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Cómo puedo saber la compatibilidad de componentes de mi PC

Saber la compatibilidad de componentes de mi PC es una preocupación que la mayoría de personas tenemos cuando nos disponemos a comprar un ordenador por piezas. Esto se debe a la enorme cantidad de componentes que hay en el mercado y los distintos modelos. Por eso aquí trataremos de dar las claves para que seamos capaces de elegir bien los componentes de nuestro nuevo PC y que todos ellos vayan perfectamente cuando lo montemos.

Además de la gran cantidad de componentes que tenemos, también se suman cada uno de sus modelos, muy similares entre ellos, pero con pequeñas variaciones. Si bien es cierto que normalmente estos detalles nos deben preocupar para el rendimiento y no para la compatibilidad.

Qué componentes son los que debemos considerar a la hora de ver la compatibilidad

Componentes hay muchos, pero solamente unos pocos serán los críticos y necesarios para conseguir hacer funcionar un ordenador. Precisamente en estos tendremos que fijarnos para saber la compatibilidad de los componentes de mi PC nuevo. Estos serán:

  • Microprocesador
  • Placa base
  • Memoria RAM
  • Disipador del procesador
  • Disco duro
  • Tarjeta gráfica
  • Fuente de alimentación
  • Chasis o caja

La tarjeta gráfica no va a necesitar compatibilidad en cuanto a conectividad, efectos prácticos todas ellas serán compatibles con los componentes actuales. La interfaz de todas es la misma, es decir, PCI-Express Gen 3 x16, pero será importante para elegir la fuente de alimentación y el chasis.

Compatibilidad entre microprocesador, placa base y memoria RAM

Sin duda esta es la primera compatibilidad a la que debemos de prestar atención. Dependiendo del procesador que queramos comprar, nuestra elección de la placa base vendrá condicionada a él y también la memoria RAM. Estos tres componentes son los más importantes de nuestro ordenador, y también los más caros, así que todo el tiempo que perdamos buscando sobre la compatibilidad de los mismos, será tiempo bien invertido.

En este aspecto debemos de considerar varios aspectos: el socket del procesador y el chipset de la placa base y la cantidad y tipo de memoria que debemos de usar.

Socket del procesador

Como el procesador es el corazón de nuestro ordenador y el encargado de procesador toda la información que circular por él, va a ser el primero que debemos de elegir en nuestra compra.

El socket del procesador es la forma que tiene éste de insertarse en la placa base. Con cada nueva arquitectura o versión, vamos a encontrar un socket diferente, y por ende, debemos estar atentos a éste para que sea igual en CPU y Placa base. Antes de nada, existen dos fabricantes principales de procesadores Intel y AMD:

  • Intel: Identificaremos los modelos de Intel mediante su nomenclatura de “Intel Core”, además de la denominación de su arquitectura, Skylake, Kaby Lake, Coffee Lake. Los sockets que encontramos actualmente en el mercado son los: LGA 1150, 1151, 1155, 1156, 1366, 2011, 2011-3 y 2066.
  • AMD: por su parte AMD tiene una nomenclatura similar para denominar a sus procesadores. Actualmente tenemos la gama Zen y Zen2 con los Ryzen, y anteriormente los Bulldozer y Excavator. Los sockets que encontramos en el mercado actualmente son los: FM2+, AM3+, AM4 y TR4.

Pues bien, cuando vayamos a elegir nuestro procesador, tenemos que prestar atención a esta nomenclatura sea el procesador que sea y del precio que sea. Si buscamos algo realmente barato, seguramente no aparezca aquí escrito el socket, pero el proceso es exactamente el mismo. Pongamos un ejemplo práctico:

Nos hemos propuesto comprar un ordenador que tenga como CPU un Intel Core i5-9600K, que lo hemos visto en nuestra guía de mejores procesadores del mercado. Éste tiene 6 núcleos y es de 9ª generación, vamos, de los más nuevecitos. Lo que haríamos es irnos a la página web oficial de Intel (o del vendedor) y mirar sus características.

