¿Buscas toda la información sobre las placa base antes de comprar una para tu PC? ¡No te preocupes, en este artículo te enseñaremos todo lo que necesitas saber! Y es que, muchos ya sabemos cómo será nuestra placa base prácticamente por instinto, pero iniciarse en el montaje de un ordenador no es tan sencillo como creemos recordar mas aun cuando actualmente podemos encontrar muchos elementos diferentes que especializaran nuestro ordenador de modos que en el pasado era imposible.
Hoy vamos a dar un repaso a lo que es importante para lograr el objetivo que queremos, montar nuestro propio ordenador, y empezaremos por ese componente que une todo en posición y que en buena medida es la médula espinal del ordenador que queremos y en el formato en el que lo queremos.
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¿Qué tamaño queremos que tenga nuestro ordenador?, ¿cuántas tarjetas gráficas querremos montar?, ¿cuánta memoria RAM? Es la primera pregunta que debemos hacernos y la respuesta la encontraremos en los diferentes factores de forma que se han ido estandarizando tanto por empresas muy influentes como por las propias necesidades crecientes de nosotros, los usuarios.
Además de formatos muy establecidos, también podemos encontrar placas base con factores de forma completamente dependientes de un objetivo concreto. Muchas de ellas pueden formar ordenadores tal y como los conocemos, otros más específicos para tareas mas concretas o especializadas.
En el mundo del PC hay tres factores de forma muy reconocibles y otros que intentan abrirse camino, pero esta variedad reducida, estandarizada, es lo que también nos permite que nosotros mismos podamos encontrar componentes que luego podamos unir fácilmente entre ellos para que todo el conjunto funcione como esperamos.
Estos tres factores de forma son el ATX, el Micro-ATX, ambos impulsados por la mismísima Intel, y el Mini-ITX impulsado, en este caso, por VIA. Los tres formatos van de mayor a menor y comparten algo importante que son las dimensiones de anclaje principal y las distancias de las tarjetas de ampliación con los slots traseros. Esto significa que en un chasis ATX podremos montar cualquiera de los otros dos factores mas pequeños: Micro ATX y Mini-ITX. Los cuatro tornillos de anclaje principal coinciden, la zona de puestos traseros tiene el mismo tamaño y las tarjetas encajan en posición.
La diferencia entre ellos esta en su tamaño lateral y vertical que permitirá, básicamente, tener más capacidad para ampliación de conectividad en forma de tarjetas de ampliación, almacenamiento, RAM, etc. Las líneas generales de estos formatos nos permiten afirmar estas claves fundamentales para tener en cuenta para elegir el formato adecuado en cuanto a capacidad de ampliación se refiere:
Existen otros formatos que añaden o reducen tamaño, algunos seguramente os suenen como el DTX o el Extended ATX. Su incidencia en el mercado es menor y seguramente si os preguntéis por ellos es porque ya no necesitáis mas esta guía. También podremos encontrar gran variedad de opciones en los formatos mas extendidos pero estos tres nos permitirán tener ordenadores muy compactos, de tamaño medio, o de tamaño medio-grande con gran capacidad de ampliación. Eso es lo realmente a tener en cuenta.
Lo siguiente y mas importante es elegir el socket que albergara nuestro procesador. Esto es básicamente una necesidad de compatibilidad puesto que sin el socket adecuado nuestro procesador no funcionara o no lo hará correctamente.
No solo deberemos tener en cuenta el formato del socket sino también la versión porque algunos procesadores comparten socket, pero no el patillaje del mismo y podremos tener problemas si no elegimos adecuadamente. En algunas placas base no tendremos este dilema puesto que el procesador ira completamente integrado en la placa base, sin posibilidad de cambio.
Actualmente existen dos formatos de socket. Por un lado, el LGA (Land Grid Array), que vemos fundamentalmente en procesadores Intel pero que también encontramos en los Threadripper mas potentes de AMD. En este tipo de socket los pines de conexión con el procesador residen precisamente en el socket, son fácilmente reconocibles por esos pequeños pines en forma de resorte que cubren todo el socket. Existen muchas variedades de este formato LGA, pero en ordenadores sobremesa, y fecha de este artículo, los más extendidos son el LGA1151 para procesadores Intel, LGA2066 para procesadores Intel Core i9 de gama mas alta y LGA4094 para procesadores AMD Threadripper.
