Cuando Razer, ampliamente conocida por sus productos gaming, anunció el Razer Phone hace unos meses, nadie se lo creía. Fue un importante paso para adentrarse en el mercado de los smartphones. Poco a pocos las especificaciones fueron llegado y todo cobró sentido. Razer sigue fiel a su estilo. Lanzado un dispositivo centrado en el gaming y los jugadores. Es por ello, que nos encontramos ante un terminal con un hardware potente y unas prestaciones a la altura. No obstante, seguimos hablando de un smartphone. Hay que valorar todos los apartados, incluso los ajenos al mundo videojueguil, como la cámara.
Agradecemos la confianza a Razer por la cesión del producto para su análisis.
Razer ha diseñado uno de los embalajes mas cuidados que he visto en los últimos tiempos. Minimalista, con muy buenos materiales y con cada accesorio en una cajita independiente con espuma acolchada. Es más grande de lo que usualmente encontramos, pero vale la pena. En su interior encontramos:
En los últimos años nos hemos acostumbrado a las formas y bordes redondeados en la mayoría de smartphones. Siempre se crean tendencias pero en romperlas está el desafió. El Razer Phone se han desmarcado y no hay prácticamente ningún borde curvo. El terminal, que cuenta con unas medidas de 158.5 x 77.7 x 8 mm, mantiene un estilo plano y de líneas rectas. Cualquiera que lea esto, puede pensar en un esperpento, pero ese diseño le sienta muy bien. Era obvio, que tras la compra de Nexbit por parte de Razer, estos últimos cogerían inspiración del Nexbit Robin.
Se ve el buen hacer de la compañía en la utilización de materiales de calidad. En este caso, el metal es el material predominante en el cuerpo del dispositivo.
Un inconveniente para algunos pueden ser sus excesivas dimensiones. Algo que viene marcado por la dificultad de usarlo con una sola mano en algunas ocasiones. Por desgracia, no se puede tener todo a la vez: una gran pantalla y facilidad de uso.
Este aumento en las medidas viene dada por la inclusión de dos grandes altavoces que ocupan el marco superior e inferior del frontal. La compañía no solo ha querido dotar al Razer Phone de buena calidad de imagen, sino que también ha decido añadir un sonido a la altura. Entre una cosa y otra, no es de extrañar que pese 197 gramos. Una cantidad que, se nota si se viene de un terminal ligero. Pero uno se termina acostumbrando.
En el frontal, además de los altavoces, encontramos el sensor de luz ambiental y la cámara frontal. La pantalla está protegida con Gorilla Glass 3. Hay que tener cuidado con los altavoces, pues a veces se ensucian con suma facilidad. En la esquina superior de la parte trasera se encuentran la doble cámara y el flash.
El inconveniente de esta posición es la facilidad con la que los dedos pueden aparecer en las fotos. Bajo las cámaras, en la zona central, se puede apreciar el logo de Razer serigrafiado.
La pantalla de 5,7 pulgadas es uno de los mejores apartados de este terminal. Para empezar, nos encontramos con una resolución de 2560 x 1440 píxeles con tecnología LCD IPS IGZO. En esta tecnología radica una de las mejoras con respecto a otras pantallas.
Los transistores de las pantallas IGZO al ser superconductores permiten una mayor tasa de refresco. En este caso hablamos de un refresco de 120 HZ. El doble del que suelen tener la mayoría de las pantallas. Sin embargo, con solo esa tecnología,todavía podrían producirse tirones en juegos no optimizados. Por ello, se ha incluido otra tecnología llamada Ultramotion. Esta se encarga de sincronizar la frecuencia de la pantalla con la GPU Adreno 540.
Es de agradecer que este mayor refresco no solo sea exclusivo para los juegos. La verdad es que la experiencia tanto jugando como realizando otras tareas se ve en gran medida mejorada gracias a la fluidez ganada. Si se quiere disfrutar de esos 120 Hz jugando será necesario que el juego esté optimizado para ello. Ya existen un buen puñado de ellos con los que aprovechar ese refresco. Como, por ejemplo: Tekken, Injustice 2, Gear Club, Asphalt 8, Final Fantasy XV, Hitman Sniper, Titanfall Assault e incluso Minecraft, por nombrar algunos.
El brillo se comporta bien en exteriores, pero podría ser aún mejor. En ocasiones con algo más de luz directa, se hace difícil ver lo que ocurre en pantalla. Es lo único que le falla para ser una pantalla casi perfecta. En interiores, es todo un disfrute.
