AMD también ha realizado un refresh a su gama de APU, unos procesadores con gráficos integrados que conforman la segunda generación, y mucho ojo con esto, con arquitectura Zen+ a 12 nm, así que no son de 7nm. En esta ocasión analizaremos el AMD Ryzen 5 3400G el más potente de los dos lanzamientos que cuenta con gráficos Radeon RX Vega 11 como los más potentes de una APU hasta la fecha, gracias a sus 1400 MHz y 11 núcleos gráficos. Tampoco falta la tecnología SMT en sus 4 núcleos y 8 hilos a 4,2 GHz.
Esperamos unos resultados dignos e interesantes de esta APU, y sobre todo una mejora respecto a la generación anterior. ¡Comencemos con nuestra review!
Antes de seguir, debemos agradecer a AMD España el cedernos sus nuevas CPU para realizar todos nuestros análisis.
El AMD Ryzen 5 3400G se nos presenta en una caja que es exactamente la misma que la utilizada en los nuevos Ryzen 3000, totalmente cuadrada y con la serigrafía distintiva de la familia Ryzen, para no perder la costumbre. Esta construida en cartón flexible finito, y tenemos la CPU visible en uno de los laterales de esta caja, para que se vea bien el producto que compramos.
Sin más dilación, abriremos la caja para encontrarnos el producto dividido en dos paquetes. El primero de ellos es una caja de cartón que almacena el disipador de stock, siendo en este caso el Wraith Spire. El segundo elemento es un encapsulado de plástico considerablemente rígido que tiene guardada la CPU y una pegatina. Mucho cuidado al sacarla para que no se nos caiga y no doblemos algún pin.
AMD ha venido cargado de novedades este 2019, primero fueron los Ryzen 3000 de 7 nm presentados de forma oficial en Computex en donde nosotros asistimos al acto de Lisa Su. Y después han sido dos APU, la que analizamos hoy, y la Ryzen 3200G una CPU más discreta en rendimiento tanto en núcleos como en gráficos integrados al contar con los Vega 8.
En primer lugar no debemos asociar el nombre a “3400” a los Ryzen de 3ª generación, ya que en este caso no es así. Se trata de una CPU que cuenta con un refresco a la tecnología de 12 nm FinFET, por lo que hablamos de arquitectura Zen+ y no de Zen2. Este refresco ha servido para poder aumentar la frecuencia de los núcleos e implementar los gráficos integrados de mayor nivel que tiene AMD, los Radeon RX Vega 11 con un aumento en su frecuencia. Así que esperamos un digno rendimiento de esta APU para montarla en mini PC multimedia, equipos de escritorio para estudiar, trabajar e incluso jugar de vez en cuando a una calidad aceptable. Ya veremos si es así.
Como siempre, dedicaremos al menos unas líneas a comentar qué tenemos en la cara superior del procesador. No por ser APU iba a ser diferente, así que AMD ha instalado un IHD construido en cobre y aluminio que nos permitirá trasferir el calor del interior del mismo hacia el disipador. El encapsulado que utilizan estas CPU es realmente grande y con un área de intercambio muy extensa.
Una novedad que tenemos respecto a la generación anterior de CPU con IGP, es que ahora este IHS también se encuentra soldado a los DIEs internos, eliminando así la capa de pasta térmica de antaño. Este sistema proporciona una mejor transmisión de calor hacia el exterior, al no sumar una resistencia térmica extra entre DIE y Disipador. Además, aquí no habrá problema con el delid, ya que no es una CPU orientada a realizar esta práctica. Luego veremos si esto afecta positivamente a la temperatura.
Si le damos la vuelta a AMD Ryzen 5 3400G para admirar su bonita matriz de pines, o dicho en inglés, Pin Grid Array, correspondientes a las salidas del socket PGA AM4, el utilizado para esta CPU. Estos pines vienen recubiertos de una fina capa de oro para mejorar la trasferencia de energía entre ellos, y así soportar la gran intensidad que se debe mover en su interior. Si montáis un proceso de electrólisis con cobre, zinc, agua y una batería, y echáis todos vuestros procesadores, igual podéis obtener un poco de oro, aunque no lo recomendamos.
En una de las esquinas tenéis señalada la dirección en la que se debe instalar la CPU en el socket, debiendo alinear siempre la flecha de la esquina con la flecha marcada en la placa. Y una última recomendación, no apretéis para introducir la CPU en el socket, si no entra es que hay algún pin que no está perfectamente alineado.
Debido a que esta AMD Ryzen 5 3400G tiene tanto gráficos integrados como los propios núcleos de procesamiento, AMD ha incluido un disipador Wraith Spire. No es mala opción si consideramos que es el segundo en prestaciones por debajo del Wraith Prism que es utilizado por las CPU más potentes como los 3700 y 3900. No obstante, en nuestras pruebas veremos que se ha comportado.
De trata de un boque construido íntegramente en aluminio, un metal que obviamente presenta una conductividad más reducida que el cobre. Lo decimos porque una base de cobre en contacto con el disipador no hubiera estado mal. El disipador ya viene con la pasta térmica aplicada en forma de círculo, y debemos decir que en bastante cantidad, hasta tal punto que nos sobrará bastante por los lados.
