El overclocking es una técnica usada para cambiar la frecuencia del procesador, y así, hacer que funcione de forma más rápida. De este modo, el procesador tendrá un rendimiento superior al diseñado. La palabra overclocking suele ser utilizada cuando la frecuencia cambia a más de su valor original.
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El overclocking no puede ser realizado en todos los equipos, como muchos piensan. Existen muchos procesadores que tienen un bloqueo para la práctica (procesador no K de Intel). La tendencia de bloqueo, según los fabricantes, aumentará todavía más.
Para el que tiene dudas sobre la «magia» del aumento de la velocidad de los procesadores, muchos entendidos en el tema dicen que las máquinas han sido diseñadas para tener una velocidad superior a la usada normalmente, así que no habrá ningún tipo de daño en el equipo. Sin embargo, otros piensan lo contrario.
Podemos decir que el overclocking es una excelente manera de mejorar el rendimiento del equipo. La gran ventaja de todo esto es que no tiene gastos, pero esto no asegura que el proceso no será nocivo, según otros expertos. El overclocking puede causar una cierta inestabilidad, incluso puede comprometer el procesador.
Los gamers de hoy en día muchas veces transforman una CPU o GPU de alta gama en un procesador con una mejora de un 10%. Esto se hace para que en lugar de añadir nuevas piezas de hardware, hagan el trabajo del procesador más rápido y más rápido.
El overclockig no es una técnica exactamente nueva. Esta actividad es casi tan antigua como los propios ordenadores, y quienes iniciaron el proceso han sido los propios fabricantes. En 1983, IBM lanzó un procesador corriendo a 4,7 MHz para mantener la estabilidad del sistema. Sin embargo, pronto otros montadores trataron de aumentar el reloj de ese procesador hasta los 10 MHz, haciendo que la batalla de las frecuencias tuviera su inicio.
En aquel tiempo era preciso un poco de trabajo para aumentar la frecuencia de la CPU, ya que era necesario cambiar el cristal de cuarzo que regulaba la velocidad del reloj. Sin embargo, en esa época el hardware de los PCs era completamente integrado, y aumentar la frecuencia de la CPU implicaba el aumento de la frecuencia de prácticamente todos los dispositivos.
Esto afectaba a algunas aplicaciones y juegos, que no estaban preparados para funcionar en una máquina con overclocking porque dependían directamente del procesador para regular la velocidad.
Así, un juego de carreras diseñado para funcionar en una CPU de 33 MHz ejecutándose en una de 66 MHz, por ejemplo, podría correr más rápido de lo normal, lo que terminaba haciendo que la jugabilidad fuera casi imposible. ¿Quién no ha hecho overclock jugando con los Jumper de la placa base de un 486? 🙂
El aumento de la frecuencia de los procesadores tanto por overclocking como por la evolución natural acaba dejando una serie de aplicaciones sin funcionar, lo que llevó a los ingenieros a la creación de un «botón turbo» en las máquinas. Este botón fue, por mucho tiempo, una herramienta casi «mística» de rendimiento, ya que algunas personas afirmaban que bastaba presionarlo para dejar el ordenador más rápido.
A pesar de esto ser cierto, curiosamente la función del turbo no era dejar que la máquina fuera más rápida, sino que fuera más lenta (underclock) para que las aplicaciones más antiguas pudieran funcionar sin problemas.
En los equipos más modernos, el «timing» de las aplicaciones es virtual, y el botón turbo desapareció para siempre.
En vez de añadir piezas de alto rendimiento, el overclocking implica cambiar la velocidad del bus y/o el multiplicador de reloj de la placa base o el hardware de gráficos. Esto significa que a pesar de que la CPU o la GPU siguen siendo las mismas físicamente, están siendo ejecutadas en una frecuencia más rápida y, por lo tanto, ejecutando más instrucciones en el mismo período de tiempo, debido a una frecuencia más rápida, lo que significa más ciclos de instrucciones por segundo.
El overclocking es, básicamente, un proceso en el cual la velocidad de los componentes específicos de un ordenador personal son manualmente crecientes, a través de la configuración y las instrucciones directas al hardware. La mejora de rendimiento que se alcanza después del proceso puede variar, pero los entusiastas pueden hacer que componentes antiguos funcionen como los últimos lanzamientos.
Si tu equipo no puede más, lo mejor es hacer un cambio de plataforma.
