Hasta hace poco tiempo, una placa base micro ATX era el formato más pequeño disponible para los ordenadores de escritorio, pero la miniaturización de los componentes y la evolución de la tecnología ha hecho que estas hayan sido relegadas a un segundo plano debido a las nuevas placas bases Mini ITX, o simplemente ITX.
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En este artículo veremos si aún tienen cabida las placas Micro ATX o si definitivamente han sido relegadas por las más pequeñas a un segundo o tercer lugar. Si tas pensando en comprarte alguna de ellas, esperamos que aquí te despejemos las dudas.
En la actualidad existen básicamente cuatro tamaños de placa base disponibles, y dos de ellos son los que a nosotros nos interesan. ¿Cómo de pequeñas serán respecto a las hermanas mayores?
Vistos los tamaños, debemos suponer que entre más pequeña sea una placa base, menos componentes podrá albergar en su interior, y esto es totalmente cierto, ya que existen evidentes barreras técnicas que el tamaño no puede salvar. Aunque muchas de las micro ATX del mercado almacenan alguna sorpresa que otra.
Para comparar el máximo hardware que pueden albergar, hemos escudriñado el mercado para ver más o menos que nos pueden ofrecer en sus gamas más altas. Veamos que nos brindan cada una de ellas:
En este sentido, ambas placas cuentan con las mismas características, ya que tendremos modelos ITX y Micro-ATX capaces de soportar procesadores Intel Core de Socket LGA 1151 y procesadores AMD Ryzen de socket AM4, así que podremos montar por ejemplo un Core i9-9900K sin problemas en ambas placas base.
Esto es muy interesante para usuarios que quieren montar un PC gaming pequeñito con un hardware potente. Además, otro detalle a considerar es que ambas placas cuentan con soporte para los chipsets más potentes de ambos fabricantes, queremos decir el Intel Z390 y el AMD X470.
Un detalle que no se nos escapa es el espacio disponible para el disipador. ¿Queremos poner un Scythe Ninja 2?, pues en ambas podremos, ya que el espacio libre que se queda en el socket será estándar en todas las placas bases. Sin problemas podremos montar un disipador que sea más grande que la propia placa.
En poco tiempo la capacidad de memoria RAM ha llegado a un nuevo nivel, ya que los fabricantes ya se encuentran construyendo módulos de 32 GB DDR4 a velocidades increíbles.
Físicamente, las Micro-ATX tiene una ventana aquí innegable y este al igual que las ATX, casi todas cuentan con 4 ranuras DIMM capaces de albergar 64 GB de memoria RAM DDR4, aunque como decimos, con los módulos de 32 GB pronto serán 128 GB.
Por su parte, una placa Mini-ITX va a tener en la totalidad de los casos tan solo dos ranuras DIMM, que en su caso podrán soportar 32 o 64 GB de memoria RAM. Así que, en este sentido, sí que una micro ATX da un extra de capacidad.
En lo que respecta a la velocidad, en ambos casos va a depender de la potencia de la placa y los perfiles JEDEC que haya decidido el fabricante soportar mediante la BIOS. Así que tendremos placas tanto ITX como Micro ATX con soporte para más de 4000 MHz de frecuencia de reloj.
El tercer elemento crítico a la hora de mirar una placa base es la capacidad de almacenamiento. Teóricamente, al tener el mismo chipset ambas placas deberían de soportar exactamente la misma cantidad de almacenamiento, porque como siempre el tamaño puede jugar en contra de las placas Mini ITX.
Comencemos por una placa de gama alta ITX, en sus especificaciones vemos un total de dos ranuras M.2 compatibles tanto con SATA como PCIe. En estas placas, no suele haber espacio suficiente en la parte delantera para las dos ranuras, así que los fabricantes colocan la segunda ranura justo en la parte de atrás. Por su parte tendremos u total de 4 conectores SATA en prácticamente todas las placas de este tipo.
En las placas Micro ATX hay espacio suficiente como para colocar 6 puertos SATA junto a 2 ranuras M.2. Así que, en teoría, la capacidad de almacenamiento podría extenderse en las Micro ATX un poco más, pero esto va a depender del fabricante, y sabemos que con dos ranuras M.2 tendremos más que suficiente.