El bloque se constituye de una zona central hueca con cuatro brazos sólidos de los que salen todas las aletas en configuración vertical. De este modo el aire pasa perfectamente hacia abajo y sale por la zona inferior caliente. La altura de este bloque sin contar con el ventilador, es de aproximadamente 45 mm. Y casi la otra mitad está ocupada por el ventilador y su correspondiente sujeción en forma de circunferencia de plástico con el logotipo de AMD en la zona superior. Este ventilador es de una configuración simple con 5 hélices y un diámetro efectivo de 85 mm.
El método de fijación de este disipador es distinto al que utiliza el modelo superior Prism, y esto es importante tenerlo en cuenta. En este caso tenemos tan solo un bracket con cuatro tornillos, por lo que necesitaremos retirar las dos pestañas de plástico del socket de la placa que normalmente son utilizadas para los disipadores de palanca. De esta forma atornillaremos el disipador directamente en los cuatro huecos sin preocuparnos por apretar mucho, ya que un muelle en cada tornillo se encargará de controlar el límite de presión sobre el IHS y además un tope en la propia rosca.
AMD Ryzen 5 3400G es un procesador que tiene tecnología Zen+ en su interior, esto ya lo hemos avanzado al principio de la review. A pesar de tener el distintivo 3000 en su nombre estamos, ante una APU AMD de 2ª generación con gráficos integrados. Esto implica que es el sucesor directo del Ryzen 2400G y conviene saber cuáles serán las diferencias que nos encontremos en el mismo.
Y en primer lugar vamos a hablar detalladamente de los gráficos integrados, ya que es el mayor reclamo de esta CPU Ryzen, debido a que la tercera generación no cuenta ninguno de ellos con IGP. En este caso se ha montado un sistema gráfico Radeon RX Vega 11, el cual lleva en su interior 11 núcleos en un proceso de fabricación de 14 nm y arquitectura GNC 5.0 trabajando a 1400 MHz. Es la misma configuración que el 2400G solo que la frecuencia se ha aumentado unos 150 MHz. Esto núcleos Raven Ridge tienen un recuento de 704 unidades de sombreado, lo cual hace generar unas 44 TMUs (unidades de texturizado) y 8 ROPs (unidades de renderizado)
Podemos ver en este diagrama que la comunicación entre la parte CPU y la parte GPU se hace mediante el bus Infinity Fabric, el bus de interconexión que usa AMD en sus procesadores Ryzen ya en las APU de 1ª generación. Algo importante es que en estos nuevos procesadores todos los núcleos de la CPU están en un mismo complejo CCX, lo que hace que se comuniquen entre ellos de forma directa a través de la caché L3 y sin pasar por el bus Infinity Fabric, esto debería ayudar a reducir la latencia y mejorar el rendimiento.
En cuanto a las especificaciones de la propia CPU, tenemos un total de 4 núcleos y 8 hilos de procesamiento bajo una litografía de 12 nm FinFET que alcanzan una velocidad de 3,7 GHz en frecuencia base y de 4,2 GHz en modo boost que no está nada mal. Es el único que utilizado SMT como multithreading, ya que el 3200G solo tiene 4/4. Tan solo necesita un TDP de 65W, que exactamente lo mismo que utilizado el 2400G, así que el descenso de litografía que ha venido bastante bien al modelo.
También necesitamos conocer las características de su memoria caché, así que nos encontramos con 2 MB de caché L2, manteniéndose así un total de 512 KB por cada núcleo. Y si nos vamos a la caché L3, entonces tendremos 4 MB, lo cual es bastante poquito si tenemos en cuenta que los Ryzen 3000 de 7 nm tienen 16 MB por cada 4 núcleos. Un aumento de cantidad para estas dos APU no hubiera venido nada mal para aumentar el rendimiento. Esta, también es una CPU desbloqueada susceptible de realizar overclocking, aunque tiene poco sentido hacerlo.
Y para finalizar, vamos a dar algunas indicaciones respecto a la capacidad de esta APU instalada sobre una placa base de nueva generación como son las X570. Estos procesadores soportan un máximo de 64 GB de memoria RAM a 2933 MHz, aunque todas las placas son compatibles con perfil XPM hasta los 3600 MHz. Ocurre que la memoria que hemos utilizado, la hemos tenido que configurar a 3400 MHz por problemas en la propia placa del banco de pruebas. Debemos tener en cuenta que en este caso no soporta el bus PCIe 4.0 como sí ocurre en los Ryzen 3000, y el máximo de carriles PCIe que tiene esta CPU es de 8, así que las tarjetas gráficas dedicadas que instalemos solo usarán 8 de estos carriles en lugar de 16.
| BANCO DE PRUEBAS | |
| Procesador: | AMD Ryzen 5 3400G |
| Placa Base: | X570 Aorus Pro |
| Memoria RAM: | 16GB G.Skill Trident Z RGB Royal DDR4 3600MHz |
| Disipador | Stock |
| Disco Duro | ADATA SU750 |
| Tarjeta Gráfica | Nvidia RTX 2060 Founders Edition |
| Fuente de Alimentación | Be Quiet! Dark Pro 11 1000w |
Ahora vamos a comprobar la estabilidad del procesador AMD Ryzen 5 3400G en valores de stock. La placa base la hemos estresado con Prime 95 Custom y refrigeración por aire mediante el disipador de stock. En un principio vamos a dar los resultados solamente con los gráficos integrados de la propia CPU. En un apartado específico instalaremos la tarjeta Nvidia RTX 2060 Founders Edition, para comparar de primera mano cómo afecta el tener o no unos gráficos dedicados.
