Rambus, una empresa que desarrolla semiconductores de última generación y productos de seguridad, ha anunciado ayer que ha ampliado su colaboración con Microsoft para el desarrollo de un sistema que mejore el rendimiento de las memorias a temperaturas criogénicas. Además, también trabajarán para mejorar las capacidades de las memorias, a la vez que reducirán el consumo energético y habilitarán el uso de enlaces SerDes de alta velocidad para que las memorias operen de manera eficiente en ambientes criogénicos.
Memorias de bajo consumo, con mayor capacidad y rendimiento
Según Rambus Labs, los sistemas que han desarrollado junto con los laboratorios de investigación de Microsoft mejorarán la eficiencia energética de las unidades DRAM y operaciones lógicas a temperaturas criogénicas (por debajo de los 180 grados ºC).
Algunos se preguntarán por qué hace falta un rendimiento tan alto en temperaturas tan bajas, y la explicación es que las temperaturas criogénicas son ideales para los ordenadores cuánticos o los súper ordenadores de muy alto rendimiento.
“Nos alegra seguir trabajando con Rambus y ampliar nuestra colaboración para seguir desarrollando tecnologías y optimizar el funcionamiento de las memorias con temperaturas criogénicas”, declaró Doug Carmena, arquitecto de Microsoft Research.
“Con la alta cantidad de desafíos que nos encontramos con los enfoques más convencionales a la hora de mejorar la capacidad de las memorias y el consumo energético, nuestras investigaciones sugieren que será esencial un cambio en la temperatura de funcionamiento de las memorias DRAM utilizando técnicas criogénicas para los futuros sistemas de memorias”, añadió Gary Bronner, vicepresidente de Rambus Labs, haciendo hincapié en que “esta colaboración con Microsoft nos ayudó a identificar nuevos modelos arquitecturales en nuestra tarea de desarrollar sistemas utilizando memorias criogénicas”.
Podrás leer más información sobre las memorias criogénicas pinchando aquí. Microsoft dijo el año pasado que están duplicando el presupuesto y los esfuerzos para la investigación de la computación cuántica, una apuesta muy fuerte que posiblemente dará lugar a nuevos ordenadores cuánticos escalables mediante el uso de lo que se conoce como “qubit topológico”.