Sonido 5.1 vs. 7.1 ¿Cuál es para ti? y es que es sabido que el cine es una de las mejores formas de consumir películas. No sólo por ser el único medio disponible durante la mayoría de estrenos, si no por el nivel de inmersión que nos aportan las salas de cine.
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Esto tiene mucho que ver con la experiencia que nos otorgan las salas de cine: entorno oscuro donde el foco es lo que se proyecta en pantalla, una calidad de vídeo muy superior a lo que podemos encontrar en streaming o DVD tradicionales y, por supuesto, un sonido envolvente e inmersivo.
Tal es el gusto por estas bazas, que a lo largo de los años se nos ha dispuesto a los usuarios diferentes formas de emular las características de las salas de la gran pantalla.
Es de esta intención de donde proviene el sonido 5.1 y 7.1 doméstico, los protagonistas de esta entrada. Hoy aspiramos a comparar las bondades y desventajas de ambos.
Para entender mejor estos dos conceptos, es importante explicar en qué consiste el sonido envolvente y en qué se diferencia de otras disposiciones, como el audio estéreo.
Nos referimos con sonido envolvente (o sonido surround) a la técnica que consiste en hacer uso de la disposición del espacio para diferentes canales de audio enriqueciendo la percepción del sonido para el oyente gracias a la ubicación de diferentes altavoces en el entorno.
Esta técnica difiere del sonido estéreo tradicional por su uso de un mayor número de canales de audio y por añadir localización física al sonido, que le otorga sensación de profundidad o localización, mejorando así el nivel de inmersión que nos da este.
Definido el sonido envolvente es fácil llegar a la conclusión de que a mayor número de canales y mejor distribución de los altavoces a lo largo del espacio, mejor será la inmersión que nos dará este.
Y es que en eso consisten los términos 5.1 y 7.1 que encabezan este texto, en el número de canales y altavoces involucrados y el mapa en el que se distribuyen. De este modo, el sonido “5.1” hace uso de seis canales en total, distribuidos en cinco altavoces y un subwoofer; mientras que el sonido “7.1” está articulado por siete altavoces y un subwoofer, a lo largo de ocho canales.
Existen distribuciones con un mayor número de altavoces en torno al oyente, algunas de ellas con varias alturas (como el 7.1.2), pero las dos aquí citadas son, por mucho, las más comunes en estudios o teatros domésticos.
Ya hemos hablado sobre la principal ventaja de sendas distribuciones en nuestro audio, pero no hemos profundizado en las ventajas de una sobre la otra, o en sus inconvenientes.
Para espacios más pequeños o presupuestos más bajos, la distribución 5.1 puede ser la opción mas interesante. Es fácil encontrar a la venta conjuntos de 5.1 completos en las tiendas, a un precio razonable y que no requieren de instalación o configuración adicional fuera de colocarlos por nuestra habitación y descargar el software pertinente.
Sin embargo, la ausencia de los dos altavoces traseros con los que sí cuentan las configuraciones 7.1 limitan mucho la direccionalidad y la localización del sonido con respecto a la distribución en 8 canales, muy superiores en esta materia.
Por otro lado, aunque las distribuciones en 7.1 sean muy superiores, no es habitual encontrarlas listas para comprar, hay que adquirir las diferentes partes de componen esta distribución por separado, lo que los hace una opción mucho más cara. Además, el sonido se resiente en habitaciones pequeñas o mal aisladas, consiguiendo el efecto contrario al deseado: hacer mas difuso el audio y empeorar su direccionalidad.
Por lo que al final es una cuestión de presupuesto y espacio. Aquellos con habitaciones amplias y espacio para colocar correctamente sus altavoces por el habitáculo tendrán una buena experiencia con el 7.1. Mientras que aquellos con menos metros cuadrados, o menor presupuesto, agradecerán la localización frontal de las distribuciones 5.1.
Para aquellos usuarios que no dispongan de una habitación completa para usarla como salón multimedia, o simplemente tengan un equipo de escritorio; y quieran disfrutar de la experiencia del sonido envolvente, existe la virtualización.
La virtualización del sonido envolvente está pensada para auriculares, y consiste es usar efectos, como variar el sonido de una pista de audio de forma temporal o usar filtros, para crear la sensación de que dicho sonido está más o menos alejado de nuestro oído, creando sensación de espacio.
Se realiza mediante software, aprovechando la información que contienen cada pista de audio, pero pueden beneficiarse del hardware dedicado de una tarjeta de sonido para un mejor funcionamiento (y evitar problemas de latencia) y es una técnica especialmente popular en los videojuegos, para generar sensación de espacio.
Sin embargo, su efectividad depende mucho del la programación del software que le da uso y de la calidad de los auriculares sobre los que se proyecte el sonido, por lo que en la mayoría de ocasiones, si sus resultados son satisfactorios o no, depende más del ensayo y error que de la propia virtualización. Es un reclamo popular de las tarjetas de sonido actuales.
Como podréis comprobar, a pesar de las bondades del sonido envolvente, puede no ser una opción para todo el mundo; y al final su correcto uso depende más del espacio en el que se instale, el tipo de contenido que se consuma y el presupuesto con el que contemos, que de la propia elección entre 5.1 o 7.1.
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