A la hora de buscar una fuente de alimentación, uno de sus aspectos más visibles es la modularidad, algo que tiene que ver con cómo se gestiona su cableado. Para muchos se trata de algo obligatorio, mientras que otros usuarios desconocen el significado del concepto.
En este artículo, te explicaremos qué es una fuente modular y profundizaremos en su importancia, además de sus ventajas e inconvenientes, por lo que te invitamos a quedarte con nosotros incluso si ya conoces el concepto. ¡Comenzamos!
Índice de contenidos
Las fuentes más comunes y baratas son las no modulares o de cableado fijo. Como su propio nombre indica, sus cables se fijan al circuito interno de la fuente, y salen por un pequeño agujero en la parte trasera para ser montados en un equipo, como te mostramos en la imagen.
Se trata de algo que se ve razonable para una fuente con apenas unos cuantos conectores, pero cuando hablamos de fuentes de alimentación con un buen número de cables, en la mayoría de los casos quedarán algunos sin usar, completamente sueltos por la caja, algo que resulta bastante molesto. Este es un problema que el cableado modular viene a resolver.
Una fuente modular reemplaza toda esa maraña de cables por conectores hembra en la parte trasera de la fuente. Entonces, en vez de tener un cableado totalmente fijo, tenemos la posibilidad de conectar y desconectar solo los cables que necesitamos, por lo que los cables que no usemos ya no molestarán.
Así, si por ejemplo una fuente incluye 4 conectores para tarjetas gráficas y solo necesitamos usar 1, tan solo conectaremos el cable necesario en la parte trasera de la fuente y de ahí a los componentes, pudiendo dejar completamente desconectados los otros 3 cables. Si la fuente no fuese modular, los cables que se quedasen sin usar estarían desconectados del equipo pero no de la fuente, causando un estorbo a la hora de organizar el cableado.
No todas las fuentes modulares del mercado vienen con el 100% de los cables sueltos. Las fuentes semi-modulares traen algunos cables fijos, generalmente los vitales (ATX+CPU), y a veces otros muy usados como los cables PCIe.
Este tipo de diseño se usa para encontrar un equilibrio entre el bajo precio de las fuentes de cableado fijo y la versatilidad de las que son 100% modulares.
En la foto de arriba se puede apreciar este sistema, en el que los cables para almacenamiento y tarjetas gráficas se pueden conectar o desconectar según sean necesarios para montar el equipo o no, mientras que el ATX y CPU, obligatorios en todos los equipos, no se pueden desconectar.
Sin duda, lo más notable de una fuente modular es la versatilidad que ofrece el hecho de no conectar más que los cables necesarios. Esto nos anima a escoger modelos más sobrados de potencia y conectores, ya que si fuese de cableado fijo intentaríamos que tuviese los conectores justos para no dificultar el montaje del equipo. Con una fuente modular, tener conectores de más no es un problema, sino una gran ventaja.
Si montas una fuente no modular, es muy probable que te sobren bastantes cables. Como ya dijimos, esto es un gran estorbo a la organización del cableado, e incluso a la refrigeración interior de la caja en algunos casos. En cambio, con una fuente modular solo conectas los cables necesarios, y apenas te sobrarán algunos conectores. De esa forma podrás organizar mucho mejor los cables en tu caja.
Además, si necesitas retirar la fuente de tu caja, siendo modular puedes limitarte a desconectar los cables del lado de la fuente, mientras quedan conectados a los componentes, ahorrándote el tiempo que lleva reorganizar el cableado.
Una fuente modular te permite crear tus propios cables con sleeving hecho a mano, o comprar un kit ya hecho como el que te enseñamos en la foto, ya que puedes cambiar completamente todo el cableado. Si la fuente no fuese modular, tendrías que desoldar los cables desde el interior, algo excesivamente peligroso y que invalida la grantía, o limitarte a usar extensiones.
No todo son ventajas en el cableado modular. Hay varios inconvenientes que debemos tener en consideración antes de comprar:
El cableado modular encarece bastante el coste de producción, haciendo que su precio sea bastante más alto que una variante no modular. Además, si tienes un presupuesto ajustado, es muy probable que te encuentres con modelos baratos que destacan por tener cableado modular, pero cuya calidad interna es más bien baja. Debes tener en cuenta que la calidad es lo primero, por lo que si quieres una buena fuente modular vas a tener que gastar un poco más de dinero. Si tu idea es gastar poco, nuestra recomendación es que no priorices la modularidad a la calidad.