El siguiente elemento diferencial, y aquí sí que no hay duda alguna de quién gana es en la capacidad de conexión para tarjetas de expansión en ranuras PCIe.
En las ITX, vamos a terminas rápido, ya que solo cuentan con la ranura PCIe x16 3.0 para conectar una tarjeta gráfica en ella, del tamaño y potencia que sea, eso sí. No tendremos ninguna ranura PCIe x1 ni x4, así que no podremos conectar nada extra, como una tarjeta Wi-Fi externa.
En las Micro-ATX sí que tenemos espacio incluso para hacer Nvidia SLI y CrossFire gracias a dos ranuras PCIe 3.0. Además, habrá espacio suficiente para introducir otras dos ranuras PCIe x1 haciendo un total de 4. Por supuesto, será decisión de cada fabricante meter las que quiera.
Esto es algo que ambas placas base tienen prácticamente igual, con un total de aproximadamente 18 conexiones a repartir como cada fabricante quiera. Podremos tener los típicos 6 conectores para audio, dos puertos USB 2.0, otros 4 o 6 puertos USB 3.1 gen1/2/Type-C, puertos HDMI y DisplaPort y el puerto de red RJ-45.
El otro apartado que también es casi siempre igual es la conectividad de red, concretamente inalámbrica. Los fabricantes saben que si queremos comprar una placa Micro-ATX y, sobre todo, ITX, es porque queremos movilidad, así que lo mínimo que podemos pedir en una ITX, es que cuente con tarjeta Wi-Fi preinstalada. En las Micro-ATX baratas no tenemos opción de Wi-Fi integrada normalmente.
Con esto nos referimos a las cabeceras para USB, ventiladores e iluminación RGB. Si tenemos placas base modernas y orientadas a gaming, seguro que las dos van a traer la menos dos o tres cabeceras para ventiladores + bomba de agua, una cabecera RGB y dos conectores para USB.
Por supuesto en las Micro-ATX de nuevo tendremos espacio para más, así que cada uno valore la cantidad de cabeceras que le Hansen falta. Por nuestra parte, las dos placas cumplen en este sentido.
Pues esto será un rasgo diferencial a favor de la placa ITX, por el simple hecho de que realmente es útil para montar un Mini PC.
Mientras que una placa Micro-ATX necesitará una torre que prácticamente será igual de grande que una ATX, una ITX tendrá sus propios chasis, unos chasis que sí, admitamos que tienen una refrigeración algo pobre y poco espacio, pero al menos su aspecto se ha cuidado y realmente pueden colocarse donde queramos.
Además, un en muchos chasis ITX podremos incluso montar sistemas de refrigeración de 120mm. O si queremos más espacio, pues vayámonos a una placa mATX que tiene mayor capacidad y aprovechemos el ese espacio. Personalmente pienso que es contraproducente comprar una placa Mini-ITX para luego colocarla en una torre grande.
Pues bien, vamos a ver el resumen de toda la chapa que hemos dicho anteriormente, para que cada uno tenga más o menos clara nuestra opinión al respecto.
Placa Mini ITX
Sin duda esta placa será ideal para construir un equipo portable. Son placas pequeñitas pero completas en cuando a conectividad de periféricos y como mínimo debemos asegurarnos que tenga Wi-Fi incorporada. Vendrá genial con un chasis ITX que decore la habitación y que además tenga un buen diseño en cuento a refrigeración.
Podremos montar un PC multimedia con procesadores poco potentes y baratos, o por el contrario un PC gaming potente, ya que tienen chipsets de gama alta y capacidad para instalar tarjeta gráfica.
Placa Micro ATX
Si queremos una placa mediana para una torre que no es ni grande ni pequeña, pues adelante, pero no tiene sentido comprar una Micro ATX para montarla en una torre ATX, a no ser que sea por motivo de dinero.
Hay placas Gaming muy potentes de este formato y además con Wi-Fi y que admiten varias GPU. Si encuentras una oportunidad buena en el mercado, será tan válida como una ATX, pero lo cierto es que no es tan portable como la ITX ni tan amplia como la ATX.
Para finalizar, veamos los modelos que, bajo nuestra humilde opinión, son las más recomendados.