El foco principal de los usuarios que hacen overclocking en sus PCs es en el procesador, la memoria, el chipset de la placa base y la tarjeta gráfica. Cada uno de estos componentes tiene un grado de sensibilidad diferente, y los efectos máximos posibles en cada pieza de hardware varían, según los parámetros específicos de cada una de las piezas, el respeto de la tolerancia a altas tensiones, refrigeración y otros atributos estructurales.
El overclocking puede ser un proceso complicado y rara vez proporciona una mejora sin problemas la primera vez que lo experimentas. Aunque hay desventajas para el overclocking, vas a encontrar muchos tutoriales y artículos en la web que te guiarán a través del proceso. Puedes encontrar estos artículos, solo tienes que buscar la palabra «overclocking», seguido por tu modelo de CPU o GPU en un sitio de búsqueda. El software para overclocking también está disponible para prácticamente cualquier procesador.
No intentes esto a menos que sepas lo que estás haciendo y tu CPU o GPU no sean lo suficientemente rápidas para lidiar con los juegos que deseas jugar. Hacer overclocking es sin duda más barato que comprar un PC nuevo y más rápido.
Un usuario que no tiene un buen conocimiento acerca de su hardware puede acabar dañando gravemente su equipo. Parámetros que pueden ser modificados en el proceso implican tasas de transferencia de datos, el multiplicador de la CPU y la velocidad del FSB (Front Side Bus) de la placa base, entre otros.
Te recomendamos la lectura de nuestra guía de overclock para el socket X299 (LGA 2066)
Los daños que pueden ser causados por el proceso pueden ser graves a punto de inutilizar una pieza de hardware. Cambios en la tensión de los componentes son particularmente peligrosos, ya que pueden causar daños físicos graves en el equipo, en caso de que las tensiones configuradas sean mayores que aquellas soportadas por la estructura. Por lo tanto, el usuario debe estar completamente consciente de los límites de overclocking que su equipo soporta.
El principal problema causado por el proceso es el gran calentamiento del procesador. Un procesador puede funcionar con seguridad, sin daños, con temperaturas exteriores de hasta 60 o 70ºC, con la temperatura ideal en 50ºC. Por encima de la temperatura fijada, el procesador puede presentar algunos inconvenientes (consultar este dato en las especificaciones del fabricante de vuestro procesador).
Sin embargo, los pequeños overclocks no ofrecen grandes riesgos, y así, se consideran seguros prácticamente en su totalidad, aunque cuanto mayor es el estímulo al aumento de la velocidad, mayor riesgo se corre de dañar el procesador.
No olvides que, cuanto mayor sea el calentamiento del procesador, más va a disminuir la confiabilidad del equipo, como también su vida útil. Para entender el proceso, al aumentar la velocidad del sistema, los componentes del equipo van a trabajar de manera más veloz. Con todo esto, el sistema tendrá un rendimiento mayor, con una velocidad de procesamiento superior de las memorias, del HD, la GPU, en fin, de todo.
Pero en caso de que no sea tomado todas las precauciones necesarias, muchos inconvenientes pueden surgir. El principal problema encontrado es la reducción del tiempo de vida de una máquina, como también puede tener un fallo repentino, ocasionando incluso la quema del procesador.
Un overclocking considerado seguro solo puede ser hecho en las máquinas que sean capaces de soportar un super calentamiento, de este modo, solo puede ser realizado en el procesador de gran calidad, con una refrigeración adecuada.
En cuanto a la vida útil del equipo, vale resaltar que muchos profesionales afirman que todo depende de la intensidad del overclocking. En un proceso más simple, que no necesita un aumento en el voltaje del chip, tendrá un efecto casi imperceptible, o incluso ninguno.
No podemos olvidar que ningún fabricante de procesadores aconseja realizar overclocking, justo por ser una práctica considerada de alto riesgo, pudiendo causar daños irreparables. Si tienes la intención de hacer overclocking en tu máquina, no dejes de hacerte la siguiente pregunta a ti mismo: ¿Realmente necesito hacer overclocking?
Analiza si cuentas con un equipo lo suficientemente bueno para su uso. Si tienes la intención de cambiarlo en breve, tal vez sea innecesario este proceso.
Sin embargo, para aquellos que aún sabiendo todos los riesgos pretenden realizar el overclocking, es bueno recordar que, a pesar de que el proceso convierte la máquina en un equipo mucho más rápido, es recomendable que busques ayuda profesional para saber si realmente tu máquina está preparada para realizar el proceso.