Evidentemente, todas las fuentes traen conectores estandarizados para que sean compatibles con cualquier componente. Sin embargo, los conectores que van a las placas modulares de las fuentes de alimentación no son de tipo estándar. Salvo algunas excepciones, no hay compatibilidad entre los conectores modulares de marcas y modelos distintos.
¿Qué problema plantea esto? Pues que debes tener cuidado con no perder los cables de tu fuente o mezclarlos con los de otra. Si los pierdes, dependes del fabricante y de la suerte que tengas, ya que no siempre se venden recambios por separado, aunque lo normal es que sí se vendan.
De hecho, a veces hay negligencias por parte de los fabricantes. Existen fuentes que tienen la placa modular diseñada de tal forma que algunos conectores eléctricamente incompatibles se puedan conectar en el sitio equivocado. Es algo bastante raro que nosotros no hemos detectado, al menos en los últimos modelos que llegaron a nuestro laboratorio.
A veces, el remedio es peor que la enfermedad. Las fuentes modulares son, generalmente, algo muy positivo. Aún así, podemos tener problemas en cajas con muy poco espacio para la fuente, donde la longitud añadida de la modularidad hace difícil montar el equipo. Se trata de algo muy poco común, que no se verá en casi ningún caso.
Por otra parte, si no nos sobra ningún cable en la fuente que compremos, el que sea modular acaba resultando molesto, ya que conectar y manejar todos los cables uno a uno es más laborioso que sacarlos del mismo sitio. Esto no es una verdad absoluta, puesto que a lo mejor el usuario deja de necesitarlos todos tras una actualización de componentes. Además, lo normal es escoger fuentes que vayan sobradas en potencia y conectores. Entonces, podemos decir que este controvertido punto no es cierto en la inmensa mayoría de escenarios.
Una fuente modular no tiene por qué ser de mayor calidad interna que una no modular.
Internet está plagada de desinformación, y hay un mito bastante extendido que dice que «las fuentes modulares son de mejor calidad que las de cableado fijo«. Esto es completamente falso, puesto que la modularidad no influye directamente en aspectos relacionados con la calidad de la fuente. Existen una gran cantidad de fuentes modulares de calidad deficiente, con especificaciones y certificados falsos, mucho peores que otros modelos no modulares.
Un buen ejemplo de una fuente no modular de calidad es la Bitfenix Formula que analizamos hace unos meses, un modelo que demostró ofrecer un interior muy sofisticado a un bajo precio. También podemos mencionar la Antec Earthwatts Gold Pro, de cableado semi-modular.
Hace unos años, se llegaba a recomendar no comprar fuentes modulares porque afectaban a su eficiencia y voltajes, y porque ‘los conectores se podrían corroer o quemar fácilmente‘. Lo cierto es que casi una década después el panorama no es así. Existe una gran cantidad de fuentes modulares de muy alta calidad, con períodos de garantía de hasta 12 años, un control de voltajes extremadamente preciso y altísima eficiencia. De hecho, la fuente más eficiente del mercado, la Corsair AX1600i, es totalmente modular. Todo depende de la calidad de la fuente, de la sofisticación de sus componentes internos y de las decisiones de los ingenieros que las diseñan, no de la modularidad.
De hecho, las placas de conectores modulares como la que te mostramos en la foto permiten añadir condensadores adicionales para filtrar la salida de la fuente de alimentación. Con todo esto te queremos explicar que el cableado modular no es ni será un signo de calidad, eficiencia, protección o sofisticación interna.
Una vez explicados todos los puntos que influyen en la modularidad de las fuentes de alimentación, es hora de dar la recomendación final. ¿Fuente modular sí o no? Nuestra respuesta es que sí, salvo que tengas un presupuesto ajustado. Si tienes un presupuesto amplio, las fuentes modulares aportan ventajas muy notables. Sin embargo, si quieres gastar poco en tu fuente de alimentación, debes priorizar la calidad y seguridad ante todo.
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El sistema de cableado modular es algo bueno, pero no tiene influencias directas en la calidad de la fuente, siendo este último punto algo muy importante. ¡Recuerda que una fuente de baja calidad puede llevarse por delante tu equipo! ¿Qué te ha parecido nuestro artículo? ¿Prefieres una fuente modular? ¿Cuál usas? ¡No dudes en mandar tu comentario si tienes algo que decir!
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