Si estás metido en el mundo de la informática, especialmente en gaming, seguramente hayas oído hablar del ghosting o el efecto fantasma de las pantallas. En este artículo explicaremos lo mejor que podamos de qué se trata este efecto y qué es lo que provoca en nuestro monitor. Además, ayudaremos a que todos podamos identificarlo en nuestra pantalla con un simple test y donde explicaremos los distintos tipos de ghosting.
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Explicar en detalle qué es el ghosting no es una tarea tan sencilla, principalmente porque a lo largo de tiempo se ha manifestado de diferentes formas dependiendo de la tecnología de imagen utilizada. Vamos a tratar de verlo por partes.
El ghosting tiene ya su origen en los primeros monitores CRT que aparecieron en el mercado, aquellos cuya tecnología de imagen se basada en paneles de fósforo que se iluminaban mediante un haz de electrones llamada tubo de rayos catódicos (CRT).
En este caso, se denominada ghosting, burn-in screen o quemado de pantalla, debido a lo que ocurría con el panel de fósforo. En estas pantallas, el uso no uniforme de píxeles, como por ejemplo mostrar durante mucho tiempo una misma imagen estática o siempre las mismas imágenes y transiciones provocaba el ghosting. En ellas, básicamente se creaba una imagen fantasma que a veces incluso era permanente en el panel debido al desgaste de la luminosidad del fósforo en los lugares concretos en donde esta imagen estaba. Ocurría al hacer un uso muy desigual del panel.
Este efecto lo que hace es técnicamente quemar ciertas zonas de la pantalla, que a veces es tan grave que incluso con el monitor apagado podemos ver esa imagen grabada físicamente en la pantalla. Esto era un gran problema sobre todo en monitores monocromáticos que usaban terminal de comandos, ya que el mostrar casi siempre letras sobre un fondo verde o negro provocaba que literalmente se quedasen grabadas.
Tras los monitores CRT aparecieron las primeras pantallas LCD y de Plasma, en donde éstas últimas también sufrían un tipo de quemado muy similar debido a su tecnología de imagen, y es por ello que prácticamente todas las pantallas actuales cuentan con tecnología de tipo LCD-TFT o cristal líquido con transistores de capa fina o ahora OLED diodos orgánicos emisores de luz.
En la actualidad, estas pantallas LCD son muchos menos susceptibles al ghosting del que hemos hablado, aunque es cierto que podemos ver este screen burn-in en pantallas que están encendidas 24/7 con una misma imagen, por ejemplo, aeropuertos, y otros espacios públicos. En ellas, el quemado se manifiesta debido a la degradación de los píxeles y la luminancia que puede mostrar si son emisores de luz o la vuelta a su estado base si son de tipo TFT con retroiluminación.
El protector de pantalla que tantas veces hemos visto en Windows 98 y XP precisamente servía para no tener de forma continua una imagen fija en el monitor cuando lo dejábamos encendido. Si recordáis, estos salvapantallas siempre nos daban una imagen en continuo movimiento para así asegurar que todos los píxeles o celdas de fósforo estaban en continuo cambio, evitando así que el panel de fósforo se quemara.
Si eres un usuario tan flojo que decides dejar tu pantalla, sea la que sea, siempre encendida, aunque no estés usándola, todavía a día de hoy podemos tener los míticos salvapantallas en nuestro Windows.
Actualmente el uso de salvapantallas se ha sustituido por simplemente apagar automáticamente la pantalla de nuestro PC, más efectivo y además de ahorra energía.
En el ámbito doméstico, prácticamente estamos exentos de este fenómeno de quemado de pantalla, y nos referimos al ghosting de una forma algo distinta, y muy relacionada con la calidad de imagen del monitor.
Para un uso típico, no contamos con tener una imagen demasiado tiempo puesta de forma fija en la pantalla, así que el efecto de ghosting solamente es transitorio en ellas, durando mínimos espacios de tiempo que rara vez son perceptibles, salvo en un ojo muy entrenado. Podemos llamar a este nuevo ghosting persistencia de imagen transitoria. Este fenómeno provoca que en determinadas transmisiones rápidas de una imagen se produzca una pequeña retención de la imagen o fotograma anterior. Digamos que es como una espacie de estela que a veces se manifiesta junto a un contorno o corona oscura o clara como ahora veremos, debido a la acumulación de carga eléctrica en cada píxel.
Esto se manifiesta con más frecuencia cuando se muestran objetos brillantes y definidos bajo un fondo negro o más oscuro. Lo que percibimos generalmente es una especie de rastro o desenfoque de la imagen debido principalmente a un lento tiempo de respuesta de la pantalla y también a una baja frecuencia de refresco. Esto es bastante molesto para gaming competitivo, ya que el tener una imagen de estela hace que se empeore la precisión a la hora de disparar y que además nuestra vista sufra y se canse más.
En el caso del ghosting de quemado de la pantalla, lo podremos notar de forma bastante clara si colocamos un fondo negro sobre el panel con este encendido. Si apreciamos una imagen estática en el fondo de forma continua, puede significar que ciertos píxeles se han degradado o quemado. Ojo, luego veremos que esto a veces tiene solución, por lo que no está todo perdido.
Pero si lo que pretendemos que buscar la presencia de ghosting de tipo temporal la tarea puede ser algo más complicada y dependerá también de la configuración del monitor, GPU y de nuestra propia vista.
Una de las pruebas más extendidas por la red para detectar ghosting temporal, y que además viene bastante bien explicado en el sitio, es el de la página testufo.com, en donde se muestra un imagen a 960 píxeles por segundo que recorre nuestra pantalla. La web muestra resultados explicativos con ayuda de capturas por una cámara de alta velocidad que graba a transición de píxeles. En ella, podremos realizar un montón de modificaciones de imagen y velocidad para ver las distintas situaciones y así probar en profundidad la respuesta de nuestra pantalla.
