Ha pasado ya un año desde que la consola híbrida Nintendo Switch salió al mercado. Con un SoC NVidia Tegra X1 de arquitectura Maxwell, la Switch es la consola portátil más potente que ha habido, y su rendimiento se acerca al de PS4 y Xbox One. Sin embargo, las elecciones tomadas en su hardware generaron bastante controversia, dado que los desarrolladores de juegos los estaban programando con el rendimiento de las anteriores plataformas en mente.
¿Ha sido esto un problema? ¿Ha conseguido Nintendo Switch tener una librería de juegos suficiente y complido sus promesas? Vamos a revisarlo.
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Reservé la consola con The Legend of Zelda: Breath of the Wild para disfrutarlos en su salida. Así os hemos podido traer varios de los juegos que han ido saliendo, como Mario Odissey, Mario Kart 8 Deluxe y Fire Emblem Warriors.
Trabajo en Barcelona pero casi cada fin de semana vuelvo a mi ciudad en un viaje de 2h y media de ida y otra vez de vuelta. Las 3h de bateria de la Nintendo Switch me han ido de perlas, siempre que la tuviera del todo cargada. Para viajes más largos, de todos modos, sí que he tenido que pegarme a un enchufe, aunque esto puedo remediarlo con una batería portátil con USB-C Power Delivery.
Además tardo 1h y media en llegar hasta el trabajo así que, cuando me la llevo, es el momento perfecto para echarme unas partidas.
Aunque puedo jugar con ella tanto en portátil como en la TV, en mi caso la mayor parte del tiempo lo he estado haciendo como portátil. Por eso para mi es importante que el rendimiento del juego sea igualmente bueno cuando la Switch no está conectada al dock donde puede subir la frecuencia del SoC.
Uno de los mayores problemas en Wii U fue la escasez de juegos. La potencia de la consola estaba más a la par de PS3 y Xbox 360 que de la actual generación PS4 y Xbox One, y Nintendo no hizo como Sony y Microsoft, que facilitaron a los Motores de Desarrollo adaptar los juegos a sus plataformas. Por eso, los estudios externos (3rd parties) vieron que no les valía la pena invertir tiempo y dinero en una plataforma que no tenía casi jugadores, y los jugadores no apostaban por una consola (Wii U) que casi no tenía juegos 3rd party.
No es el caso de Nintendo Switch, que ha conseguido revertir la situación. Gracias a asegurarse la compatibilidad con Motores como Unreal Engine 4, la nueva API de gráficos Vulkan… los desarrolladores lo tienen muy fácil para hacer ports de sus juegos para Nintendo Switch. Ajustando valores como la resolución, las sombras, la distancia de dibujo… deben conseguir que su juego corra bien en la consola de Nintendo.
La compañía nipona nos prometió que durante el primer año saldría como mínimo un gran juego cada mes, y así ha sido. Algunos de ellos como Breath of the Wild y Mario Odissey, han sido aclamados como mejores juegos del año 2017. Y 2018 parece que no decaerá, dado que nos han anunciado bastantes juegos propios y de terceros como Dark Souls Remastered, Crash Bandicoot, Wolfstein 2 y muchos más.
Como siempre lo más fácil para que las desarrolladoras prueben el mercado de la consola es portarle juegos que ya tienen hechos en otras plataformas, y cuando lo tienen claro sacan sus juegos nuevos en ella. Parece que ya estamos en ese punto, y los buenos resultados comerciales hacen que en 2018 compañías como Ubisoft, Bethesda y Square Enix confían en Nintendo Switch como plataforma principal.
No hay mucho que decir, los juegos que saldrán hablan por sí solos. Juegos de primer nivel van a empezar a salir, obviamente sin mejoras gráficas que disfrutarán PS4 Pro y Xbox One X, pero sí con todas o la mayoría más importante de características como pasa en sus consolas base.
¿Es lo suficientemente potente? No está teniendo demasiados problemas para ejecutar buenos ports de juegos actuales, pero si Nintendo la quiere estirar unos siete o más años como dicen, tendrán que hacer una revisión en unos años con más rendimiento. No debería haber grandes problemas de compatibilidad y desarrollo, viendo como cada vez los motores de juegos como Unreal Engine 4 permiten escalar sus juegos a todo tipo de hardware. Sólo hace falta ver cómo en una misma partida de Fortnite puede haber jugadores en iPhone 6S y otros en las mejores consolas o PC con grandes prestaciones.
Por tanto, viendo esto me decanto más hacia la consola de sobremesa actual que puedo llevarme donde quiera.
El año pasado salieron muchos juegos mayoritariamente de un solo jugador. El modo online con las características que le pedimos actualmente es lo que más hemos echado en falta. Es imposible justificar el pago de un servicio que no tiene soporte en toda la plataforma para salas de chat con micrófono, streaming y muchas otras opciones que, aunque nos la cobran, las otras plataformas serias nos ofrecen.
Esperamos por tanto que para la salida de Smash Bros en Nintendo Switch implementen un modo online que por fin nos permita jugar a distancia con nuestros amigos con las características mínimas y más. No podemos entrar en el tercer año de la consola y que sigan los experimentos como el auricular exclusivo cableado que nos intentaron colar con Splatoon.
También necesitamos que arreglen todos los problemas eléctricos de carga y funcionamiento con cargadores y bases de TV no oficiales, que por errores de implementación del esténdar Power Delivery por parte de Nintendo estropea las consolas de los usuarios al usarlos con algunos accesorios no oficiales.
Ha sido un muy buen año para Nintendo y su consola Switch. Han conseguido convencer a muchos jugadores con la portabilidad y los juegos que están saliendo, y para el segundo año vemos cómo van a más.
Sin embargo, Nintendo debe amartillar los clavos que tiene sueltos, o su éxito puede desinflarse si los posibles compradores empiezan a considerarla un juguete en comparación a otras opciones que les parezcan más serias.
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