Como comentaba anteriormente, la inclusión por parte de Razer de los dos altavoces en la parte frontal, es un acierto grandísimo. El terminal puede tener tamaño, pero el sonido reproducido es de los mejores, si no el mejor, que he tenido la ocasión de oír en un smartphone. Suenan nítidamente, con una gran potencia y en estéreo. Además, están certificados por Dolby con soporte Dolby Atmos y eso se nota. En la demostración incluida en la app de Dolby se puede apreciar lo bien que envuelve el sonido y la estupenda función de los graves.
Lo extraño de un smartphone centrado en jugar, es la omisión del conector Jack de 3.5 mm para los auriculares. No todo el mundo tiene o está dispuesto a comprar unos auriculares inalámbricos. Es cierto que se incluye un adaptador de microUSB tipo C a Jack de audio con certificación THX. Pero eso supone un accesorio más que tener que estar llevando de un lado a otro.
El Razer Phone, extrañamente, viene de serie con Android 7.1.1 Nougat. Por su fecha de lanzamiento, se intuía o esperaba que viniera con Android 8 Oreo. Sin embargo, habrá que seguir esperando.
En cuanto a la capa de personalización, simplemente me ha parecido perfecta. ¿Porqué? La compañía no ha incluido capa de personalización propia, en su lugar, incluyen por defecto el launcher NOVA Premium. Esto quiere decir, Android prácticamente puro y además con muchas más opciones de personalización.
Razer ha incluido algunos ajustes especiales centrados en la pantalla. Entre ellos está la posibilidad de cambiar la frecuencia de refresco de la pantalla y elegir entre 60, 90 o 120Hz. Otro ajuste nos permite incluso cambiar la resolución mostrada por la pantalla de 1440p a 1080p o 720p. Con ello es posible ver algunas cosas a mayor tamaño. Con la resolución por defecto todo se ve más pequeño. Similar a lo que suele ocurrir en monitores de PC a altas resoluciones.
El otro ajuste extra es el Potenciador de juegos. En el podremos manejar varios modos: ahorro de energía, Rendimiento o Personalizado. Con este último se puede gestionar cada juego por separado. Ello incluye modificar los GHz de CPU, la resolución de pantalla, la velocidad de fps y el suavizado de los contornos.
Si en un apartado destaca el Razer Phone, incluso más que en los demás, es en este. Así los atestigua el procesador Snapdragon 835 Octa-Core con 4 núcleos kryo a 2.45 GHz y otros 4 a 2.15 GHz. Como acompañamiento para los gráficos tiene una GPU Adreno 540 y todo ello, está finalmente aderezado con 8GB de memoria RAM. Es normal que, si la compañía quería sacar un terminal para jugadores, pusiera la carne en el asador con uno de los procesadores más potentes de los últimos meses.
¿Y qué se puede decir de su rendimiento? Pues, obviamente que rinde extremadamente bien. Cualquier aplicación o juego testeado ha corrido sin tirones o stuttering. En Antutu, el resultado ha sido de 206310. En PCMark de 7708. Solo superado por el Iphone 8.
Se puede decir que el sistema va fluido, pero en este caso, con el alto refresco, la palabra fluidez se queda corta.
Sin embargo, tal carga de procesamiento se termina notando en forma de calor. En determinados juegos la parte trasera se calienta un poco. No llega a ser algo fuera de lo normal, pero se nota. Sobre todo, contrasta con la sensación fría que deja el cuerpo de metal cuando está en reposo.
El rendimiento, por otro lado, de el sensor de huellas dactilares es perfecto. Bueno, perfecto con matices. Si solo se apoya el dedo en el sensor, no se desbloqueara el terminal. Eso solo funciona si ya esta previamente la pantalla encendida. Para que desbloquear rápidamente hay que mantener pulsado el botón de encendido. Cuesta cogerle el truco, pero una vez hecho, funciona de maravilla.
Por último, hay que mencionar que el Razer Phone incluye 64 GB de almacenamiento interno. El mínimo exigible hoy por hoy a cualquier gama alta. Aunque, sin duda, no hubiera venido mal disponer de 128 GB.
Razer ha incluido dos cámaras principales traseras de 12 megapíxeles cada una. La primeria con apertura f/1.8 y la segunda con apertura f/2.6. Sin embargo, aun no entiendo muy bien para que añadieron dos cámaras para luego apenas darle utilidad.
Muchos terminales con doble cámara hacen uso de ellas para crear un interesante efecto Bokeh, realizar fotos en blanco y negro o poder elegir la angular según el momento. Con esta doble cámara no se puede realizar nada de eso. La única utilidad es la de poder realizar, más allá del zoom óptico 2X, un zoom digital de hasta 8x. El problema es que, al final, ese zoom digital no da tan buenos resultados.