Para empezar, el ghosting lo podremos identificar de dos tipos distintos. En un primer caso con una estela negra en contra del sentido del movimiento, y en un segundo caso con una estela blanca. Esto viene acompañado con una imagen muy difuminada que no pertenece a la imagen propiamente dicha. Esto se puede deber a un bajo tiempo de respuesta del panel. Mientras mejor respuesta, más rápido de apagan y encienden los píxeles y menos ghosting debería de haber (no siempre es así). Esto lo tendremos que verificar con nuestra propia vista siguiendo en la medida de lo posible los OVNIS que pasan por la pantalla.
No debemos confundirlo con el desenfoque de movimiento, ya que este fenómeno no es un problema de ghosting, sino de baja frecuencia de refresco y causado principalmente por nuestra vista. De hecho, si cogemos una cámara y fotografiamos la pantalla, no veremos tal desenfoque en ella, sino que todo se produce por la lentitud del refresco y nuestros ojos si es una pantalla de 60 Hz por ejemplo. Mientras más frecuencia, menor desenfoque, esto es básico. Esto también lo tendremos que percibir con nuestra vista.
Con una cámara estática y haciendo una foto, podremos ver el efecto de transición de los píxeles y cómo actúa el control PWM que tienen algunos monitores LCD para modular el brillo de la pantalla. Tengamos en cuenta que de esta forma no detectamos el ghosting, solamente es una captura en un instante de tiempo en el que vemos píxeles apagándose y encendiéndose. Incluso si hacemos un vídeo a cámara lenta veremos esta transición, pero no el ghosting.
De todas las imágenes que veremos a continuación, solamente la 3ª y la 4ª serán las que no tienen ghosting. En las primeras tenemos el efecto de oscuridad, mientras que en las siguiente tenemos el borde blanco.
Utilizando la tecnología integrada en el monitor
Una de las formas de tratar de arreglar el ghosting es modificar ciertos parámetros de nuestro monitor mediante el panel OSD. La mayoría de monitores gaming actuales que gama media/alta tienen sus propias tecnologías que eliminan este efecto, por ejemplo, la de Asus es Trace Free y otras muchas simplemente se denominan Overdrive o similar.
Debemos ajustar y seleccionar las distintas opciones para ver si los resultados varían y percibimos una mejor imagen sin ghosting.
Modificar el tiempo de respuesta
El tiempo de respuesta se mide en milisegundos, y es el tiempo que tarda el monitor en recibir la imagen y modificar el color de los píxeles. Muchos monitores tienen también una opción para cambiar el tiempo de respuesta, de la pantalla (ojo, no hablamos de la frecuencia de refresco).
Podemos seleccionar distas configuraciones para ver, una vez más, si la imagen mejora o empeora. Podemos cambiar colores y velocidades de los OVNIS para ver determinados escenarios.
Ajustar velocidad de refresco, y tecnología de refresco dinámico
La velocidad de refresco también puede tener influencia sobre el ghosting, y sobre todo con el flickering o parpadeo, y el efecto de desenfoque de la imagen. Al igual que antes, modificaremos estos valores en el OSD si es posible para mejorar la calidad de la imagen en movimiento.
Junto a ésta, está la tecnología de refresco dinámico, que puede ser AMD FreeSync y derivados, o Nvidia G-Sync, propiedad de Nvidia. Tiene menor incidencia en el ghosting, pero tener activada mejorará otros aspectos como los antes comentados.
Actualización de firmware y controladores
Otra de las formas de paliar estos efectos, es buscar en la página de soporte del fabricante si existen actualizaciones de firmware para el monitor si es que es controlador mediante software desde el sistema. O en el caso más genérico, si existen controladores específicos para Windows que permitan un mejor controlar del mismo.
Por otro lado, debemos recurrir también a actualizar los controladores de vídeo de nuestra tarjeta gráfica y verificar que todas las conexiones están correctamente llevadas a cabo.
Revisión de conexiones y cableado
Muchas veces, una mala calidad del cable hará que la imagen pierda consistencia y sobre todo que aparezcan fenómenos como el flickering y el ghosting debido a un bus que no es estable o está limitado. Sobre todo, los monitores de mayores prestaciones como 4K a altas frecuencias sufren más con un mal cable, por lo que deberíamos de abstenernos de comprar el DisplayPort o HDMI de 3,50 € que hay en el chino de bajo de nuestra casa.
En cuanto al ghosting permanente de una imagen en la pantalla, difícil solución podremos darle a menos que sea una especie de bug del controlador de pantalla o similar.
Para ello utilizaremos un programa llamado PixelHealer, cuya función es de someter a una serie de pruebas de color al monitor para revivir y devolver al estado normal esos píxeles que se hayan podido quedar con un determinado color o brillo fijo.
Será tan sencillo como descargarlo de forma gratuita de su página web oficial, instalarlo y ejecutarlo. Tras un proceso que dura 60 minutos de continuos flasheados del panel, podremos verificar si la imagen fantasma continúa en el monitor o se ha eliminado. No es una solución efectiva 100%, ya que hay paneles irrecuperables.
Como vemos, se puede considerar que hay dos tipos de ghosting que perfectamente se pueden manifestar en los monitores actuales. Si bien es cierto que los LCD tienen muy controlado el tema del burn-in. Esperamos que esta explicación y consejos te hayan sido de utilidad para conocer en profundidad el ghosting.
Terminamos con algunos artículos que consideramos de utilidad:
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