para tareas menos exigentes como televisión, sin duda es la tecnología que se convertirá en referente, aquí no importa la fidelidad de color, sino que se vea impresionante.
Esperamos que Gigabyte sea uno de los muchos que se embarquen en esta nueva senda, porque sin duda creemos que la tecnología OLED será el futuro de la industria de imagen. Además, para los usuarios que se decanten por estos equipos para su compra, recodemos que Gigabyte da 12 meses extra de garantía para su pantalla, así que podemos estar tranquilos en este aspecto. Pantallas de bajo consumo, flexibles y trasparentes, ¿se puede pedir algo más?
Ahora os dejamos con algunos tutoriales relacionados con el tema de pantallas
Esperamos que os haya gustado este artículo y haya servido para poner más claro el panorama de pantallas OLED para portátiles. ¿Qué piensas tú sobre esta tecnología?
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