El otro formato más extendido es el PGA (Pin Grid Array), que vemos en procesadores AMD de gama baja y media como los famosos Ryzen de socket AM4 en todas sus generaciones. Este socket se caracteriza por su gran numero de taladros y porque es el procesador el que cuenta también con las clavijas macho que entran en cada uno de esos taladros del socket.
Otros formatos existentes en el mercado son el ZIF Socket, que veíamos en los antiguos chips “cucarachas” con patillas laterales. En tu nueva placa base seguramente te los encuentres todavía en forma de chips CMOS para la bios de la placa base.
Otro formato tanto o mas extendido es el BGA (Ball Grid Array) que vemos en procesadores de integración directa en placa base o también en todas las GPU dedicadas que se comercializan. Este tipo de montaje es para soldadura por temperatura y se hace en fabrica o con herramientas muy especializadas que no tendremos en casa y por tanto no especialmente amigables para hacer sustituciones, reparaciones o mejoras.
Aunque se tiende a pensar que el socket esta intrínsecamente relacionado con el chipset de la placa base lo cierto es que la dependencia es circunstancial y esta mas definida por que procesadores podremos montar en la placa base. Quiero decir que podemos tener placas base con socket compatibles con cierto procesador, con el chipset inadecuado, y viceversa, chipsets que soportan ciertos procesadores, pero con el formato erróneo de socket (BGA, LGA, etc.).
Cierto es que todo va relacionado y normalmente buscaremos nuestra placa base deseada en medida del chipset, aunque cada día tiene menos peso, tendrá el socket adecuado para la generación de procesador que queramos montar y también nos añadirá o quitara prestaciones como conectividad o capacidad de almacenamiento.
El chipset ya no tiene tanta importancia, sin duda, pero elegir el adecuado supondrá bastante a la hora de conseguir nuestro objetivo de precio y prestaciones. Un chipset diseñado para cierto tipo de procesador no soportara otros, aunque nos podemos encontrar algunos que soportan varias generaciones de procesadores y, como no, van acompañados del socket adecuado para ese soporte.
La estandarización es la que nos permite montar nuestro ordenador por piezas, la que hace que una serie de procesadores se puedan montar en cierto socket, que cierto chipset trabaje en sintonía con cierto procesador y esta estandarización sigue por cada componente que instalemos en nuestro ordenador. La memoria no es ajena a esto y de hecho es uno de los componentes mas estandarizados que podemos montar en nuestro ordenador.
La memoria RAM, la compatibilidad con la misma, depende actualmente de varios factores, pero sobre todo del soporte de nuestro procesador. Algunos procesadores soportan un tipo de memoria, o múltiples. Actualmente la memoria DDR4 es la que montamos en ordenadores nuevos, pero hay procesadores que soportan ambos formatos de memoria, aunque es raro encontrar ahora placas base que soporten ambos y nunca lo harán al mismo tiempo. Cuando se inicio el cambio de memoria DDR3 a DDR4 si las podíamos encontrar, pero solo podíamos montar un formato al tiempo, nunca de forma combinada.
Es importante, en esto de las memorias, conocer la controladora de memoria que tiene nuestro procesador, o el procesador que vayamos a comprar, porque dependiendo de si este tiene soporte para doble, triple o cuádruple canal entonces tendremos que suministrarle el mismo numero de módulos para aprovechar ese montaje paralelo de acceso a RAM. Si nuestro procesador es de doble canal, deberemos comprarlos por pares, e iguales, y así sucesivamente. Los procesadores mas potentes, con cuádruple canal de memoria, requerirán cuatro módulos iguales para aprovechar todo su ancho de banda.
Si no cumplimos esta regla entonces tendremos un montaje de canal simple o canales asimétricos donde solo parte de la RAM aprovechará el paralelismo y cuando pasemos de esa capacidad de uso el resto se quedara en canales mas reducidos. Lo mejor es mirar bien la documentación de la placa base, no tanto ya para la compatibilidad, sino para ver cuantos módulos necesitamos para aprovechar todo el potencial del procesador.
La memoria RAM la podemos encontrar en diferentes velocidades, diferentes voltajes e incluso diferentes tamaños, pero todo esta estandarizado por la asociación JEDEC, a la que están unidos los principales actores de la industria, con ciertas libertades en forma de chips de control de modos extendidos que Intel ha estandarizado de facto como XMP. Eso nos permite, con dos clics, aprovechar frecuencias que se escapan del estándar JEDEC para cada evolución de la RAM.