Vemos que el socket que utiliza este procesador es el LGA 1151. Entonces ahora vamos a buscar una placa base que nos convenga para esta CPU. De igual forma nos podemos ir a nuestra guía de mejores placas bases del mercado. Hemos escogido la Gigabyte Z370 HD3, ahora vamos a irnos a sus especificaciones y vamos a ver si tienen el mismo socket.

Vemos que el socket es el mismo, pero arriba vemos que pone “Support for 8th Generation Intel Core”. El nuestro, hemos visto que es de 9ª generación, así que vamos a buscar otra porque esta NO nos vale. Veamos la Gigabyte Z390 UD, la cual es una placa base de tipo ATX.

Ésta ya tiene mejor pinta, tenemos el mismo socket y que soporta procesadores de 9ª generación. Vamos a pasar a otra cuestión de compatibilidad. No debemos olvidarnos del formato de la placa, ya que luego lo utilizaremos para elegir el chasis.

Chipset de la placa base

El chipset de la placa base también debe ser compatible con nuestro procesador. Como en el anterior caso, debemos elegir una placa base que sea compatible con el fabricante, Intel o AMD. Cada una de éstas tendrán un chipset distinto, existiendo varios modelos para cada fabricante y generación de procesador, pero sabiendo que el socket es igual en ambos casos este aspecto lo tendremos cubierto.

Si nos hemos fijado, nuestro procesador tiene la denominación K en su modelo (i5 9600K). esto significa que está desbloqueado y que le podemos hacer overclocking. Las placas bases que debemos buscar para estos procesadores, deben tener un chipset que tenga en su modelo la letra “Z”, por ejemplo, la que hemos elegido la tiene, bien por nuestra parte.

En el caso de AMD, todos los Ryzen están desbloqueados, por lo que los chipsets estarán preparados para eso, así que en este caso lo que tenemos que saber es cuál es el más adecuado según coste y especificaciones técnicas.

Para mirar el chipset de una placa base, volveremos a dirigirnos a sus especificaciones:

Para saber si este chipset es compatible con nuestro procesador, buscaremos un apartado de “soporte” o “Soporte CPU”.

Vemos que en la lista aparece el procesador que hemos elegido, así que podremos continuar. En el caso de un procesador AMD, el procedimiento será exactamente igual. Tras saber el socket, debemos conocer si el chipset es compatible con el procesador.

Memoria RAM compatible

En este punto ya llevaremos casi 400 euros gastados en nuestro PC. Pero ahora es turno de la memoria RAM, el elemento que se encarga de enviar las instrucciones a la CPU, componente de suma importancia y que debe ser también compatible.

En la actualidad, prácticamente todas las memorias RAM que vamos a utilizar son las DDR4, así que el primer escoyo estará superado si el modelo que nos interesa tiene la dominación de DDR4.

Ahora tendremos que saber tres cosas importantes:

  • Qué cantidad de memoria RAM soporta nuestra placa base, por ejemplo 64 GB, 128 GB etc.
  • Qué frecuencia pueden tener éstas, ya que en el mercado hay muchos tipos de módulos en cuanto a frecuencia, desde los 2133 MHz hasta los 4600 MHz.
  • Si soporta configuración en Dual Channel o Quad Channel.

Nos vamos nuevamente a las especificaciones de la placa y miramos el aparatado de “memoria”.

Aquí podemos ver que soporta 4 módulos DDR4 hasta un máximo de 64 GB, y además en configuración Dual Channel. Podríamos montar por ejemplo dos módulos de 8 GB en dual Channel, o 4 módulos de 8 GB en Dual Channel dos a dos, y así tener 32 GB de memoria RAM.

En cuanto a las velocidades, vemos que tenemos un rango desde los 4266 MHz hasta los 2133 MHz. Y deben ser de tipo “Non ECC” (la mayoría de escritorio será Non ECC).

Ahora vamos a irnos a nuestra guía de mejores memorias RAM del mercado y vamos a escoger una que nos guste que sean DDR4, por ejemplo las G.Skill Trident Z RGB DDR4. Como siempre, nos iremos a la página web del fabricante y elegiremos este modelo en un kit de 16 GB a una frecuencia de 3000 MHz. Nuevamente localizamos el apartado de sus especificiones, de soporte o una lista de fabricantes soportados (QVC o Qualified Vendor List).

