Xbox One S es la nueva revisión slim de la actual videoconsola de Microsoft, el nuevo modelo parece ser idéntico al original exceptuando la evidente disminución en sus dimensiones de un 40% para ser una solución mucho más compacta. Ahora conocemos que la miniaturización de su APU ha sido esencial para poder ofrecer un producto mucho más compacto.
Xbox One S no es solo más pequeña, su APU se ha visto mejorada en varios aspectos clave
La nueva Xbox One S ve como su APU se fabricada en el proceso a 16 nm FinFET de TSMC, un importante paso adelante respecto a los 28 nm usados en el modelo original y en la PS4 de Sony. Esta miniaturización en el proceso de fabricación de su chip ha sido esencial para reducir el consumo de energía y el calor generado, con ello se consigue la posibilidad de diseñar una consola mucho más compacta que la Xbox One original.
Las mejoras en la APU de la Xbox One S no se limitan a una bajada de nm, Microsoft ha añadido algunos componentes adicionales como decodificación HEVC por hardware, códecs de hardware para Blu-ray UHD y las interfaces HDMI 2.0 y HDCP 2.2. Microsoft también ha aprovechado para mejorar el rendimiento en videojuegos, la frecuencia de reloj de la GPU ha pasado de 853 MHz a 914 MHz para dar una potencia total de 1.4 TFLOPs, una diferencia que no es muy grande respecto a los 1.31 TFLOPs de la Xbox One original pero ya se han visto los primeros resultados.
La memoria ESRAM integrada en el die del procesador también ha mejorado su rendimiento para arrojar un ancho de banda de 219 GB/s, una cifra que es un 7.1% superior a los 204 GB/s de la Xbox One original.
La nueva Xbox One S puede ser un importante soplo de aire fresco para Microsoft antes de la llegada de Scorpio que será mucho más potente gracias a su APU basada en Zen y Vega.
Fuente: techpowerup