Antes de decidirlo, aquí hicimos una lista de las razones importantes por las que deberías considerar cuidadosamente la decisión de hacer el overclocking de la CPU o GPU:
Algunos componentes: CPU, placas base y GPU son mucho más adecuadas para el overclocking que otras. Si tu hardware no soporta overclock y no es algo que generalmente se menciona en el manual del usuario del PC, hay un riesgo de dañar el hardware. Si el overclocking no es mencionado en el manual de tu placa base (o PC), puedes encontrar ayuda para el overclocking en internet buscando el número del modelo de tu placa base o PC.
Si decides hacer un overclocking, puedes tener la pérdida de la garantía del fabricante de tu PC. Esto también se aplica al fabricante de tu placa base, la CPU y gráficos.
Debido a los efectos del calor sobre la estructura de las placas de hoy en día, los procesadores que funcionan a la velocidad nominal, eventualmente, se degradan. Este proceso lleva muchos años, por lo que normalmente no es una preocupación. Sin embargo, el exceso de calor producido por hacer el overclocking de la CPU automáticamente disminuye su vida útil. Aquellos que hacen el overclocking en general están conscientes de eso, pero ellos argumentan que la tasa de desarrollo del procesador hará que cualquier procesador esté obsoleto en tres o cuatro años de cualquier manera.
Siempre recomendamos hacer un overclock en su «punto dulce». Es decir, el mejor ratio: velocidad – voltaje.
Debido al siempre presente peligro de daño debido al calor, los propietarios de ordenadores que hacen overclocking invierten en los mejores ventiladores y sistemas de refrigeración para sus procesadores. Sin este enfriamiento, el overclocking de un procesador puede ser destructivo.
Esto tiene sentido: si estás presionando tu hardware más allá de sus especificaciones de diseño, vas a tener problemas si la configuración de overclocking no es exactamente correcta.
El overclocking en general implica un largo proceso de ajustes de frecuencia de tu procesador para lograr el máximo de operación libre de problemas. Pero incluso con las mejores opciones, es probable que experimentes bloqueos ocasionales. Desde hace unos años, todo es mucho más fácil, y plataforma de entrada se puede realizar overclock muy estable y sin casi ningún peligro.
Por último, si tu PC ya está un poco más viejo, la decisión de comprar nuevas piezas puede ser una gran manera de mejorar el rendimiento de tu equipo rápidamente. O, si lo prefieres, puedes comprar un PC listo para los fines que deseas y con la configuración ideal para tu necesidad.
Cualquier usuario que haya navegado en un foro de hardware también debe tener en cuenta que existe una comunidad muy grande de «overclockers» alrededor del mundo.
Las competiciones se realizan con frecuencia, en las que los competidores tratan de llevar a sus equipos mucho más allá de sus límites, recurriendo incluso a técnicas absurdas de refrigeración, como el nitrógeno líquido. Esto demuestra que el overclocking puede tomar incluso un aspecto de afición, una especie de deporte, que, gracias a los riesgos estructurales para el hardware, puede ser considerado como «radical».
Diversos campeonatos miden quién es capaz de empujar el hardware hasta sus límites. Para ello, se utilizan herramientas, modificaciones, nitrógeno líquido y a veces un poco de locura. A fin de cuentas, es preciso tener coraje para «jugar» con la vida útil de un equipo que salió una buena cantidad de dinero.
Las desventajas son principalmente aquellas relativas a la estructura del hardware. Operar en niveles mucho más altos que los recomendados por los desarrolladores puede reducir la vida útil de los componentes y los daños relacionados con el overclocking generalmente no están cubiertos por las garantías proporcionadas por los fabricantes o distribuidores. Además, los sistemas de refrigeración, en caso de que estén basados en ventiladores, pueden molestar por el ruido constante.
El overclocking extremo es importante para conocer mejor los límites de la tecnología. Y como los fabricantes deben tener en cuenta este uso a la hora de desarrollar sus productos, los usuarios menos extremos también son beneficiados con los productos más fiables. Además, los resultados obtenidos con el overclocking sirven como previa del funcionamiento normal de los posibles PC que tendremos de aquí a la siguiente generación.
[irp posts=»5414″]Un último detalle, antes de hacer overclocking en tus componentes, analiza si es adecuado para esto, estudia más sobre este, chequea las tensiones máximas recomendadas de los componentes, estudia tu placa base, tarjeta gráfica (GPU), sus módulos de memoria: frecuencias y voltaje, el software / BIOS que vas a utilizar y prueba con cuidado, siempre subiendo poco a poco y sin dejar de probar la estabilidad para el objetivo que quieras: un juego, aplicaciones específicas o un uso normal. Aunque siempre nos puedes preguntarnos desde la web o el foro de hardware más actualizado.
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