Los SSD llegaron al mercado hace casi 10 años y desde entonces no han dejado de evolucionar, cada vez es más difícil ver un ordenador que no incluya uno de estos discos por la gran velocidad general que aporta al funcionamiento del sistema. Otras de sus grandes virtudes es un tamaño muy compacto junto a un consumo de energía más reducido que los discos mecánicos y un funcionamiento silencioso. Disco SATA vs M.2 vs PCI-Express ¿Cuál es mejor opción de compra?
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Los discos SSD están presentes en una gran variedad de formatos, cada uno con sus ventajas y sus inconvenientes. Los más clásicos son los SATA III 6 Gb/s con un facto de forma de 2,5 pulgadas, estos ofrecen la máxima compatibilidad, aunque su rendimiento es más limitado porque esta interfaz se diseñó pensando en los discos mecánicos que son mucho más lentos.
En segundo lugar, están los discos SSD en formatos M.2 y PCI-Express que son los más rápidos, aunque su compatibilidad se limita a los sistemas más modernos, pues son los que incluyen todos los elementos necesarios para poder usarlos. En este artículo nos vamos a centrar en estos dos últimos para ver cuál es el más interesante de cara a los usuarios.
En primer lugar, nos fijamos en los discos M.2, este formato nació pensando en los portátiles ya que ofrece muchas ventajas. Los discos M.2 se conectan directamente a la placa base por lo que no se necesita de cables de alimentación y datos. Estos discos quedan conectados de forma paralela a la placa base con lo que no sobresalen ni estorban al resto de componentes como la tarjeta gráfica, el disipador de la CPU o la memoria RAM. Los puertos M.2 son capaces de proporcionar energía por lo que con un único puerto tenemos suficiente para la transmisión de los datos y la corriente eléctrica. Así pues, queda bastante claro que un disco M.2 ocupa mucho menos espacio que uno SATA III y el espacio es un bien muy limitado en los portátiles.
Cómo montar un SSD en un portátil paso a paso
El puerto M.2 utiliza la interfaz de conexión PCI-Express 3.0 hasta un máximo de x4 lanes, esto significa que se puede lograr un ancho de banda muy superior al que se obtiene mediante el puerto SATA III, concretamente tenemos un máximo de 32 GB/s frente a los 6 GB/s que nos ofrece SATA III. Los discos M.2 más baratos presentan velocidades similares a los SATA III y un precio similar por lo que un disco M.2 no necesariamente tiene que ser notablemente más caro.
Seguramente hayas leído sobre el protocolo NVMe, este toma mucha importancia con los discos M.2 y es que los modelos más rápidos (y caros) utilizan este protocolo para alcanzar unas velocidades de lectura de datos de hasta 3.000 MB/s, una cifra que es 6-8 veces superior a la que alcanzan los discos SATA III y ya si los comparamos con los discos mecánicos nos salimos casi de la escala de medida 😉 Un ejemplo de estos discos es el Samsung 960 Pro, uno de los modelos más populares entre los usuarios que buscan lo mejor.
Una vez que tenemos claro lo que son los discos M.2 vamos a fijarnos en los discos SSD PCI-Express para poder compararlos y ver cual nos interesa más comprar. En realidad, las diferencias son muy pocas puesto que los dos formatos utilizan la misma interfaz PCI-Express 3.0 hasta x4 lanes, estarás pensando que si usan la misma interfaz el rendimiento puede ser el mismo, así es.
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La diferencia está en que los discos SSD con formato PCI-Express se conectan de forma directa a esta ranura de nuestra placa base, por tanto, se construyen con un formato diferente, pero funcionan exactamente igual. Otra diferencia es que estos discos PCI-Express son más caros que los M.2.
Llega la hora de hacer una valoración final sobre los discos M.2 vs PCI-Express y ver cual nos conviene más comprar. Tal y como hemos dicho arriba el rendimiento es igual en ambos casos por lo que tocará fijarse en el resto de factores para decidirnos.
Los discos M.2 son más baratos y ocupan menos espacio que las alternativas PCI-Express, por tanto, parece bastante claro que estos primeros son una mejor opción ya que los segundos no nos ofrecen ninguna ventaja realmente. No me extrañaría que durante los próximos años los discos PCI-Express acaben por desaparecer del mercado y dejen solo los modelos M.2 para el alto rendimiento y los SATA III para la máxima compatibilidad.
Es decir, la ecuación quedaría así:
Así pues, nuestra conclusión final es muy clara, opta por el formato M.2 que te va a dar el mismo rendimiento, es más barato y ocupa menos espacio.
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