En esta lista vienen muy bien explicados los fabricantes y modelos de placas bases que esta memoria soporta. Vemos que la Gigabyte Z390 está entre ellas, así que el trabajo está terminado. Los tres componentes principales de nuestro ordenador estan decididos y son perfectamente compatibles.

Buscar un disipador compatible con nuestro procesador

En la mayoría de casos en los que queramos comprar un equipo de gama alta y con procesadores potentes, va a ser necesario adquirir también un disipador potente y que supere al de fábrica, especialmente en el caso de Intel que los que trae son algo mediocres. En este apartado, también tendremos dos opciones principales que son:

  • Sistema de disipador y ventilador: que consta de un bloque aleteado con uno o dos ventiladores para expulsar el calor de las aletas
  • Sistema de refrigeración líquida: que se compone de un circuito por el que circula un fluido que recoge el calor a través de un bloque instalado sobre la CPU y lo envía a un intercambiador con 1, 2 o 3 ventiladores.

Al igual que ocurre con el procesador y la placa base, necesitamos un disipador que sea compatible con el socket de nuestro procesador, de lo contario no podremos instalarlo correctamente sobre él. Además, debemos fijarnos en sus medidas para que quepa luego en el chasis donde lo vamos a montar todo. El procedimiento será exactamente igual tanto para refrigeración líquida como para disipadores.

En nuestra guía de mejores disipadores y refrigeración líquida del mercado, hemos escogido dos opciones que nos podrían interesar para nuestro equipo de ejemplo. Un Cryorin H7 si queremos un disipador normal o un Corsair H115i PRO como refrigeración líquida. Vamos ahora a buscar la información que necesitamos saber de ellos, para ver si son compatibles.

Tanto en el disipador como la refrigeración líquida, vemos que son perfectamente compatibles con el socket 1151 del Intel. Por parte del disipador tenemos una altura de 145 mm y la refrigeración requiere un marco de instalación de 280 mm.

Compatibilidad del disco duro

El siguiente paso que debemos de hacer es comprobar la compatibilidad del disco duro que queremos comprar con nuestra placa base. Actualmente podemos encontrar en el mercado varios tipos de disco duro e interfaces de comunicación. Según lo que queramos gastarnos, elegiremos una u otra en función de sus prestaciones:

  • Discos duros mecánicos (HDD): éstos discos no tienen ninguna complicación, ya que todos van por interfaz SATA 6 Gbps y todas las placas a día de hoy tienen este conector.
  • Unidades SSD de 2,5”: en este caso, son unidades que tienen memoria flash para almacenar los datos. Son mucho más rápidos y pequeños, pero también más caros. La mayoría de ellos tendrán también un conector SATA 6 Gbps.
  • Unidades M.2: La interfaz M.2 es un conector distinto a los SATA, y que está ubicado en forma de ranura en nuestra placa base. Este conector puede funcionar bien mediante el protocolo SATA, o el protocolo NVMe a través de una interfaz PCIe x4, el cual es muchísimo mejor pero más caro ya que la velocidad es mucho mayor.

Pues bien, vamos a ir nuevamente a las especificaciones de nuestra placa base para buscar qué conexiones para discos duros tenemos en ella. Así podremos adaptarnos a qué debemos buscar.

Vemos que tenemos una ranura M.2 y además trabaja bajo interfaz PCIe x4, así que podremos instalar unidades M.2 de máximas prestaciones. También tenemos 6 conectores SATA 6 Gbps que nos van a servir para SSD de 2,5” o discos duros mecánicos de cualquier tipo.

Ahora solamente queda irnos a nuestra guía de mejores discos SSD del mercado y elegir el que más se adapte a nosotros. Por ejemplo, podríamos escoger un Samsung 970 EVO de 250 GB M.2 NVMe para nuestro sistema operativo y algún Seagate o WD SATA de 2 o 3 TB de 3,5” para nuestros archivos. Debemos memoria el tamaño de estos para luego saber si hay hueco en el chasis para instalarlos.

