Tenemos una nueva generación de procesadores de Intel y los overclockers más exigentes no se hacen esperar para llevar los nuevos silicios a sus límites absolutos. Esta vez ha sido Kovan Yang el encargado de poner un Intel Core i7 8700K a una insana velocidad de 7,4 GHz, por supuesto no ha faltado el nitrógeno líquido.
Recordemos que el Intel Core i7 8700K viene a una frecuencia base de 3,7 GHz por lo que la frecuencia ha subido hasta más del doble, lo más loable es que lo ha conseguido con sus 6 núcleos y 12 hilos de procesamiento funcionando. Es la primera vez que un procesador Core de Intel llega a una frecuencia tan alta con estas condiciones, lo que habla muy bien del depurado proceso de fabricación a 14 nm++ de la compañía y su refinada arquitectura.
Para la hazaña se ha usado una placa base MSI Z370 Godlike Gaming, memoria DDR4 no especificada y una tarjeta gráfica NVIDIA 8400 GS. El bus del procesador se ha configurado en 101 MHz y el multiplicador en 73x para alcanzar la frecuencia final de 7,45 GHz.
A nivel doméstico se sugiere que con un disipador por aire de alta gama puede llegar a los 4,8 GHz de forma estable y con refrigeración líquida se podrían superar los 5 GHz, siempre dependiendo de la calidad del silicio que le toque a cada uno.
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