Actualmente elegir RAM es sencillo, bastará escoger formato, que dependerá del tamaño de slot que tenga nuestra placa base (DIMM o SO-DIMM) y que estará en buena medida relacionado con el factor de forma de la placa base. SODIMM lo encontraremos en portátiles, ordenadores de formato muy compacto y placas base de formato propietario y en algunas placas base ITX donde se busque minimizar consumos, altura de montaje, etc.
Antiguamente lo poco que teníamos que elegir en una placa base es cuantos conectores SATA íbamos a necesitar. Ahora tendremos algún factor añadido como el soporte para unidades PCI Express, cuantos conectores M.2 de este tipo necesitaremos y con que formato.
Para intentar resumir este pequeño conflicto de conceptos actualmente podemos encontrar estos tipos de conectores en casi cualquier placa base que se comercializa:
Todas las placas base domesticas y nuevas que podemos encontrar en el mercado usan el interfaz PCI Express como medio de añadir tarjetas que añadan funcionalidades al sistema. Actualmente el estándar mas extendido es el PCI Express 3.0 pero esta mas dedicado a tarjetas graficas y solemos encontrarlo en forma de slots de 16x, el mas grande que encontramos en formatos domésticos. La próxima generación de procesadores usaran el PCI Express 4.0 pero el formato físico es el mismo y es retro compatible así que no debemos preocuparnos mucho hoy en la elección de placa.
Si tenemos que tener en cuenta el numero de conectores que necesitaremos, para que los vamos a usar porque dependiendo del tamaño también tendremos velocidades mayores o menores y también que procesador necesitaremos para, por ejemplo, correr adecuadamente dos tarjetas gráficas o más. Actualmente casi todo el monto de líneas PCI Express están suministradas por el propio procesador y no por el chipset así que, una vez más, todo está bastante relacionado.
Las tarjetas gráficas usan todas interfaces 16x, pero no es un requisito y pueden trabajar a velocidades de enlace inferior y en velocidades 8x no solemos tener ninguna perdida de rendimiento. El largo del interfaz nos garantiza un máximo de velocidad teórica, pero en la práctica habrá muchas variables que tener en cuenta. Si puedo resumiros en que, si vamos a montar una sola tarjeta gráfica, no debemos preocuparnos mucho por cuantos o como están electrónicamente conectados los diferentes slots PCI Express de la placa base.
Normalmente todas las placas base del mercado, independientemente de su tamaño, vienen equipadas actualmente con excelentes niveles de conectividad tanto para periféricos como para redes. Todas vienen equipadas con conectividad Ethernet y encontraremos gran variedad de modelos en cualquier tamaño que también añaden conectividad inalámbrica con Wifi de última generación sumado al soporte Bluetooth para la conectividad de periféricos.
La conectividad para periféricos cableados también viene de la mano de las últimas tecnologías entre las que podemos encontrar toda el catalogo y versiones de USB donde el nuevo USB-C con velocidades de hasta 10Gbps es la gran estrella. Mi único consejo en este sentido es que escojamos la placa base en base a la conectividad frontal de nuestro chasis o, al contrario, que escojamos el chasis en base a las capacidades de conectividad frontal de nuestra placa base. De este modo podremos disfrutar de la mejor conectividad también en el frontal de la caja.
Al final todos estos factores importantes que hemos enumerado para la compra de una placa base no deben alterar el objetivo principal de cualquier PC que no es otro que satisfacer los usos de su propietario. Si vais a usar vuestro ordenador para trabajar, para jugar, para diseñar, programar o todo ello al mismo tiempo, debéis tener claro lo que queréis y siempre prever un presupuesto aproximado para evitar desviarnos del objetivo.
La placa base es un componente importante que definirá en buena medida el resto del ordenador, pero al final casi todas las placas base modernas ofrecen prestaciones similares, las diferencias suelen ser pequeños detalles así que mi consejo es comprar inteligentemente e ir a cumplir con las necesidades de las tecnologías mas punteras en cada momento sin dejarnos desviar del objetivo con las promesas de prestaciones que luego realmente no necesitaremos en nuestro uso habitual y diario.
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