Tarjeta gráfica y su consumo

En cuanto a la compatibilidad sobre las tarjetas gráficas, no es un aspecto demasiado técnico, ya que todas ellas están conectadas a nuestra placa base mediante PCI-Express 3.0 x16. Mientras la placa tenga ese tipo de ranura de expansión iremos sobrados.

A lo que realmente debemos atender en estos dispositivos, es a sus medidas para ver si cabe en el chasis que elijamos, a sus conectores de alimentación y a su TDP o consumo de potencia, y, en consecuencia, a la fuente de alimentación recomendada. Pongamos un ejemplo práctico ahora:

Nos hemos fijado en una bonita MSI RTX 2070 Gaming Armor, de nuestra guía de mejores tarjetas gráficas del mercado. Así que vamos a irnos directos a la página web del fabricante para comprobar el TDP de ésta tarjeta y que potencia nos recomienda para la fuente de alimentación.

Aquí podemos ver que hay un apartado dedicado al TDP que en este caso es 185W y otro para indicarnos la PSU recomendada, en cuyo caso es de 550W. También debemos fijarnos en el tipo de conexión de alimentación que lleva, para que, a la hora de elegir la fuente de alimentación, esta tenga los conectores necesarios. En este caso tenemos dos conectores, uno de 8, y otro de 6 pines. Ojo porque no necesariamente debemos instalar una fuente de 550W, podremos elegir una mayor si queremos, aunque nunca es recomendable que sea menor.

Y finalmente debemos de fijarnos en sus medidas, concretamente en el largo de la tarjeta cuya medida en este caso es de 309 mm.

Compatibilidad con fuente de alimentación

Llegamos al apartado relacionado con la fuente de alimentación o PSU que va a tener nuestro equipo. La fuente es el medio de alimentación de todo nuestro hardware, la encargada de hacer funcionar todo nuestro equipo, así que debemos asegurarnos que sea de calidad. Una fuente de alimentación de baja calidad podría llegar a romper nuestros componentes.

Aquí tendremos que tener presente también unas cuantas cosas para asegurarnos la compatibilidad con todo lo que hemos elegido ya:

  • Que la fuente tenga potencia suficiente para todo el sistema de hardware.
  • Que sea de calidad, con una certificación de al menos 80 Plus Silver o Gold
  • Por supuesto que tenga los suficientes cables de alimentación como para que todos nuestros dispositivos queden conectados.

En nuestra guía de mejores fuentes de alimentación del mercado, hemos escogido una Corsair TX550M de 550W, tal y como nos recomendaba el fabricante de la tarjeta gráfica, a ver si es buena. No es estrictamente necesario que sea igual, puede ser mayor, aunque no es recomendable que sea menor. En este punto sería recomendable, aunque no necesario, elaborar una pequeña lista de conectores que nos harán falta para que todo nuestro hardware quede alimentado:

  • Placa base: Conector ATX de 24 pines, conector ATX de 8 pines y conector ATX de 4 pines
  • Disco duro mecánico: conector SATA de alimentación
  • Tarjeta gráfica: conector de 8 + 6 pines.

El resto de alimentación la obtienen directamente de la placa base los componentes.

Como siempre, vamos a dirigirnos a la página web del fabricante para ver que nos ofrece esta fuente de alimentación, y si se ajusta a los requerimientos de nuestros dispositivos. En el caso de Corsair es un poco tedioso mirar las especificaciones, ya que nos tendremos que descargar el manual de especificaciones de toda la gama de fuentes, y buscar nuestro modelo. Vamos a buscar el apartado de “Output cables” para nuestro modelo, el MX550.

Y aquí nos encontramos con una desagradable sorpresa, esta fuente NO VALE. ¿Por qué?, pues porque nuestra placa necesita dos conectores EPS para su alimentación, uno de 8 y otro de 6, y esta fuente solamente trae uno de 8 pines (el que pone 4×4-pin CPU). Así que tenemos que buscar otra, por eso vemos que es tan importante mirar las cosas antes de comprar.

