Tradicionalmente Intel ha venido vendiendo su procesador doméstico más potente por un precio aproximado de 1.000 euros, una cifra muy elevada pero que podría quedar pequeña ante la llegada de los nuevos chips Broadwell-E y el Core i7-6950X.
La familia Intel Broadwell-E dispondrá de dos modelos de entrada de seis núcleos, el Core i7-6800K y el Core i7-6850K que llegarían a unos precios respectivos de 400 dólares y 600 dólares. A continuación se situará el Core i7-6900K con ocho núcleos y un precio de 999 dólares y finalmente el Core i7-6950X formado por diez núcleos y con un precio que no bajaría de los 1.500 dólares.
La última vez que un procesador doméstico de Intel superó los 999 dólares en su lanzamiento fue el Core 2 Extreme QX9775 que lo hizo por 1.300 dólares, todo apunta a que Intel quiere sentar un nuevo récord.
Una situación a la que sin duda contribuye el hecho que actualmente AMD no tiene nada que hacer frente a Intel en los procesadores de gama alta, esperamos que con la llegada de Zen cambie la situación.
Fuente: techpowerup
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