El thermal throttling es un fenómeno más común de lo que creéis, y es que la bajada de rendimiento en vuestra GPU o CPU tiene su sentido. En caso de que sufras caídas de FPS en tus videojuegos, esta puede ser la causa, así que te damos soluciones y consejos para evitarlo.
Cuando llega el calor, hay que echar un ojo a las temperaturas de nuestros componentes, sobre todo en aquellos que tienen overclock. El overclock en invierno es completamente distinto que en verano porque la temperatura ambiente es otra, así que los componentes se calientan más y, por ende, puede haber inestabilidad. El thermal throttling está relacionado con esto, aunque puede aparecer sin overclock.
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Ahora, ¿qué es el Throttling? Throtling es, en el ámbito de hardware, cuando se hace más lento algún componente de forma intencionada para protegerlo de daños (normalmente, causados por el exceso de temperatura).
También se puede aplicar el mismo término para la reducción de velocidad de una conexión de internet, o para un programa que está acaparando demasiados recursos de la máquina y debe ser limitado.
Ahora que tenemos claro qué es el throttling, es importante tener en cuenta para qué sirve. El throttling puede tener varias funciones, dependiendo del dispositivo electrónico en el cual haga su vida útil. Entre sus funciones más destacadas o los usos más comunes, podemos encontrar:
El throttling se encuentra como medida de seguridad en casi todos los componentes de un ordenador susceptibles de calentarse. Los que más habitualmente lo sufren, por las elevadas cantidades de calor que generan, son el procesador, la placa base y la tarjeta gráfica.
Cuanto menos velocidad tenga el aparato electrónico, menos calor generará este, y, por lo tanto, requerirá de menos energía para funcionar, dejando tiempo para que se enfríe hasta valores seguros. Esto es lo que hace cuando un componente llega a una temperatura límite como medida de seguridad: bajar la frecuencia para generar menos calor y preservar el chip. Es decir, de esta manera va a “medio gas” el componente.
No siempre es una protección para el componente que se baja de frecuencia, a veces el throttling es una consecuencia de otro componente que se está calentando. Un ejemplo de esto se da cuando emparejamos procesadores de consumo elevado (>95W, como muchos de los FX de AMD) con placas base que no están preparadas para manejar estos niveles de consumo.
En este caso el procesador bajará a una frecuencia mínima (800-1200mhz), a pesar de estar a temperaturas correctas (40-60º máximo), porque lo que se está calentando a casi 100ºC son las fases de alimentación de la placa. Esto se traduce en grandes bajones de FPS en juegos y de rendimiento hasta que las fases se enfrían, y es un problema complicado de identificar. Hay bastantes casos en foros de gente afectada…
Muchos principiantes se olvidan de la importancia de las VRM en las placas base, las cuales van a permitir aumentar o reducir las capacidades de overclock. Cuando hacemos overclock a nuestra CPU, debemos subir el voltaje, algo que repercute en las VRMs de las placas base.
Es importante mencionaros que no todas las placas base (que permiten overclock) equipan buenos VRMs, lo que puede crear inestabilidad por aumentos de temperatura. Esto lo hemos visto en los chipsets de entrada y mainstream de las placas AM4, en los que podíamos hacer overclock a nuestro Ryzen, pero la placa base no estaba suficientemente preparada para ello.
Por tanto, nos encontramos que el overclock de la CPU está causando thermal throttling en la placa base, lo que es desaconsejable. Ya sabéis que cuando la CPU o GPU suben a X temperatura, reducen frecuencias para refrescarse un poco y seguir funcionando. Sin embargo, el aspecto de la placa base es más desconocido.
Monitorizando las temperaturas de nuestros componentes, pero, sobre todo, detectando los síntomas de thermal throttling. Podemos resumir los síntomas en los siguientes:
No obstante, lo mejor que podemos hacer es monitorizar temperaturas, ¿cómo? Mi consejo es que uséis o HWMonitor o HWinfo; de hecho, os aconsejo el primero porque es mucho más sencillo de usar y nos ofrece todo lo que buscamos.
Para que os hagáis una idea, debéis tener en cuenta estos parámetros:
En el caso de throttling en la placa base, existen estas posibles soluciones
Mucha gente enfoca el thermal throttling únicamente a la CPU o GPU, cuando lo cierto es que la placa base sufre los daños colaterales de este sobrecalentamiento. El cambio de de los thermal pad o de mejores disipadores en las fases de alimentación, soluciona este problema que salga tu ordenador ardiendo o echando humo.
Cuando el procesador es muy superior a la GPU se origina un cuello de botella o bottleneck, lo que origina que no podamos aprovechar el 100% de rendimiento de nuestra CPU. Lo mismo ocurre al revés: que la GPU sea superior a la CPU.
Vemos cierta confusión con el concepto de cuello de botella o bottleneck con el de Thermal Throttling. La diferencia es simple:
En ambas situaciones no se disfruta de los componentes al 100%, pero por causas completamente distintas.
En el caso de throtling por el propio componente, procesador o tarjeta gráfica, deberíamos seguir los siguientes consejos:
Te recomendamos la lectura de nuestra guía de las mejores tarjetas gráficas del mercado.
¿Has padecido alguna vez esta tecnología? ¿Sabías lo que era realmente y para que servía? Esperamos vuestros comentarios.