Un grupo de biólogos se las han ingeniado para crear un circuito vivo que puede tener varias aplicaciones médicas, entre las cuales se encuentra una futura forma de detectar y combatir una enfermedad tan prevalente como el cáncer.
La creación y entendimiento de este nuevo circuito vivo es mucho más complicado que en el caso de uno tradicional, ya que no funciona con electricidad sino los transmisores químicos que usan las células en nuestros cuerpos. Por ello den usarse nuevas y complejas operaciones matemáticas.
El nuevo circuito podría ser inyectado en el torrente sanguíneo de los pacientes para tratar enfermedades como el cáncer de una forma mucho más efectiva que con los actuales métodos utilizados que tienen numerosos efectos no deseados sobre el paciente. Otra posible aplicación es en el control de la diabetes, al inyectar el circuito en la sangre del paciente sería capaz de medir los niveles de glucosa y ajustar automáticamente la dosis de insulina según sea necesario.