Centrándonos en las fotos, hay que reconocer que el autoenfoque actúa de manera rápida gracias al enfoque híbrido incorporado. Ello ayuda a obtener generalmente fotos definidas en ambientes con buena iluminación. Los colores también se suelen mostrar de forma bastante correcta sin sobresaturación o lavados. Quizás falle en alguna ocasión el contraste en determinadas escenas. Como siempre, el uso de la función HDR de alto rango dinámico puede ayudar a mejorar la calidad final de la instantánea.
En zonas con menos luz, se nota el buen hacer de la cámara. Las escenas se suelen retratar sin una acusada perdida de nitidez. Incluso los colores se muestran de manera aceptable. No ocurre lo mismo con el contraste de nuevo, que aparece algo lavado. En general, se puede decir, que la cámara hace un buen trabajo en estos casos.
Es posible grabar video tanto en 4K como en 1080p. La calidad es bastante decente, en escenas con poco movimiento se comporta mas o menos bien. El problema aparece en escenas movidas o si se hace un barrido con la cámara, como se puede apreciar en el vídeo. Por otro lado, la cámara frontal de 8 megapíxeles y apertura f/2.0 hace fotos buenas para el uso que se le va a dar.
Sin embargo, el mayor problema es el software. La interfaz es minimalista hasta niveles extremos. Solo se encuentra el botón para activar el HDR, la cuadrícula, el temporizador, el flash y la selección de exposición. Nada más. Incluso el menú de ajustes es parco en opciones. Este aspecto deberían pulirlo mucho más en futuras actualizaciones. Aun le falta trabajo. La única opción para disponer de algunas opciones más, es tirar de aplicaciones externas.
Como no podía ser menos, la batería debía poseer una capacidad importante para lograr una buena autonomía. Sobre todo, visto el hardware y pantalla incorporados. Por ello, se ha incluido una batería 4000 mAh de capacidad. En dispositivos mucho menos potentes, esa misma batería podía durar hasta dos días. Con el Razer Phone obviamente esa cifra disminuye bastante.
Haciendo un uso normal con redes sociales y navegación web, se consigue llegar al final del día sin problemas. Sin embargo, en cuanto se le exigía algo más al teléfono en relación con los juegos, la batería llegaba al final del día muy muy justa.
Haber añadido más batería hubiera sido añadir más peso y tamaño del que ya tiene por sí. Es comprensible.
El Razer Phone incorpora carga rápida, pero no una cualquiera sino la versión QuickCharge 4. Sin duda es de las más rápidas que hemos visto. Es capaz de recargar la mitad de los 4000mAh en apenas media hora. Para el 100% necesita aproximadamente el doble de tiempo.
El cable de carga, dejando de lado su buena calidad, posee en ambos lados conector microUSB tipo C. No hay problema en usarlo con el adaptador de corriente incluido. En cambio, se hace casi imposible conectarlo a la mayoría de los PC del mercado puesto que no disponen de ese puerto. Deberían haber incluido un conector USB en el otro extremo como hacen la mayoría de las compañías.
No hay muchas novedades en este apartado y encontramos lo habitual: Bluetooth 4.2, 4G LTE, NFC, Wi-Fi a/b/g/n/ac, Wi-Fi Direct, Wi-Fi Display, GLONASS, GPS, Beidou.
Razer ha lanzado su primer smartphone de la mejor forma posible y por la puerta grande. Es fácil buscar sus puntos fuertes. Es uno de los más potentes del mercado, con una pantalla y tasa de refresco envidiable y un sonido fuera de toda duda. Incluso la interfaz es lo que se espera, aunque falta actualizar el sistema operativo a Android 8 Oreo.
¡Cosas que mejorar siempre hay! Con la batería han hecho lo que han podido, pero es cierto que se queda corta. La cámara, es otro punto flaco, donde le falta mejoría a pesar de que no hace un mal trabajo. Pero ya que incorporan dos cámaras, deberían haberle sacado más partido. Esperamos que dentro de poco se vea alguna mejoría a nivel de software.
Para los que gusten de jugar con lo mejor de lo mejor actualmente, este será su smartphone. Para los que no, disfrutaran igualmente de todo lo que ofrece. Como siempre, la única barrera puede ser su elevado precio de venta en torno a los 750€. Hoy por hoy ofrece cosas que ningún competidor tiene, por eso, ya vale la pena.
| VENTAJAS | INCONVENIENTES |
| + Pantalla de muy buena calidad. | – Cámaras con margen de mejora. |
| + tasa de refresco de 120 Hz. | – Batería correcta pero insuficiente. |
| + Calidad de sonido inigualable. | – Interfaz de cámara demasiado básica. |
| + Muy potente. | |
| + S.O. estable y con NOVA Launcher. | |
| + Carga rápida excelente. |
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