Hemos probado el rendimiento con la plataforma X570 y las memorias configuradas a 3400 MHz, el máximo que permite la placa de prueba de forma estable para esta APU de 2ª generación en la placa. La información de compatibilidad estará disponible en la página de soporte y especificaciones de la propia placa. Los programas que hemos utilizado serán los siguientes:
Hemos probado este conjunto de hardware con los 6 juegos que venimos utilizado desde hace algún tiempo, para así tener una referencia con el resto de modelo analizados. Existe una enorme lista de IP, y eso imposible probarlas ni comprarlas todas. Extrapolad estos resultados y los escalones de rendimiento entre CPU para ver más o menos como se comportaría con un determinado juego.
Tengamos en cuenta que los resultados aquí mostrados son los obtenidos con los gráficos integrados del AMD Ryzen 5 3400G y en una resolución a 1280x720p y 1920x1080p. Esta es la configuración gráfica utilizada:
Ahora sí hemos colocado la Nvidia RTX 2060 para buscar un rendimiento superior en gráficos y así comparar esta CPU con el resto de procesadores con un uso normal. Esta es la nueva configuración gráfica utilizada
Hemos usado Prime95 en su versión large para probar tanto las temperaturas como el consumo. Todas las lecturas de Watts han sido medidas desde el enchufe de la pared y el conjunto completo excepto el monitor.
Vemos unas temperaturas bastante buenas tanto en reposo como en máxima carga cuando estresamos la CPU al completo. La elección de mantener este disipador de stock en la CPU ha sido la correcta, dando la talla sin problema alguno.
En lo que a consumo se refiere, también vemos excelentes registros, a pesar del aumento de potencia tanto en núcleos como en GPU. Lo que hace que sean valores bastante cercanos al 2400G analizado por nosotros hace un tiempo, y que refrescaremos sus registros en la nueva plataforma de AMD.
Llegamos al final del análisis del AMD Ryzen 5 3400G, una CPU con gráficos integrados que refresca sus núcleos con 12 nm y un aumento de frecuencia hasta los 3,7/4,2 GHz. Aunque ciertamente echamos de menos una caché de mayor tamaño, porque hubiera sido un gran salto respecto al 2400G.
Y es que los resultados tanto en test sintéticos como en juegos lo sitúan muy cerca de su antecesor, tanto si instalamos como sino una gráfica dedicada. Cuenta con los gráficos Radeon RX Vega 11, con 11 núcleos dedicados que la verdad, no van nada mal para juegos en 720p e incluso 1080p en calidad baja. Aquí sí que saca una ligera ventaja al 2400G pero no lo suficiente.
En cuanto a temperaturas, tenemos unas que son magníficas, apenas llegamos a los 62 grados tras un largo tiempo de estrés. Ha sido muy acertado optar por el disipador de serie Wraith Spire, y lo vemos más que de sobra para nuestras necesidades, incluso jugando. Gran trabajo de AMD en este aspecto.
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Debemos tener en cuenta que no tiene una arquitectura de 7 nm, quizás os podáis confundir con su distintivo 3000. En cualquier caso, es perfectamente compatible con la plataforma X470 y X570 así que tendremos máxima versatilidad. Un aspecto diferencial por el que optar por este modelo es porque soporta memorias de hasta 3600 MHz.
Y finalizamos la review con el precio de este 3400G que será de 164 euros aproximadamente, 34 euros más caro que su antecesor. No es un gran diferencial, y el rendimiento en general es parecido, aunque la mayor frecuencia y el soporte de mejoras memorias RAM lo podrían hacer la opción lógica. En todo caso son dos APU ideales para equipos multimedia avanzados e incluso echarnos alguna partida.
| VENTAJAS | INCONVENIENTES |
| – REFRESCO DE ARQUITECTURA CON 12 NM | – RENDIMIENTO MUY SIMILAR AL 2400G |
| – GRÁFICOS INTEGRADOS VEGA 11 DE NOTABLE RENDIMIENTO | – ESPERÁBAMOS UN POCO MÁS DE BRECHA ENTRE GENERACIONES |
| – IDEAL PARA ESTACIONES MULTIMEDIA Y GAMING A NIVEL MUY BÁSICO | – POCA MEMORIA CACHÉ |
| – COMPATIBLE CON X470 Y X570 Y RAM DE 3600 MHZ | |
| – EXCELENTE DISIPADOR Y TEMPERATURAS |
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