Vamos a escoger por ejemplo la Corsair TX750M que es una fuente de tipo ATX modular y de gama más alta. Vamos a buscar sus especificaciones:

En este caso, sí que tenemos estos dos cables, y además trae conectores de sobra para tarjeta gráfica y demás elementos. ¿Qué podemos aprender de esto? Pues que no debemos ceñirnos a lo que recomiende un fabricante de tarjetas gráficas, ya que nuestro sistema puede requerir más alimentación o más conectividad de que se ha estimado.

En este caso la mayoría de fuentes de 550W no tienen suficientes conectores porque tampoco tienen suficiente potencia para todo. En nuestro caso hemos montado un equipo gaming de gama alta con CPU desbloqueada y chipset tope gama del mercado, así que tenemos que tener una PSU a la altura.

El toque final, elegir un chasis compatible

Para montar nuestro ordenador necesitaremos introducir todos estos componentes en un chasis que tenga suficiente espacio y los huecos adecuados para instalar el hardware escogido. En el mercado existen muchísimos modelos de chasis, aunque principales hay tres tipos, los ATX o Middle Tower, que son los más comunes, los Micro-ATX, más pequeños y con menos espacio, y Mini ITX para equipo aún más pequeños. Lo que necesitaremos saber para ver si un chasis es compatible con nuestro hardware es:

  • Que sea compatible con nuestra placa base: E-ATX, ATX, Micro-ATX e ITX.
  • Ser lo suficientemente ancho para el disipador elegido o que se pueda instalar la refrigeración líquida elegida.
  • Que tenga hueco para todos los discos duros.
  • Que la fuente de alimentación quepa dentro.
  • Y que la tarjeta gráfica también quepa dentro.

Si lo hemos ido haciendo correctamente hasta ahora, ya deberíamos de tener todos los datos que necesitamos. En nuestro caso son los siguientes:

  • Placa base Gigabyte de tipo
  • Altura del disipador 145 mm o 280 mm para la refrigeración líquida.
  • Hueco para un disco duro de 3,5” y al menos otro de 2,5” SSD.
  • Espacio para una tarjeta gráfica de al menos 309 mm.

Vamos entonces a buscar en nuestro guía de mejores cajas del mercado un que nos interese y que sea atractiva. Por ejemplo, la NZXT H700i, aquí prácticamente no tendremos que hacer ninguna búsqueda, ya que en la guía te detallamos todo lo que debes saber acerca de ella.

Pues bien, tenemos compatibilidad con fuentes de alimentación y placas ATX, capacidad para refrigeración líquida de 280 mm asegurada, dos huecos para discos de 3,5” y 7 para discos de 2,5”, capacidad para tarjetas gráficas de hasta 413 mm y capacidad para disipadores de hasta 185 mm.

Conclusión final sobre saber la compatibilidad de los componentes de mi PC

Pues finalmente hemos terminado, ya tenemos absolutamente explicada toda la compatibilidad con cada uno de los elementos principales de nuestro ordenador. Hemos repasado paso a paso qué características claves necesitamos conocer de cada uno de ellos para asegurar un buen funcionamiento de nuestro ordenador.

En algunos casos, no es necesario seguir al pie de la letra estas líneas, ya que existen muchos componentes y a veces, aunque no especifiquen nada, luego resultan ser compatibles. Pero se trata de nuestro dinero, y qué menos que asegurarnos de hacer las cosas bien desde el principio y evitar malos entendidos.

Si te parece esto demasiado complicado o tedioso, también tenemos unas cuantas de configuraciones ya hechas y recomendadas de equipos para según qué usos. Si te interesan aquí los tienes.

Ahora es tu turno de elegir los componentes que quieras y seguir los mismos pasos. ¿Qué ordenador piensas montarte tú, Intel o AMD? Por supuesto si quieres preguntarnos algo acerca de la compatibilidad de componentes, tenemos una comunidad muy atenta y sana con la que poder hablar en nuestro foro de Hardware.

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