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Comenzamos por una placa con chipset B360 para los procesadores Intel de gama media. Cuenta con iluminación RGB, conectividad Wi-Fi, tarjeta de sonido 7.1 AC892 de Realtek y justo lo que hemos comentado arriba, dos ranuras DIMM y una PCIe 3.0. Además, tendremos los dos M.2 reglamentarios para que no haya problemas con el almacenamiento.
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Mucho más interesante es esta placa ITX con chipset Z390 para poder montar un PC gaming de gama alta en tan solo unos pocos centímetros de nuestra casa. Tendremos funciones avanzadas para que nuestro hardware entre un extra, con Core Boost, DDR4 Boost y un VRM de nada menos que 10 fases. Tiene dos ranuras M.2 PCie x4, conectividad USB 2.0, 3.0 y 3.1 Gen2 y por supuesto Wi-Fi. Merece mucho la pena esta placa por el precio que tiene.
Última actualización el 2024-11-21
Otra más para la lista, en este caso se trata de una AORUS de unos 190 euros que nos ofrece un disipador para una de sus dos ranuras M.2 en la zona frontal. No soporta, en principio, 64 GB de RAM, pero tenemos conectividad Wi-Fi de alto nivel con un chip Intel CNVi 2×2 a 1,73 Gbps y una tarjeta de sonido superior con chip Realtek ALC1220. Si tu objetivo es montar un PC gaming, AORUS tiene lo que necesitas.
Última actualización el 2024-11-21
Pasemos ahora a ver una placa orientada a montar CPU AMD Ryzen de gama media gracias al chipset B450. Está a un precio similar a la que vimos anteriormente con B360 de Intel y lo cierto es que son similares. Capacidad para dos unidades M.2, conectividad Wi-Fi AC 1×1 y una buena tarjeta de audio ALC887 de Realtek son sus bazas. Tenemos todo lo necesario y a un buen precio para nuestro Ryzen.
Última actualización el 2024-11-21
Y para finalizar tenemos una placa ITX para el chipset de gama alta de AMD Ryzen, el X470. Una placa similar también a las Z390, con las dos ranuras M.2 correspondientes, tarjeta de sonido Realtek S1220A y tarjeta Wi-Fi 2×2 1,73 Gbps. Nada que no hayamos comentado ya ni que echamos en falta.
Y ahora vamos con los modelos de placas mATX.
Última actualización el 2024-11-21
La mejor opción que vemos en cuanto a calidad/precio para una Micro-ATX de chipset B360M, aunque no tenemos disponible conectividad Wi-Fi en ella. La gama TUF se caracteriza por la calidad de los componentes, aunque también tenemos una ranura M.2 PCIe y dos USB 3.1 Gen2.
Última actualización el 2024-11-21
Seguramente la placa base Micro-ATX xon chipset Z390 más potente del mercado, y la razón principal es su capacidad de 64 GB de RAM a 4800 MHz en solo dos ranuras DIMM y el conector exclusivo de Asus para almacenamiento de alta velocidad conectado directamente al procesador. Además, tenemos conectividad Wi-Fi Intel CNVi AC-9560 y un VRM de 12 fases para hacer overclocking.
Última actualización el 2024-11-21
Está bien, con la anterior nos vinimos un poco arriba, vamos a ver una un poco más económica de Gigabyte. Es una placa de nueva generación con soporte para 128 GB de RAM con 4 DIMM, dos ranuras M.2 PCIe, soporte para CrossFire 4-way o 2-way, aunque tampoco tiene conectividad Wi-Fi integrada.
Última actualización el 2024-11-21
Pasamos ahora a una muy buena placa base gaming barata de AORUS con chipset B450 para AMD Ryzen. Es similar a la vista anteriormente para el B360, ya que no tiene conectividad Wi-Fi, y una sola ranura M.2 PCIe.
Última actualización el 2024-11-21
Hemos querido meter también esta EVGA, por ser una de las pocas placas Micro-ATX que existen para la plataforma X299 Workstation de Intel bajo socket LGA 2066. Por supuesto cuenta con Wi-Fi, dos ranuras M.2, puerto U.2 y 4 ranuras DIMM en Quad Channel. Además, soporte Nvidia SLI y AMD CrossFire en sus dos PCIe 3.0.
Pues hasta aquí llega este artículo que habla sobre las principales diferencias y similitudes de las placas ITX y Micro-ATX. Esperamos que la información te sea útil para elegir mejor qué placa base necesitas para tu PC.
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